Historia del manga y anime en España

dru1dA

A los amigos de misiontokyo les ha dado por tirar del baúl de los recuerdos y publicar artículos sobre los inicios de la cultura Otaku en España. Cómo empezó todo, quién fue el loco al que le dio por traer manga a este país, cómo era la cultura Otaku en aquel entonces y un sinfín de preguntas.

Y no podemos hablar de manga y anime en España si no hablamos de Dragon Ball. Qué mejor manera de empezar que esta.

EL FENÓMENO DRAGON BALL

ANTECEDENTES

El éxito de Dragon Ball marcó un antes y un después en muchos aspectos, pero a nivel telecomunicativo supuso el primer fenómeno televisivo de ámbito autonómico. Esto no hubiera sido posible sin la FORTA, un elemento clave para la difusión de la serie y su consiguiente éxito en una época en la que no existía internet y que tan sólo había dos canales de ámbito estatal.

Corría el año 1989 cuando las recien popularizadas televisiones autonómicas decidieron unir fuerzas para crear la FORTA (Federación de Organismos y entidades de Radio y Televisión Autonómicos), una asociación sin ánimo de lucro que permitiría a las cadenadas autonómicas cooperar entre ellas y así competir con las emisoras nacionales, que contaban con mayor presupuesto, en igualdad de condiciones. Aunque no todas las televisiones se adherieron a la asociación sí que lo hicieron la gran mayoría. Así, las comunidades cuyas cadenas no formaban parte de la FORTA, o que simplemente no tenían televisión autonómica, no pudieron disfrutar de Dragon Ball hasta 1997, cuando la emitió Antena3.

La iniciativa de creación de la FORTA se tradujo en un trabajo conjunto que posibilitó a las televisiones asociadas participar en contratos de adquisición de derechos, intercambio de contenidos, coproducciones, comercialiación de espacios publicitarios... Y los dibujos animados, al ser muy exportables, fueron uno de los contenidos más beneficiados de esta asociación, dando lugar a la creación de numerosos espacios infantiles cargados de contenidos a muy buen precio.

Con este panorama, un barcelonés llamado Marius Bistagne se presento con una serie de animación bajo el brazo que cambiaría la historia para siempre.

MARIUS BISTAGNE (1989)

Marius Bistagne fue una productora cinematográfica que en los años 80, con la popularización de los vídeoclubs, se dedicó a explotar el mercado del video doméstico editando varias películas infantiles de la Toei. Aunque su principal fuente de ingresos terminó siendo el negocio televisivo. Cuando en 1983 el canal autonómico catalán empezó sus emisiones surgió la necesidad de incluír contenidos infantiles en su programación, ante esta demanda Marius Bistagne se convirtió en agente licencetario y además abrió su propio estudio de doblaje, llamado Dobi, en el que adaptaba las series que conseguía vender a la televisión catalana.

Mario Bistagne, el propietario de la productora, a la que bautizó con su propio nombre, acudía religiosamente cada año al Festival de Televisión de Cannes MIPTV, un evento exclusivo para profesionales del sector audiovisual en el que las distintas productoras de todo el mundo exponen sus últimos trabajos a los licenciatarios de toda Europa con el objetivo de que los exporten a sus países. Uno de los stands más prolíficos por aquel entonces, en cuanto a contenidos infantiles se refiere, era el de la Toei Animation. Los japoneses ofrecían muchas series a muy buen precio, y Mario pronto se convirtió en cliente habitual, pues se encargaba de vender las series de la Toei a TV3 y a la vez aprovechaba su propio estudio de doblaje para adaptar la series, con lo que el negocio que hacía era doble y redondo.

Fruto de esta relación nos llegaron licencias de series de anime tan populares como Capitán Harlock o Dr. Slump, hasta que en 1989 le llegó el turno a Dragon Ball. El éxito del Dr. Slump animó al canal autónómico a apostar por esa curiosa serie de aventuras del mismo autor. Al principio pensaron que compraban una típica serie japonesa de 26 episodios sin ninguna otra pretensión que la de rellenar el hueco de la programación ifantil. Las consecuencias fueron tan imprevisibles como sorprendentes tal como lo relata Oleger Sarsanedes, Director de Programación de Televisió de Catalunya:

"La verdad es que pensamos que era una serie como otra cualquiera y que ya la programaríamos cuando llegase su turno. No teníamos ni idea que acabavamos de comprar los primeros episodios de una de las mejores series de animación que se haya hecho nunca. Cuando le llegó el turno, pues, la programámos, por las tardes, en horario infantil (entonces no existía el Club Super 3 ni nada de éso) "

Un éxito casi inmediato que tuvo especial relevancia en Catalunya pero que también se extendió por el resto de comunidades causando todo un fenómeno social.

EL ESTRENO DE DRAGON BALL (1989-1990)

Estabamos en la época en la que Indiana Jones y Batman centraban el principal interés de los niños, y no tan niños, el país vivía con asombro la caída de la URSS y la inminente Guerra del Golfo mientras se preparaba para acoger los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, todo amenizado con una radiofórmula dominada por Technotronic, Hombres G o los New Kids on the Block. En este contexto los niños de la época vivíamos ajenos a todas estas cosas de mayores y nuestra mayor preocupación era ganar a las canicas o recuperar alguna peonza que habíamos perdido en el recreo, cuando no estábamos copiando cintas de ordenador. Uno de los mejores momentos del día era llegar a casa después de un arduo día colegio y sentarse frente al televisor para merendar un bocadillo de Nocilla. Una experiencia que se hizo mucho más excitante tras el estreno de Dragon Ball en la temporada 1989-1990.

Y es que fruto del trabajo de la FORTA, la serie se puso a disposición de todas las cadenas asociadas, y entre finales de 1989 y principios de 1990 Dragon Ball se empezó a emitir en casi toda España a través de los canales autonómicos.

Canal Sur hizo un intento de emisión el 28 de febrero de 1989 a las 18:00 de la tarde, aunque sólo emitió unos pocos capítulos con periodicidad semanal, así que pasó más bien desapercibida. Muy distinto fue el caso de ETB (País Basco) que estrenó la serie el 4 de octubre del 1989, TVG (Galicia) que lo hizo el 8 de febrero de 1990 o TV3 (Catalunya) el 15 febrero 1990.

COITUS INTERRUPTUS (1990)

Cual fue la sorpresa que tras la emisión de los primeros 26 episodios la serie se cortó en mitad de pleno torneo de artes marciales. Resulta que Marius Bistagne no tenía más episodios y la serie terminó interrumpiéndose hasta que las cadenas consiguiesen comprar el resto de la serie.

Los aficionados no tardaron en movilizarse e inundaron de cartas la redacción de TV3 exigiendo la continuación de la serie, tal como relata Oleguer Sarsanedes:

"Emitimos el capítulo 26, que era el último que teníamos, y ya teníamos programada otra serie para el día siguiente. Pero empezó a sonar el teléfono. Cristina, mi secretaria, me dijo: "Hay un niño que llama diciendo que está desesperado porque se ha terminado Dragon Ball. Dice que no podemos dejar que termine así, que no puede ser". Me puse al teléfono y ese niño me explicó que el último episodio que habíamos emitido se terminaba en pleno torneo de artes marciales y que aun no se sabía quien sería el vencedor. Me dijo que eso no se hacía, y que hiciésemos el favor de programar el resto de capítulos enseguida. Tenía toda la razón.

Recibimos muchas llamadas, esos días. Y muchas cartas. Y entonces fue cuando empezamos a pensar muy seriamente en Dragon Ball, porqué habíamos comprendido que se trataba de una serie importante. Y a pesar que al principio no todos lo veían claro, yo ya me había convertido en un fan convencido de la serie y estuve defendiéndola todo el rato [...] Descubrimos que la serie en realidad era mucho más larga de lo que nos habíamos pensado en un principio: ¡En lugar de 26 capítulos tenía 153! Rápidamente, nos pusimos en marcha para comprar los capítulos que nos faltaban."

¿El problema? Que Marius Bistagne había cesado su actividad como distribuidora y ya no podía ofrecerles la continuación de la serie. Ante esta urgencia las televisiones se movilizaron y corrieron a negociar a través de la francesa: AB Group, que poseía los derechos para toda Europa. Está es la razón por la que el doblaje cambia a partir del capítulo 27. Mientras que los primeros episodios se doblaron en el estudio que Bistagne tenía en Barcelona, el doblaje del resto de capítulos comprados a AB Group fueron gestionados por cada televisión autonómica.

Este impás de tiempo se vivió de forma distinta, mientras en Catalunya apenas hubo que esperar hasta julio para poder ver la continuación, otros canales, como Canal Sur o ETB, tardaron mucho más en volver a emitir la serie, esta vez, sí, entera. Emisiones a las que se uniría Telemadrid, que no había emitido la serie antes. En 1991 Dragon Ball ya se estaba emitiendo en casi toda España y estallaba la Songokumanía.

Tengo dudas de que se llegase a emitir en Castilla y León y en Extremadura, que no pertenecían a la FORTA, así como en otras comunidades que no poseían canales autonómicos como Cantabria, La Rioja, Murcia, Asturias... Que quizá tendrían que esperar a la emisión en Antena 3 en 1997 para poder ver la serie.

La emisión de Dragon Ball fue interrumpiéndose numerosas veces y reemitiendose continuamente des del primer episodio para amenizar la espera, pues dependían de que AB Group les proporcionase los materiales de la Toei. Al principio los estaban doblados al francés pero luego con las prisas ya se empezó a trabajar directamente con el japonés original, de ahí los cambios (supuestos errores) en la traducción. La versión francesa ya nos llegaba censurada, con muchas licencias en la traducción que al reinterpretalas al gallego, y posteriormente al castellano, nada tenía que ver con el guión original. Por éso, cuando se trabajaba directamente desde la versión japonesa, a partir del capítulo 105, la traducción mejoró sustancialmente.

Otras interrupciones menos agradables y que comentaremos más adelante se producieron por las presiones que asociaciones de padres, telespectadores y sectores políticos conservadores hicieron a las cadenas. Pero eso ya vino mucho después.


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dru1dA

Tiene más partes, así que esperare a ver si a alguien le importa un mínimo ésto para poner las demás. No es plan de quedarme solo poniendo ladrillos xD

X-Crim

La verdad es que es muy curioso, lo de la movilización por parte de los fans llamando al canal es epic.

Spank

Muy buen trabajo dru1da, hay cosas que no conocía. Tienes mi bendición para seguir.

dru1dA

LAS FOTOCOPIAS (1991)

Sin comerlo ni beberlo, sin haberlo previsto, sin ninguna campaña de marketing ni publicidad de pago, Goku consiguió hacerse un hueco en los corazones de los niños de los 90 y mucho más que éso. Hasta la fecha todos los éxitos comerciales eran producto de estudiadas estrategias de marketing que coincidiendo con la emisión de la serie se ponían a la venta un buen surtido de merchandising que oportunamente se anunciaba en televisión. El problema es que en esta ocasión Dragon Ball era una serie barata licenciada únicamente para llenar programación y que encima procedía de un mercado más alejado que el de las superproducciones americanas que hasta entonces habían dominado las modas infantiles con sus estudiadas estrategias. Era una producción japonesa y pillo con el pie cambiado a las empresas que tenían los ojos puestos en EUA y no estaban acostumbradas a trabajar con Japón. Así pues, surgió una demanda que nadie había previsto y que nadie estaba en disposición de abastecer. Ante esta situación emergió gran cantidad de material pirata casero, el más emblemático de la época por lo inverosímil y particular que resulta, es el fenómeno de las ya legendarias fotocopias de Dragon Ball. El éxito de las mismas sería un buen objeto de estudio sociológico pero me voy a limitar a apuntar que este producto cumplía las características oportunas para que tuviera tanto éxito. Primero, a diferencia de la mayoría de material que corría, eran ilustraciones sacadas del manga original de Akira Toriyama, asi que su calidad era encomiable, más allá de las carencias del soporte y de ser en blanco y negro. En segundo lugar la sensación de oportunidad y escasez no hacían otra cosa que alimentar este fenómeno que cubría las ansias coleccionistas y consumistas tan difícil de conseguir por los cauces comerciales habituales. En tercer lugar, su precio era realmente económico. Y por último, porqué muchas veces mostraban imágenes inéditas de lo que todavía no se había visto en televisión, dando pie a mil interpretaciones y rumores de lo que iba a acontecer en la serie de moda que todos seguíamos. Así que poseer una buena fotocopia te hacía sentir el verdadero rey del patio al que todo el mundo envidiaba.

Como he comentado, la mayoría de fotocopias procedían del manga original pero en realidad era habitual recurrir a la revista francesa del Club Dorothée (algo así como el Club Super 3 o el Club Megatrix pero en versión francesa). La revista estaba editada por la división editorial de AB Group, que poseía los derechos de Dragon Ball (entre muchos otros animes) y que se encargaba de nutrir al programa contenedor de la televisión francesa presentado por la misma Dorothée, una popular cantante infantil de la época. La revista ofrecía pósters y artículos nutridos de ilustraciones, pues al poseer la licencia tenía acceso a mucho más material que la mayoría de mortales. Como la publicación no llegaba a nuestros quiscos lo que se hacía era fotocopiar los dibujos y así seguir alimentando el mercado negro de fotocopias.

Evidentemente también salieron cosas muy bizarras en forma de fanarts, como la famosa fotocopia hentai de Goku enculando a Bulma al grito de "alárgate bastón mágico" u otras de índole más hentai que no hicieron otra cosa que alarmar a los padres y alterarnos las hormonas.

Como en principio era ilegal vender imágenes de las que no se poseían los derechos, lo que hacían muchas papelerías era tener su colección de fotocopias que te prestaban si querías hacer una fotocopia en su establecimiento que evidentemente cobraban. Así nació todo un mercado clandestino que los más veteranos recuerdan con pasión por las razones que he comentado anteriormente y porqué ¡qué carajo! Goku molaba demasiado y querías poder acceder a él en cualquier momento del día y no sólo en sus efímeras apariciones televisivas.

EL MERCHAN ESPAÑOL (1991)

La mayoría de merchandising llegó tarde y mal, a excepción de los cromos de Panini que fueron otro fenómeno memorable. Hasta 1992 la mayoría de material eran producciones caseras piratas como pegatinas o camisetas serigrafiadas pero tras el éxito que empezó a tener Panini con su colección de cromos, de la que hablaremos luego, las empresas se percataron de la oportunidad de negocio y, ante la imposibilidad de disponer de material original, no tardaron en producir sus propios productos basados en fanarts españoles de dudosa calidad. Realmente eran horribles y había que echarle bastante imaginación para creerse que ese pelopincho amorfo era en realidad Goku. Las fotocopias seguían siendo las favoritas pues, mayormente, procedían del manga original de Akira Toriyama, así que las ilustraciones eran de mayor calidad que lo que ofrecían las empresas y sobretodo conseguían transmitir la esencia de Dragon Ball, aunque fuese en blanco y negro. A fin de cuentas, el merchan español muchas veces alteraba los colores originales y nada tenía que ver con lo que veíamos por la televisión.

Matutano fue una de las empresas que antes y mayor partido sacó de la fiebre Dragon Ball. En las bolsas pequeñas incluyó cromos fluorescentes de la serie cuyo reverso era 1 punto, con 4 puntos te daban un "Muñecogoma" realizado por la empresa Yolanda. También sacaron unos pósters coleccionables que se conseguían con las bolsas grandes. Creo que nunca en mi vida he insistido tanto a mi madre para que comprase snacks de Matutano. Los pósters estaban muy mal dibujados, eran fanarts cuyo parecido con la realidad era pura coincidencia, y lo peor es que esas ilustraciones sirvieron para nutrir a todos los productos "legales" que salieron en la época. Pero definitivamente era lo único que había.

Petit Suisse también tuvo su promoción con Dragon Ball, siempre con los mismos fanarts horribles que daban vergüenza ajena. Fueron unos dioramas con adhesivos que recreaban escenarios de la serie con pegatinas de los personajes que se pegaban y despejaban para que ¿hicieras tu propia escena?

Los chicles incluyeron calcomanías de la serie y una promoción para conseguir los mismos pósters que Matutano pero con el logo de Sonrics.

La revistas de la época tampoco dejaron perder la oportunidad y cabeceras como Pronto o Teleindiscreta incluyeron a Goku entre sus promociones.

Y posteriormente salieron los productos típicos que solían salir sobre la series de éxito, los pastelitos Panrico, la colonia, el disfraz, huevos de chocolate (con los que regalaban los mismos muñecos Yolanda pero en plástico duro)... y un largo etcétera de merchandising basado en los horrendos fanarts de Dragon Ball.

Definitivamente, como niños no eramos demasiado exigentes con la calidad de los productos que nos ofrecían. Y allí donde no llegaban los creativos de las empresas llegaba, y se sobraba, nuestra rica imaginación.

Posteriormente Planeta sacaría material de mayor calidad como postales, poster-books o puzzles. La lista de material se prolonga hasta nuestros días como comenta Jordi Rey, director de Biplano (agencia Promociones & Merchandising que representa los derechos de Dragon Ball).

"Dragon Ball es como un corredor de maratón. Guillem, el que hoy es director de marketing de Biplano, fue de los que, hace 20 años, hacía fotocopias "piratas" con Dragon Ball, y hoy aún seguimos disponiendo de un catálogo de empresas que siguen apostando y creciendo con esta propiedad. Increíble pero cierto" Jordi Rey, Director de Biplano Licensing.

Pero lo cierto es que ninguna promoción fue tan significativa como la colección de cromos adhesivos de Panini. Una auténtica locura que obligó al ayuntamiento de Barcelona a tomar medidas para mantener el orden público.


4 1 respuesta
T

No se me olvida lo que me cuenta mi padre, que es el tío más cerrado y chapado a la antigua en cuanto a tecnologia/ciencia ficción/series con un mínimo de fantasía se refiere. Tenia cerca de los 30, yo acababa de nacer, y el tío venía corriendo a casa después de dar clase sólo para ver 'Goku'. Se me hace imposible imaginarmele viendo dibujos, la verdad xD

Con esto quiero decir que si que tuvo que pegar fuerte DB en aquella época.

Ains, qué recuerdos el 'muñecogoma' :qq:

Grimmer8

Ohh, que recuerdos de ir rápido al bar de mis padres para ver el Club Super3 con Musculman, Dragon Ball, Arale y Ranma 1/2, Fly, etc. Unas series que siempre recordaré con cariño (entre otras), pero dicho esto, NINGUNA como Bola de Drac. Y pensar que esta pasada de moda...

EDIT: Por cierto #1 se me olvidaba enorme post con micho trabajo. Te agradezco el esfuerzo. Un saludo.

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dru1dA

#7 El trabajo en todo caso de los chicos de misiontokyo, sacando imágenes y documentación que muchos desconocíamos de hace 20 años

Por la noche pongo la 3º parte

dru1dA

LOS CROMOS DE PANINI Y LOS FANZINES (1992)

Desde 1990 hasta 1992 el panorama fue muy desolador, los fanarts de Goku y producciones piratas daban vergüenza ajena pero todo cambió cuando en diciembre de 1991 Panini llegó con su correspondiente colección de cromos realizados a base de imágenes sacadas directamente de los fotogramas de la serie. Por fin material oficial a color con la esencia de la serie. El éxito fue inmediato e histórico,y aunque la tirada inicial fue de 5 millones de sobres y 100.000 álbumes al mes siguiente ya tuvieron que doblar la tirada alcanzando ventas de hasta 14 millones de sobres de cromos sólo en Cataluña. Los responsables de la edición se presentaban como unos triunfadores ante la prensa de la época.

La colección adaptaba la saga de los Saiyan pero pronto salió una segunda parte con la continuación de la serie, una tercera que adaptaba la primera etapa de Dragon Ball, las Combat Cards coleccionables... una cantidad ingente de material coleccionable y es que de alguna forma los cromos de Panini sustituyeron a las fotocopias. Como dato anecdótico apuntar que a finales de 2011 Panini lanzó un nuevo álbum de cromos de Dragon Ball, 20 años después la editorial sigue apostando por la misma fórmula, así que ya os podéis imaginar el impacto que supuso para la empresa.

Pero seguramente, la consecuencia más interesante de la colección fue la invasión del Mercat de Sant Antoni en Barcelona o del Rastro en Madrid, emplazamientos habituales de los coleccionistas dónde acudir a intercambiar cromos, sellos, o cualquier elemento coleccionable. El caso es que el monopolio de los cromos de fútbol estaba siendo superado por las colecciones de Dragon Ball, con lo que el mercado se convirtió en punto de encuentro para los fans de la serie y caldo de cultivo del movimiento otaku en España.

El fenómeno adquirió tales dimensiones que causo serios problemas logísticos a un Mercat de Sant Antoni que no estaba diseñado para absorber tal cantidad de gente. Las aglomeraciones causaron más de un disgusto a los responsables del recinto. La fiebre por su intercambio llevó a cientos de familias a colapsar la circulación en los aledaños del mercado, donde fue necesario un contingente extraordinario rio de efectivos de la Guardia Urbana para controlar el caos. La prensa generalista se hizo eco de la situación vivida:

Los cromos fueron la excusa, las fotocopias la esencia, y cualquier material relacionado con Dragon Ball multiplicaba su demanda por mil. Incluso aquel merchan español de tan baja calidad empezó a volver locos a los niños, y no tan niños, que empezó a copar todas las paradas del Mercat de Sant Antoni.

Por su banda el fenómeno de las fotocopias evolucionó a los fanzines. Cels Piñol fue el primero que dedicó una de sus entregas del fanzine Kiusap a Dragon Ball y Dr.Slump. El fanzine no era otra cosa que un compendio de las mejores fotocopias que circulaban por los patios de las escuelas pero fue un éxito brutal.

Además del éxito comercial, sentó las bases de una fiebre fanzineril en la que llegaron a publicarse simultáneamente más de cincuenta fanzines con portadas de Dragon Ball, algunos con más contenidos que otros pero todos con el objetivo claro de compartir su pasión. Los mejores lograron evolucionar a las que fueron las primeras revistas de manga en castellano, pero esa ya es otra historia que trataremos en capítulos futuros.

Por otra parte, las ganas de compartir la afición por Dragon Ball llevó a la creación el Club de Fans de Akira Toriyama.

El Club de Fans de Akira Toriyama

Núria Teuler y Álex Samaranch fueron los impulsores de dicho club de fans que realmente se vio desbordado por la alta demanda, se colapsó, y muchos no llegaron ni a recibir el carnet. Además de algunas rencillas personales pondrían fin al fue el primer movimiento asociacionil de otakus. Núria y Álex terminaron haciéndose la competencia, una en el estudio Inu con la revista Kame y el otro en Camaleón con la revista Neko.

MATERIAL DE IMPORTACIÓN

Ante la fuerta demanda de material oficial de calidad sobre Dragon Ball, unos cuantos iluminados lo vieron claro, había que importar material de Japón para venderlo aquí. Continuará Comics o Max de Chunichi para Norma Comics fueron algunos de los pioneras pero hay mucho más.

El contrabando estaba a la orden del día e incluso la Guardia Civil llegó a actuar para ponerle freno.

De esta forma, se establecieron puentes comerciales con Japón que hoy día todavía perduran y que nutren de merchandising japonés las librerías especializadas que visitamos habitualmente

LLEGA EL MANGA ORIGINAL (1992)

Otro visionario fue el director de Planeta De Agostini Comics, Antonio Martín. Era habitual que las series que tenían éxito fuesen también adaptadas al cómic por autores españoles como un producto más de merchandising que aprovechaba el tirón televisivo para hacer el negocio de la temporada, una práctica que se inició en los años 70 y que se prolongó hasta Oliver y Benji o Supergol.

Sin embargo, en esta ocasión el manga ya empezaba a despuntar en Estados Unidos a través de editoriales independientes y la recién establecida Viz (con Kamui, Crying Freeman...). Los cómics de superheroes habían tocado techo y el mercado parecía estancado, necesitaba aires nuevos y esos tebeos japoneses que empezaban a llegar a occidente parecían una buena apuesta.
Antonio y los suyos se propusieron editar el manga original de la serie en lugar de realizar una adaptación española como se había hecho hasta la fecha.

Antonio Martín relata así su experiencia:

"Mi primer y emocionante contacto con el manga Dragon Ball se lo debo a mi buen amigo Alfons Moliné, gran experto que me entrego en préstamo un ejemplar del nº1 del manga recopilatorio de Dragon Ball. Y así comenzó todo... Una larga labor de equipo, resumida en el primer y difícil contacto con la editorial Shueisha (faxes, faxes, más faxes, Frankfurt, cartas, teléfono, más faxes...) y, finalmente, el premio a nuestro interés y esfuerzo: la concesión editorial sobre el manga de Dragon Ball para su edición en español y catalán."

Las negociaciones fueron duras y se iniciaron en septiembre de 1991, y a la dificultad de competir con la mayoría de editoriales españolas de cómics, que tambien se unieron a la puja para hacerse con la licencia, hay que unirle el hecho de que en 1991 las comunicaciones no eran como hoy en día y que Japón era como un mundo exótico procedente del futuro, o algo así. El caso es que no estaba muy claro con quien se tenía que negociar para poder licenciar el comic original de Dragon Ball. Tirando de la cuerda llegaron a contactar con la revista Dorothée, luego con AB Group, y finalmente negociaron con Shueisha a través de la Agencia Tuttle-Mori. Los españoles se preparaban para viajar a Japón y hacer historia.

Los japoneses tampoco estaban acostumbrados a negociar con los españoles y el choque cultural fue importante, el realizar dos ediciones simultaneas, la serie blanca y la roja, fue quizá el punto más discutido tal y como recuerda el mismo Antonio Martín:

"Las objeciones básicas que tenían que resolverse eran: la existencia de dos ediciones de partes distintas de la serie Dragon Ball, publicadas en paralelo, obligaria a buscar una manera de diferenciarlas radicalmente. Además, no podría llamar a la segunda y nueva colección Dragon Ball Z, aunque se correspondiera con los dibujos ya que el manga solo lo han llamado, y lo llaman, Dragon Ball; por eso, ni ellos ni Akira Toriyama aceptarían "esta" Z en el título. Además [...] no podría empezar la colección con el número 1, sino que el primer episodio tendría que llevar la cifra de órden correlativo que le correspondía dentro del conjunto total de la serie. Y este era el problema."

Finalmente, en la Feria del Libro de Frankfurt de 1991 se cerraba el acuerdo y unos meses más tarde se hacía pública la adquisición de la licencia del manga original de Dragon Ball, un hecho histórico que tuvo repercusión hasta en la prensa escrita que como si de Mision Tokyo se tratase anunciando a bombo y platillo la adquisición de la nueva licencia para su linea manga y los detalles de su futura edición:


Por primera vez se editaba un cómic de periodicidad semanal, con dos ediciones simultaneas, en dos idiomas distintos y encima de orígen japonés, se mire por donde se mire un riesgo que les salió redondo y que dio el pistoletazo de salida a la industria del manga en España.

A pesar del alto coste de la edición, pues a diferencia de los tradicionales cómics americanos había que invertir el orden de lectura, rotular las onomatopeyas, traducir del japonés, los royalities... Planeta planeó una tirada semanal de 100.000 ejemplares en catalán de "Bola de Drac" y 50.000 de "Dragonball" en castellano, lo que se traduce en más de 600.000 ejemplares mensuales. Si los mangas de hoy raramente alcanzan los 4.000 ya os podéis imaginar el impacto que supuso Dragon Ball.También es significativo el hecho de que en los primeros números la edición en catalán vendiese casi el doble que la española, esto se debe a que el impacto que Dragon Ball tuvo en Catalunya fue muy superior al del resto de España debido a que TV3 estaba mucho más instaurada en la sociedad catalana que el resto de canales autonómicos en sus respectivas comunidades. Aunque la serie rompió todos los récords de audiencia allí donde se emitió.

El estreno del manga de Dragon Ball se hizo coincidir con el Salón del Cómic, entonces Planeta ya hacía un par de meses que había empezado a editar manga, concretamente Crying Freeman y El Puño de la Estrella del Norte, procedentes de EUA, con quienes ya estaban acostumbrados a negociar. Algo que hubiese sucedido también con Dragon Ball de no ser porqué su manga no se había publicado ni en EUA ni en Francia. Efectivamente, por una vez fuimos los primeros en algo y pudimos disfrutar de la obra de Akira Toriyama antes que cualquier otro país occidental.

Lo anecdótico del caso, es que el manga llegó cuando todavía prevalecía la fiebre por las fotocopias, tal es caso que el material promocional que usó Planeta para apoyar el lanzamiento del manga en el Salón del Cómic fueron precisamente fotocopias originales bajo licencia de Shueisha, algo que los japoneses debieron flipar cuando les solicitaron permiso para hacer algo así.

DRAGON BALL EN EL X SALÓN DEL COMIC (1992)

Joan Navarro, antes de dirigir Glénat, fue director del Salón del Comic de Barcelona. Coincidiendo con la salida al mercado del manga original y tras un Salón, el de 1991, en el que Dragon Ball fue el gran protagonista ausente tal como declaraba Joan Navarro al periódico La Vanguardia: "En el pasado Saló del Cómic, uno de cada tres visitantes preguntaba dónde se podían obtener estos tebeos. La imposibilidad de satisfacer ese deseo ha creado una especie de 'mono'".

Para el Salón de 1992 se intentó traer a Akira Toriyama, algo que evidentemente Shueisha no consintió pues contractualmente impedía a los autores de la Jump viajar al extranjero mientras se publicase su obra para evitar un parón en las entregas semanales, algo que no se podía permitir la revista japonesa, que por atnocnes tiraba una media de seis millones de ejemplares semanales en gran parte gracias a Dragon Ball.

Sea como fuese aunque el país invitado de esa edición fue Alemania, el Salón estuvo marcado por la fiebre Dragon Ball y el éxito comercial del manga se interpretó como la primera primera penetración cultural de los japoneses en occidente. Estaba claro que el manga estaba de moda y en la siguiente edición (la de 1993) el país invitado no podría ser otro que Japón, en un Salón que pasaría a la historia por la gran cantidad de invitados japoneses que asistieron.


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Veinx

Tengo toooda la serie blanca y la roja, qué recuerdos cuando iba al quiosko mas cercano con mis 175pts a comprar la serie blanca, solo se podía comprar con reserva de la cantidad de gente que lo compraba. Hoy día ya no ves manga en ningún quiosko, no venden, solo en tiendas frikiespecializadas.
Los cromos de panini de dragon ball también los conservo, los miro ahora y tienen una calidad malisima xdd.

Peazo curro te estas metiendo dru1da.

1 respuesta
dru1dA

#10 Hace poco empezaron a vender Death Note en quioscos. Aunque nada como lo de Dragon Ball, que fueras donde fueras encontrabas cosas.

No hay más que ver lo que comentan ahí; que llego a alcanzar los 600.000 ejemplares mensuales y hoy en día hay series que no llegan a 4.000.

XAluPA

Aun conservo el frasco de colonia que sale ai con un poco de ella XD mu interesante to esto mola

1 respuesta
lxn_

#1 RPV: TV3 inventó el anime.

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_dabla_

#12 Eso tiene que ser solo alcohol ya. O ni eso xDDD

Rememorar ahora lo que supuso Dragon Ball es darse cuenta de la magnitud real que tenía todo, y yo que pensaba que solo era con mis primos y algunos de la clase esto... xDD

Sphere

#5

Me acabas de traer buenos recuerdos de mi infancia :D

9 días después
dru1dA

Como todo fenómeno de éxito nuevo no tardaron en salir las voces críticas. Algunas apuntaban a su animación limitada, sin caer en la cuenta que los precursores de este tipo de animación fueron los americanos, pero otros ataques, mucho más peligrosos, alegaban a la supuesta violencia extrema y erotismo desmesurado de la serie para exigir su prohibición. Y aunque parezca mentira llegaron a conseguirlo.

La campaña se vertebró desde la prensa con titulares tan sensacionalistas como "Dos menores rompían coches al estilo "Bola de Drac" (La Vanguardia 29 diciembre 1992).

U otros que por su ignorancia ya causaban risa por si solos "Niño grave al tirarse de un tejado para imitar a Docu" (La Vanguardia 6 junio 1993) Sí, habéis leído bien "Docu" en lugar de Goku". Claro que luego en el cuerpo de la noticia ya aclaraban que en realidad se había caído dando saltos en un tejado mientras jugaba con su amigo, pero el titular tendencioso y sensacionalista no tiene desperdicio.

Otros redactores, como Chapete del periódico ABC, la tomaron de forma sistemática desde el primer día publicando duras acusaciones sobre la serie.

Por insistente y pintoresco tomaremos de ejemplo al mencionado Chapete del ABC. Empezó en enero del 92 publicando que la emisión de Bola de Dragón por parte de Telemadrid era algo "Impresentable, sin duda con La Bola de Dragón la animación japonesa ha conseguido superar con amplitud los límites del buen gusto" (ABC 21 de enero de 1992). Las semanas pasaban y en el pobre Chapete no paraba de crecer su indignación y frustración. Cuando en septiembre se estrenó DBZ en Telemadrid no dudó en volver a soltar peras del calibre: "DBZ mantiene los niveles de estupidez e idiocia de pasadas etapas" (ABC 22/10/92) o "Un escaparate completo de agresiones que se dirigen en primer lugar, contra la audiencia y, en segundo, contra el resto de los firmantes. Telemadrid debería revisar su concepto de ética." (ABC 8/5/1993). Lo de Chapete rozaba lo enfermizo, incluso cuando DBZ fue sustituida por Dragon Quest y esta fue sustituida por Ulyses 31 se atrevióa a titular: "Generación colgada. Después de Goku, Las aventuras de Fly, y Songohanda, a Telemadrid le cuesta abandonar la línea intergaláctica, y se ve que solo le quedan modelos pasaditos. Como sigan reponienendo viejas glorias van a conseguir que otra generación se encuentre más colgada que Numayos y en espera de que las rescate Mazinger Z" (ABC 7/8/1993). Estos ataques fueron repitiéndose una y otra vez con comentarios más o menos jocosos que al final a uno le causaban más gracia que otra cosa. Lo que no resultó tan gracioso fue cuando estas críticas, junto con muchísimas más procedente de asociaciones de padres y telespectadores, se tomaron muy en serio por entes políticos que se propusieron tomar cartas en el asunto desencadenando una campaña de linchamiento a la serie hasta llegar a crear leyes expresas para conseguir su retirada de la televisión.

En mayo de 1993 las cadenas autonómicas firmaron un acuerdo de código deontológico de protección de la infancia.

En declaraciones a El País (23/08/1993) los responsables de las cadenas autonómicas se pronunciaron sobre la polémica de Dragon Ball. Un portavoz de Canal Sur, por ejemplo, reconocía que se habían recibido protestas, pero afirmaba: "Estas quejas no son noticia; aquí pensamos que no es para tanto y hemos quitado importancia al asunto".

En Telemadrid, en cambio, negaban haber recibido quejas directas de ninguna asociación de espectadores. Aunque afirmaban que sí se habían dado por enterados del problema y por ello reaccionaron cambiando el horario de emisión de Bola del dragón Z de las 20.00 a las 13.35. "Estamos respetando el convenio contra la violencia firmado en el mes de mayo, que no pedía eliminar del todo estas series, sino ir evolucionando progresivamente. Estamos comprando series más acordes con el público infantil", afirmaba un portavoz de Telemadrid.

Más contundente se mostraba el director de programas y emisiones de la televisión gallega (TVG), Enrique de Arce, afirmando que la serie había llegado en repetidas ocasiones a los primeros lugares de audiencia consiguiendo hasta un 40% de cuota de pantalla. "Estos datos descalifican cualquier tipo de protesta", decía Arce, quien, por otro lado, afirmaba que en la serie no se hacía apología de la violencia ni incitaba a cometer actos violentos.

El canal autonómico catalán también recibió protestas, pero Oleguer Sarsanedas, director de programas de la cadena, defendió la continuidad de la serie: " TV-3 había comprado la tercera parte sin verla y antes de que saliera del lápiz de su creador" y consideraba que el problema más importante para la continuidad de la serie no residía en las protestas de los espectadores, sino en la huelga de doblaje, que podía afectar a su estreno, previsto para el 2 de noviembre.

La polémica fue tomando cada vez más fuerza y Prodeni, fundada en 1987 y con sede en Málaga, se movilizó contra la Bola de Dragón y ejerció una fuerte presión a Canal Sur hasta que el 22 de julio de 1993 la televisión andaluza anunció que dejaba de emitir la serie a partir del capítulo 146 por las numerosas protestas recibidas por parte de las asociaciones de telespectadores, padres y educadores por su contenido violento.

Meses después el debate estalló también en Madrid con titulares tan sensacionalistas como "Los japoneses exportan a todo el mundo los dibujos animados que prohíben ver a sus niños" que dedicaba el Pais de su edición de 3/8/94 para abrir un artículo que recogía declaraciones tan ignorantes como las de una joven Esther del Moral donde afirmaba que "Las series japonesas van cargadas de mensajes de destrucción. Un tema recurrente es salvar a la Tierra de ataques extraterrestres. En las series deportivas los personajes luchan por el éxito, aún a costa de sacrificios personales importantes, y se establecen dicotomías entre los roles masculinos y femeninos. Cuando chico y chica deben realizar una misma actividad física, él siempre es el primero en realizarla. Lo más impresionante es que los niños japoneses no ven esos programas, sino series cuyos contenidos han sido regulados por comités compuestos de sicólogos, pedagogos y productores, e incluso, emitidos en dos idiomas." Aprovechando el gran desconocimiento que había en la época para sembrar la alarma entre los padres asustados.

La cosa fue a más y los políticos entraron al trapo, especialmente el Partido Popular, que "criticaron la oposición del director general, Marcos Sanz, a suprimir La bola del dragón, una serie infantil criticada por su violencia desde distintos sectores, incluida la consejera de Integración, la socialista Elena Vázquez" (El Pais 15/9/93).

Poco después, en enero de 1994, Telemadrid tomó la misma decisión que Canal Sur y canceló la serie a partir del capítulo 167. Que fue sustituida por clásicos como Popeye, Los Picapiedra o Tom y Jerry. La caída de audiencia fue tan espectacular como preocupante, algo de lo que se lamentaron los responsables de la cadena.

En Catalunya el caso tuvo mucha más miga y merece la pena repasarlo en profundidad pues demuestra que Dragon Ball fue mucho más que una simple moda de temporada. En 1995 se abriría una dura disputa política sobre el tema que terminaría con la creación de nuevas leyes para conseguir retirar la serie, algo que TV3 no estaba dispuesta.

A raíz de toda la polémica suscitada por la emisión de Dragon Ball, en 1995 el Parlament de Catalunya aprovó la Llei d'Atenció i Protecció de l'Infància i l'Adolescència (Ley de atención i protección de la infancia y la adolescencia) que obligaba a cancelar series con contenido violento de la programación infantil. Así, el 4 de agosto de 1995 Dragon Ball pasó a emitirse fuera del programa contenedor Club Super 3 y quedó prohibido cualquier anuncio o promoción relacionado con la serie dentro del espacio infantil. Pero hecha la ley hecha la trampa y para no tener que cambiar el horario habitual de la serie TV3 simplemente adelantó media hora el final del Club Super 3 para acto seguido emitir Dragon Ball en su horario habitual. Esta picaresca lo único que consiguió fue levantar más críticas y desencadenar una batalla dialéctica entre el diputado de CIU, Duran i Lleida, con el director de la Corporación de Radio y Televisión de Catalunya, Vilajoana.

Duran i Lleida tuvo hasta enfrentamientos dentro de su coalición pues decidió que muy a pesar de lo que quisiera Convergència, él actuaría como líder de Unió para llevar el tema al Parlament. La prensa de la época se hizo eco de todo el asunto en numerosos artículos como el siguiente de La Vanguardia:

La respuesta por parte de Vilajoana no se hizo esperar y a parte de desmontar algunos mitos, como que Dragon Ball se emitía por la noche en Japón, reivindicó la pluralidad de la televisión y los valores positivos que tiene la serie.

El resultado fue el que muchos auguraban, la partir de febrero de 1997 a serie fue desplazada al C33 y pasó a emitirse sólo los martes a partir de las 22.20 horas. Ahora todos los fans de la serie, además de pelear con nuestros padres para hacernos con el control de la tele en unas horas intempestivas para nosotros nos veíamos obligados a acostarnos más tarde de lo normal.

Una situación que reflejó muy acertadamente Cels Piñol en su Otaku Files.

De todas formas, por aquel entonces el manga original ya había concluido en Japón (Shonen Jump #25 mayo 1995) y el boom Dragon Ball ya había dejado de ser una moda para convertirse en una realidad imposible de eliminar, pues había sido el estandarte de toda la industria del manga. Por si fuese poco, al cabo de 2 años Antena 3, al ser una cadena privada, pudo emitir la serie para toda España, en abierto y en horario infantil, causando un resurgimiento de la Dragonballmanía entre toda una nueva generación.

Sin embargo, los ataques no vinieron sólo de los sectores más conservadores de la sociedad sino que los mismos otakus se volcaron contra la serie. Jorge Riera se había hecho famoso en el mundillo otaku por dirigir la revista de Glénat llamada Kabuki,pero sobretodo por sus artículos cargados de provocación y polémica. Actitud que heredó Lázaro Muñoz y que mezcló con un ataque desmedido hacia los fans de Dragon Ball. Estas criticas respondían a la frustración que causaba en muchos otakus ver como Goku eclipsaba otras series que consideraban mejores que la obra de Toriyama. La baja calidad de Dragon Ball GT cargó de razones este discurso que terminó siendo un eslogan con el que conseguir popularidad entre la gran cantidad de otakus seguidores de Goku y compañía.


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PrinceValium

Muy currado tío, gran trabajo ;)

En extremadura la primera vez que se vio fue en antena 3, te lo digo yo que soy extremeño xD

También recuerdo cuando leí un artículo hace muchíchíchísimo tiempo hablando sobre la violencia en la televisión y mencionaban a dragon ball xD

1 respuesta
GaTTu

Wow muy interesante, es como volver a los 90. Los 90 sí que molaban jaja


A

joer que viejo soy, yo tuve todo esas chorradas :(

#17 me suena que a3 pillo los derechos mas tarde y al final por las tardes veias un capitulo en castellano otro en valenciano y creo que hasta otro en catalan, todos siguiendo tramas distintas

#20 que antena 3 pillo los derechos mas tarde que las autonomicas punto

1 respuesta
PrinceValium

#19 Me refiero a que en Extremadura la primera vez que se vio fue en a3, no entiendo tu reply o yo me expliqué mal xD

1 respuesta
F

La de chistes que se sacço Cels Piñol con el fenómedo Dragon Ball.

1 año después
lafundo

Yo vi Chicho Terremoto, Los Caballeros del Zodiaco, BoBoBo y DGray Man cuando aun molaba Cartoon Network.

De Chicho Terremoto tambien hubo quejas de asociaciones de boborolos y boborolas porque se veian braguitas y al Chicho levantando faldas en busca de las legendarias Bragas Blancas.

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