Según la Wikipedia, el famoso físico y matemático británico William Thomson, es decir, Lord Kelvin, nació en Belfast, Irlanda, el 26 de junio de 1824, y falleció en Largs, Ayrshire, Escocia, el 17 de diciembre de 1907, a la edad de 83 años. Destacó por sus importantes trabajos en el campo de la Termodinámica y la Electricidad, gracias a sus profundos conocimientos de Análisis Matemático. Es uno de los científicos que más ha contribuido a modernizar la Física. Es especialmente conocido por haber desarrollado la escala de temperatura Kelvin. Recibió el título de barón Kelvin en honor a los logros alcanzados a lo largo de su carrera. De él hay una célebre cita que dice lo siguiente: “Suelo repetir con frecuencia que sólo cuando es posible medir y expresar en forma numérica aquello de que se habla, se sabe algo acerca de ello: nuestro saber será deficiente e insatisfactorio mientras no seamos capaces de traducirlo en números. En otro caso, y sea cual fuere el tema de que se trate, quizás nos hallemos en el umbral de su conocimiento, pero nuestros conceptos apenas habrán avanzado en el nivel de la ciencia”.
Para llegar a un conocimiento profundo de la realidad no parece que exista otro atajo más fácil de transitar que el de hacer Ciencia, por lo que las palabras de Lord Kelvin pudieran resonar demasiado severas en los oídos de aquéllos que ven en las Matemáticas un terreno demasiado escabroso para ser recorrido. Y es que, como señalan algunos expertos, las Matemáticas son el lenguaje universal de la Ciencia; de tal manera que sin las Matemáticas no es posible “hablar” con propiedad de casi ningún tema científico. Prescindir de las Matemáticas, en este sentido, sería como querer elaborar y recitar una hermosa poesía sin tener conocimiento ni dominio del idioma en el que se desea componerla.
Es relativamente fácil intuir cuándo comenzó el ser humano a efectuar sus primeros cómputos si se admite el relato bíblico de la creación, el cual se encuentra en el Génesis. En cambio nos perderíamos en una multitud de conjeturas, a veces contradictorias entre sí, si pretendiéramos explicar el origen de las habilidades humanas para contar basándonos fundamentalmente en la actual teoría materialista de la evolución biológica de los seres vivientes. Desgraciadamente, al presente, la teoría evolucionista domina oficialmente el panorama académico mundial debido a la gran porfía de carácter irresoluble que se produjo hacia finales de la Edad Media en el mundo occidental entre la Ciencia y la Teología; de tal manera que finalmente, a causa de los descomunales desaciertos doctrinales de la Iglesia y de su brutal persecución contra las ideas que ponían en peligro su dogmática, la mayoría de los intelectuales sinceros de la época rompieron definitivamente el maridaje que aún existía entre el conocimiento científico y el saber teológico. Ello acarreó, sin falta, una terrible mutilación para el conocimiento profundo de la realidad, puesto que la comunidad científica, de manera global, adoptó un paradigma defensivo basado en el materialismo científico y filosófico, a modo de barricada contra la injerencia de la Teología en sus dominios. Metafóricamente hablando, la Ciencia ha pretendido desde entonces (y pretende) explicar el origen del hermoso cuadro de la Naturaleza desde una óptica situada dentro del cuadro mismo y no afuera de él: similar a un investigador de arte que buscara neciamente explicar el origen de un lienzo de Goya desde dentro del lienzo mismo, obviando obstinadamente cualquier testimonio exterior que permita dar cuenta del autor y de las motivaciones que impulsaron a éste a llevar a cabo dicha obra de arte.
#4 https://es.wikipedia.org/wiki/Ronald_Fisher
Claro que sí campeón. XD
#3 Un fan de Escohotado?
Un cuervo puede contar y tiene capacidad de abstracción tu teoría se acaba de esfumar.