Está saliendo en el telediario una noticia acerca de un nuevo fármaco antitumoral que teóricamente funcionaría para todos los tipos de tumor. Aprovecho para traérosla aquí de manera algo más rigurosa. La fuente ORIGINAL la tenéis aquí.
En el estudio han participado diferentes entidades, entre ellas el hospital Vall d’Hebron de Barcelona.
¿Qué es Myc?
Los oncogenes como la familia myc son aquellos que, al sufrir ciertas mutaciones, favorecen la aparición de tumores. En el caso de myc, codifican para factores de transcripción, activando genes involucrados en la proliferación celular.
Las mutaciones de myc en cáncer suelen producir una activación constitutiva de este. Esto significa que este gen adquiere la capacidad de ejercer su función sin necesidad de su propia maquinaria reguladora.
¿Por qué es importante?
Porque está en un huevo de tumores y es parte importante de las rutas que mantienen los tumores creciendo descontroladamente. Por lo tanto es muy atractivo como diana terapéutica para fármacos que inhiban completamente su actividad.
¿En qué consiste el avance?
En que hasta ahora la posibilidad de atacar a myc no se contemplaba. Esto se debe a varios factores, entre los cuales se encuentran la posible toxicidad de una inhibición sistemática de este oncogen, incluso en células sanas.
Omomyc empezó como una herramienta de investigación que era capaz de inhibir la actividad de myc en ensayos in vivo e in vitro. En modelos de ratón con cáncer, se comprobó que pese a lo anteriormente expuesto, la inhibición se toleraba bien, los efectos adversos eran reversibles y además era eficaz tratando el tumor.
El siguiente paso, aquel del que se hacen eco los medios de comunicación, ha sido demostrar que Omomyc efectivamente es capaz de penetrar en las células tumorales e inhibir la actividad del gen y que los efectos antes mencionados se debían al mecanismo de acción propuesto y no a otro. Todo esto en un modelo in vivo.
¿Cuál es el siguiente paso?
Plantear un desarrollo clínico para estudiar las posibilidades de esta molécula como terapia antitumoral. Este es un proceso largo, por lo cual no esperéis ver nada de esto en los próximos 4-5 años como poco. Además, siempre cabe la posibilidad de que en humanos acabe fracasando, como ha ocurrido otras tantas veces.
Sin embargo no deja de ser esperanzador que aparezcan nuevas herramientas terapéuticas como esta y más con la participación de equipos españoles.