Se llamaba Benjamin, y fue el último tigre de Tasmania vivo. Murió, tal día como hoy, en 1936. Con él desapareció esta curiosa especie, también llamada lobo marsupial o tilacino. Fue el marsupial carnívoro conocido más grande conocido de todos los tiempos. Una mezcla entre un cánido y un marsupial, una especie única, un animal con características inusuales.
Su extincion comenzo en los años 1830, con la llegada de los colonos europeos al continente australiano. En aquel momentos el lobo marsupial se centraba en el norte de la isla de Tasmania pero poco a poco comenzaron a desaparecer. Los colonos empezaron a culparlos de numerosos ataques a ovejas y otros animales de granja, dando lugar a una caza intensiva del lobo marsupial e incluso a ofrecer recompensas por estos animales.
A principios de siglo, el esfuerzo de los cazadores por evitar que los animales de sus granjas fueran devorados, junto con la competencia con perros salvajes introducidos por los colonos, la extinción de sus presas naturales y una epidemia de moquillo, fueron los causantes de la extinción de la especie.
En el año 1920 el tigre de Tasmania era extremadamente raro en estado salvaje. En ese momento, aunque ya era tarde, el gobierno de Tasmania realizó varios intentos por salvar la especie de la extinción e incluso se recomendó proteger los pocos que quedaban en algunas zonas al oeste de Tasmania. A pesar de esto y de las insistencias del gobierno por salvarlos, el último tigre de Tasmania salvaje conocido murió abatido en 1930 por un cazador. Se cree que el último lobo marsupial quedo aislado en el exterior de su refugio, por un descuido de sus cuidadores, dejándolo expuesto a temperaturas glaciares durante la noche y al calor sofocante durante el día.
Desde el año 1996, en Australia el 7 de septiembre se celebra en Australia el “Día Nacional de las Especies Amenazadas” para conmemorar la muerte del último tigre de Tasmania oficialmente registrado.
La extinción del lobo marsupial siempre ha estado rodeada de polémica. Resultados de búsquedas posteriores al año 1936 indican que la especie pudo haber sobrevivido en Tasmania hasta los años sesenta, incluso se han registrado cientos de avistamientos de lobos marsupiales en Tasmania, pero ninguno de ellos ha podido corroborarse.
Aun así, se siguen realizando expediciones en busca del tigre de Tasmania en la Isla, tratando de averiguar si aún quedan ejemplares vivos en los rincones inaccesibles de la misma. Hoy en día sigue siendo una incertidumbre si realmente esta extinto o si unos pocos individuos sobreviven en las junglas espesas y en los bosques de Tasmania, lejos de las comunidades humanas.