Los investigadores probaron el aceite de cilantro contra 12 cepas de bacterias, incluyendo la 'escherichia coli', 'salmonella enterica', 'bacillus cereus' y 'staphylococcus aureus' resistente a meticilina (SARM). De las cepas probadas, todas mostraron una reducción del crecimiento, y la mayoría fueron eliminadas por las soluciones que contienen 1,6 por ciento de aceite de cilantro o menos.
El cilantro es una planta aromática muy utilizada en la cocina mediterránea. El aceite de cilantro es uno de los 20 más utilizados en el mundo y ya se utiliza como aditivo alimentario. Este aceite se produce a partir de semillas de la planta de cilantro y sus beneficios para la salud han sido asociados con el uso de esta hierba durante siglos. Estos beneficios incluyen el alivio del dolor, de calambres y de convulsiones, así como la curación náuseas, ayuda a digestión y el tratamiento de las infecciones por hongos.
Este estudio no sólo demuestra que el aceite de cilantro también tiene un efecto antibacteriano, sino que proporciona una explicación de cómo funciona, algo que no se sabía hasta ahora. "Los resultados indican que el aceite de cilantro daña la membrana que rodea la célula bacteriana. Esto interrumpe la barrera entre la célula y su medio ambiente e inhibe los procesos esenciales, incluyendo la respiración, lo que conduce finalmente a la muerte de la célula bacteriana", explica la directora del estudio Fernanda Domingues.
Los investigadores sugieren que el aceite de cilantro podría tener importantes aplicaciones en la industria alimentaria y médica. "En los países desarrollados, hasta un 30 por ciento de la población sufre cada año enfermedades transmitidas por alimentos. Esta investigación alienta el diseño de nuevos aditivos alimentarios que contengan aceite de cilantro para combatir patógenos transmitidos por alimentos y prevenir el deterioro de las bacterias", asegura Domingues.
"El aceite de cilantro también podría convertirse en una alternativa natural a los antibióticos comunes ya que se puede usar como fármacos en forma de lociones, enjuagues bucales e incluso pastillas, para combatir múltiples infecciones bacterianas fármacoresistentes que de otra manera no podrían ser tratados, lo que mejoraría significativamente su calidad de vida", concluye la experta.