Hoy navegando por 9gag, me ha sorprendido el caso de Leonig Rógozov, un médico ruso que se realizo una operación a si mismo estándo aislado en la Antártica. Me he puesto a buscar y he visto que hay más casos de autocirugías documentados, os he seleccionado los 3 que he visto más sorprendetes, pero hay otros muchos por la web.
Leonid Rógozov
Desde septiembre de 1960 hasta octubre de 1962, Rógozov trabajó en la Antártida, integrando un equipo de trece investigadores de la estación Novo Lazarevskaya, que fue establecida en enero de 1961.
En la mañana del 29 de abril de 1961, Rógozov experimentó debilidad general, náuseas y fiebre moderada, y más tarde dolor en la parte inferior derecha del abdomen. Todas las medidas posibles de tratamiento no lo ayudaron. El 30 de abril se hicieron evidentes los signos localizados de una peritonitis, y su estado de salud empeoró considerablemente durante la noche. La base Mirny, era la estación soviética de investigación más cercana, se encuentra a 3074 km de Novo Lazarevskaya. Las estaciones antárticas de investigación de otros países no tenían avión. Las severas condiciones antárticas impedirían el aterrizaje de aeronaves. Rógozov no tenía más opción que realizarse una autocirugía.
La operación comenzó alrededor de las 22:00 el 30 de abril. Rógozov se inyectó en la pared abdominal una solución de 0,5% de novocaína como anestesia local. con la ayuda del conductor de tractores y el meteorólogo, que le alcanzaban los instrumentos y la celebración de un espejo para observar las áreas no directamente visibles, mientras que Rógozov estaba en una posición semi-reclinada, la mitad-se volvió hacia su lado izquierdo. Rógozov hizo una incisión de unos 12 cm para buscar el apéndice. Media hora después del inicio de la operación empezó a sentir debilidad general y náuseas, por lo que de ahí en adelante tuvo que hacer varias pausas para descansar. Según su informe, el inflamado apéndice tenía una perforación de 2 × 2 cm en su base. Rógozov inyectó antibióticos directamente en la cavidad peritoneal. Cerca de la medianoche terminó la operación.
Después de un breve período de debilidad postoperatoria, los signos de peritonitis desaparecieron. La temperatura de Rógozov volvió a la normalidad después de cinco días, y los puntos de sutura fueron retirados siete días después de la operación. En unas dos semanas pudo reanudar sus actividades normales.
La autocirugía capturó la imaginación del público soviético en ese momento. En 1961 fue galardonado con el Orden de la Bandera Roja del Trabajo.
Inés Ramírez
Inés Ramírez es una mujer campesina que vive en una zona rural de México. Sólo habla idioma zapoteco -lengua materna- (no habla idioma español), y nunca recibió entrenamiento médico alguno. No obstante se practicó ella misma una cesárea de manera exitosa. Ambos, ella y su bebé sobrevivieron.
Ramírez se encontraba sola en su choza cercana a Río Talea, México, cuando la labor de parto comenzó, la comadrona más cercana se hallaba a 80 km de distancia, a lo largo de un terreno irregular y lleno de caminos difíciles, su marido se encontraba bebiendo en una cantina. Río Talea tiene 500 habitantes y solamente cuenta con una línea telefónica, pero muy lejana.
A la medianoche del 5 de marzo del año 2000 después de 12 horas de continuo dolor y un pequeño avance en la labor, Inés se sento en un banco y comenzó a beber una botella de alcohol para frotar, utilizó un cuchillo de cocina con el cual se practicó un corte para abrirse el abdomen. Ramírez cortó a través de su piel en una línea diagonal por encima del estómago hacia el ombligo (una típica Sección-C llega más abajo del ombligo). Después de operarse ella misma por espacio de una hora consiguió llegar al útero y extraer a su bebé.
Después cortó el cordón umbilical con unas tijeras, y cayó inconsciente al poco tiempo. Cuando recuperó el conocimiento, se envolvió el abdomen herido y le pidió a su hijo de 6 años de edad, Benito, que consiguiese auxilio. Horas más tarde, el médico de la aldea encontró a Inés yaciendo al lado de su bebé, despierta y consciente. El médico suturó la incisión de 17 cm de largo con una aguja e hilo disponibles. Finalmente fue llevada al hospital más cercano, en donde dos obstetras la examinaron a ella y a su bebé encontrándolos en perfectas condiciones, sin explicarse por qué.
Al narrar su experiencia en su lengua natal (zapoteco) Ramírez, dijo: "Ya no podía pararme el dolor, si mi bebé moría, entonces decidiría que yo tendría que morir también. Pero si el crecía, yo lo vería crecer, pensé que Dios salvaría ambas vidas"
Se cree que Ramírez es la única mujer en haber practicado una cesárea a sí misma, también se estima que fue enormemente afortunada en colocarse en la posición elegida ya que ello colocó su útero -en lugar de sus intestinos- por debajo del área de la incisión. También tuvo mucha suerte al ingerir solamente una dosis sub-letal de alcohol isopropílico. Dijo después que no aconsejaba hacer lo mismo a otras mujeres.
Evan O'Neill Kane
En 1921, este Doctor de Pennsylvania, quiso probar que el éter, el cuál en ese momento era el anestésico general por excelencia se utilizaba con demasiada frecuencia cuando podía ser sustituido por otros locales menos peligrosos. Como prueba, el médico se operó a sí mismo, extirpándose el apéndice bajo los efectos de otro anestésico local, colocándose en la mesa de operaciones con un espejo sobre su abdomen. Junto con otros tres médicos en el quirófano a modo de apoyo, Kane realizó la extensa incisión para remover el apéndice suturándolo sus ayudantes (esto fue anterior a la implementación de nuevas técnicas que permitieron a los médicos realizar incisiones del tamaño de una curita para la extirpación del apéndice).
El médico se recuperó con éxito. Unos años después, cuando contaba con 70 años, el doctor Kane se realizó una cirugía mucho más complicada para reparar una hernia inguinal. La cercanía a la arteria femoral la convertía una operación particularmente delicada, y Kane la realizó en menos de dos horas. Según informaron los otros médicos que estaban con él, estaba relajado y bromeaba aun cuando suturaba a milímetros de importantes vasos sanguíneos. Murió de neumonía a la edad de 70 años, poco después del juicio de su hijo y después de operarse el mismo de la hernia inguinal.