Según explican los científicos, este ácaro, llamado varroa, extiende el virus mortal al alimentarse de hemolinfa o «sangre» de abeja. Para aclarar el vínculo entre los ácaros y los virus, el equipo de Sheffield estudió el impacto del ácaro en Hawai, donde esta especie es una invasión reciente y, por lo tanto, era más fácil reconocer su influencia.
Descubrieron que la llegada de varroa aumentó la prevalencia de un único tipo de virus, el virus de ala deformada (DMW) en las abejas, de un 10 a un 100%. Al mismo tiempo, observaron una enorme reducción en la diversidad del virus. Una única cepa de DMW se imponía eliminando a las demás. «Es esa cepa la que ahora domina en todo el mundo y parece estar matando a las abejas», dice Stephen Martin, responsable de la investigación. «Yo apostaría a que este virus es clave»
Plaguicidas y hongos
Otros estudios han apuntado a hongos, pesticidas o la disminución de la diversidad vegetal como causantes del colapso de las colonias. Hace poco, también en la revista Science, dos investigaciones, un británica y otra francesa, señalaban que un plaguicida ampliamente utilizado para proteger los cultivos puede ser el causante de esta trágica desaparición. Según escribían, el plaguicida desorienta a los insectos hasta el punto de que son incapaces de regresar a su colmena, reduce el tamaño de las colonias y hace desaparecer a las reinas.
Sin embargo, Ian Jones, de la Universidad de Reading, cree que los últimos hallazgos apuntan a la combinación de virus y ácaros como el principal culpable. «Estos datos proporcionan una clara evidencia de que, de todos los mecanismos sugeridos de la pérdida de las abejas, la infección por virus traídos por la infestación del ácaro es un factor clave», asegura. Jones, que no participó de la investigación, aconseja a los apicultores controlar la infestación de varroa en las colonias.
La amenaza a las poblaciones de abejas se extiende en gran parte de Europa, Estados Unidos, Asia, América del Sur y Oriente Medio. No solo es el problema de las abejas, también es el nuestro. Las abejas son importantes polinizadores de los cultivos de frutas y hortalizas. Un informe de Naciones Unidas de 2011 estima que las abejas y otros polinizadores como mariposas, escarabajos y aves hacen «trabajos» por valor de 153.000 millones de euros al año para la economía humana. Sin estas «amigas», estamos perdidos.