Para combatir la bacteria Pseudomonas aeruginosa, los científicos usaron una cepa de E. coli que está normalmente presente en los intestinos humanos.
Los expertos insertaron en la E. coli fragmentos de ADN ajenos, que la fortalecieron para captar al patógeno ofensivo y rápidamente producir y emitir una toxina letal.
"Una vez que (la E. coli genéticamente modificada) detecta la presencia de la aeruginosa, produce una toxina (...) que es lanzada para eliminar al patógeno", indicó el profesor asistente Chueh Loo Poh, miembro del equipo de investigación de la Facultad de Ingeniería Química y Biomédica de la Universidad Tecnológica de Nanyang.
"Nuestra bacteria modificada genéticamente inhibió el crecimiento del (patógeno) en un 90 por ciento", dijo el autor principal del artículo, profesor asistente Matthew Wook Chang.
El equipo publicó sus hallazgos el martes en la revista Molecular Systems Biology.
Mientras que muchos antibióticos desatan un ataque indiscriminado tanto a bacterias buenas como malas, la E. coli genéticamente modificada apunta específicamente a los microbios invasores, en este caso la P. aeruginosa.
La misma fórmula puede usarse para rediseñar otros microbios con el fin de combatir diversos agentes patógenos, como la Vibrio cholerae que provoca el cólera, dijo Chang. "Podemos modificar fácilmente el dispositivo sensor", añadió.
Además de ofrecer posibles terapias nuevas, el equipo cree que las bacterias modificadas genéticamente pueden producirse en probióticos y ser consumidas en alimentos como el yogur. Los probióticos son bacterias vivas beneficiosas para sus huéspedes.
El equipo ahora está evaluando en animales su E. coli genéticamente modificada y luego espera realizar ensayos clínicos en personas infectadas con Pseudomonas aeruginosa