La Organización Mundial de la Salud (OMS) va a tomar cartas en el asunto y, junto con Unicef y el Gobierno de Kenia va iniciar una campaña para vacunar de sarampión y polio a más de 200.000 menores de cinco años que viven en comunidades cerca del campo de refugiados de Dadaab, en el norte de Kenia. También suministrarán suplementos de vitamina A y tratamiento antiparasitario contra las lombrices.
El objetivo, según explican en un comunicado, es "asegurar que los niños que viven en las zonas afectadas por la sequía sean inmunizados contra enfermedades que podrían acabar con sus vidas, como el sarampión, mortal en niños desnutridos".
También van a vacunar a los niños de la vecina Etiopía, donde según Tarik Jasarevic, portavoz de la ONU "dos millones de niños menores de cinco años corren el riesgo de contraer el sarampión, 8,8 millones de personas podrían contraer la malaria y cinco millones pueden ser víctimas del cólera". En el caso del sarampión ya se ha notado un fuerte incremento, con "5.000 habitantes afectados desde principios de año", añade Jasarevic.
"La preparación es crítica para responder y controlar un brote de estas enfermedades", indica. Pero en el estado actual resulta extremadamente difícil manejar la situación. "En todas las áreas donde hay hacinamiento de personas las instalaciones de salud están colapsadas y pronto habrá escasez de medicamentos. Sólo en el distrito de Mwingi y en el campamento de refugiados de Dadaab se han registrado 462 casos de sarampión y 11 muertes por esta causa", reconoce el portavoz.
Elhadj As Sy, director regional de UNICEF para el Este y Sur de África, explica que "los niños no mueren solo porque no tienen suficiente cominda. En las diferentes fases de desnutrición son más propensos a enfermedades". Por eso no duda en afirmar que "ésta es una crisis de supervivencia infantil".
Según cifras de Médicos sin Fronteras (MSF), más de 81.000 personas han llegado al campo de Dadaab desde el pasado enero a causa de la sequía, la peor en la región en los últimos 60 años, y el conflicto de Somalia. UNICEF calcula que necesitará unos 300 millones de dólares (alrededor de 207 millones de euros) para poder intensificar en los próximos seis meses sus operaciones de asistencia de emergencia.