Aunque parezca mentira, hemos evolucionado muy poco, al menos en cuanto al miedo se refiere, que es una rémora de la evolución, pues dado que somos conscientes -a diferencia de los animales- no necesitamos sufrir para conocer la magnitud de un peligro.
El nivel 1 del miedo nos impulsa a la lucha, esto es a hacer frente a aquello que nos da miedo. En la prehistoria sería como enfrentarnos a un depredador para que éste se aleje (alejar la amenaza) porque creemos que ganaremos el enfrentamiento.
El nivel 2 nos hace huir de aquello que nos da miedo. En la prehistoria sería ver al depredador y escapar de él.
El nivel 3 nos hace quedarnos quietos para evitar ser visto por el depredador. Son los bloqueos mentales (y a veces también físicos) del miedo.
El nivel 4 es el nivel máximo de miedo: provoca la relajación de los esfínteres. El depredador nos ha visto, nos va a comer y con el mal olor intentamos, ya a la desperada, que el depredador elija un alimento diferente a nosotros y se aleje.
El nivel 1 del miedo es el menos intenso. El 4 el más intenso. El nivel 1 nos permite afrontar las situaciones que tememos y superarlas. El 2 ya no, ni el 3 ni el 4. Debemos intentar mantenernos siempre en el nivel 1 al ser el único que nos permite hacer frente al miedo y superarlo. Pero si el miedo alcanza el nivel 2 ó superior ya no podremos superarlo.
Como se ve en esta breve exposición, la emoción miedo busca alejarnos de un potencial peligro. Cuando luchamos con el depredador -nivel 1- se pretende que éste -que es el peligro- se aleje. En el nivel 2 somos nosotros los que nos alejamos. En el 3 nos inmovilizamos para no ser vistos y alejar la amenaza. En el 4 apostamos a que nuestro mal olor disuada de ser depredados y se aleje el depredador. En nuestros días, ya lejos de la prehistoria y contextualizando, el depredador o amenaza es todo aquello que nos provoca miedo.
#2 jASJAJAJAJAJ hacía mucho que no escuchaba el audio, pero escuchar solo la parte del depredador es sublime.