Gracias a este dinero, hoy hay más de 48 fármacos para la malaria en investigación, una prometedora vacuna (la RTS-S, en la que participa el español Pedro Alonso) en la última fase de desarrollo, un número sin precedentes de nuevos compuestos insecticidas y una nueva generación de test de diagnóstico rápido. Si la financiación se sostiene en los próximos años, quizás se logre el objetivo de erradicar la enfermedad, señala el documento, elaborado por Policy Cures, un grupo de investigación independiente, y publicado por las organizaciones sin ánimo de lucro PATH y Roll Back Malaria Partnership.
La mayor disponibilidad de recursos para prevenir y combatir la malaria ha permitido que 11 países africanos hayan reducido un 50% los casos de la enfermedad y las muertes por esta causa en la última década, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Los frutos de esta inversión en malaria podrían salvar cientos de miles, quizás millones, de vidas en los próximos años y nos da esperanza para pensar que el objetivo de la erradicación es posible", explica Awa Marie Coll-Seck, directora ejecutiva de Roll Back Malaria Partnership y ex ministra de salud de Senegal. La doctora Mary Moran, directora de Policy Cures, añade que "el informe muestra que estamos en una posición privilegiada para conseguir bajar la mortalidad por malaria a un nivel sin precedentes".
Sin embargo, no todo es optimismo. Un descenso de los fondos podría tirar por tierra los logros conseguidos hasta la fecha. Por eso, el informe estima que la inversión debe aumentar un 2% anual hasta llegar a los 484 millones de euros en 2015 y dar un impulso final para alcanzar los 550 millones de euros en 2016, fecha en la que los esfuerzos económicos podrán disminuir a un ritmo del 5% cada año. "La lucha contra la malaria no necesita un cheque en blanco, pero sí requiere una inversión realista y sostenible a largo plazo", concluye el informe.
España, entre los principales donantes
Dos organizaciones -la Fundación Bill & Melinda Gates y los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU- proporcionaron la mitad de los fondos para investigación y desarrollo entre 2007 y 2009 y fueron responsables del 85% del aumento global en la financiación para la malaria. En cuanto al dinero de los gobiernos, 10 países, entre ellos España, aportan más del 90% de los fondos procedentes del sector público. Estados Unidos es el mayor donante, pero el informe destaca que Reino Unido y España son los dos únicos gobiernos europeos que han aumentado su contribución a la malaria entre 2007 y 2009, mientras que la aportación de la Comisión Europea, Grancia e Irlanda ha descendido.
Respecto al destino del dinero, el 38% se invirtió en fármacos, el 28% en vacunas, el 23% fue para la investigación básica, un 4% en productos para controlar al mosquito responsable de transmitir la enfermedad y un 1% a herrmientas diagnósticas. Así, mientras la inversión dedicada a las vacunas es la adecuada, el informe señala que el dinero destinado a los productos para el mosquito debería triplicarse en los próximos cinco años.
Entre las recomendaciones finales que da el informe destaca "la necesidad de distribuir mejor los fondos entre las diferentes áreas y una mayor coordinación entre el sector público y privado". Todo, para acabar con una de las grandes amenazas para la salud, que mata a 781.000 personas anuales, sobre todo en África, donde un niño tiene entre uno y cinco episodios de malaria al año.