«Hace apenas veinte años -explica Mark Harrison, uno de los autores del estudio- decir esto habría sido una herejía. Y cuando se hallaron evidencias de vida de hace 3.800 millones de años fue un verdadero shock. Pero la vida en la Tierra podría haber surgido mucho antes, casi instantáneamente. Con los ingredientes adecuados, parece haberse formado realmente pronto».
El nuevo estudio sugiere que la vida ya existía incluso antes del «Gran Bombardeo», un periodo durante el que, hace 3.900 millones de años, se produjeron incontables colisiones con cometas e incluso planetarias y durante el cual se formaron, por ejemplo, los mayores cráteres de la Luna.
«Si la vida desapareció durante este bombardeo, como sostienen algunos científicos, entonces debió de volver a empezar casi enseguida», asegura Patrick Boehnke, otro de los firmantes de la investigación.
Una Tierra menos infernal
Durante mucho tiempo se ha creído que la Tierra era árida y desolada durante esta época lejana y violenta, pero diversos estudios están empezando a demostrar que en realidad no fue así. «La Tierra primitiva -indica Harrison- no era ciertamente un planeta infernal y en ebullición. No tenemos absolutamente ninguna prueba de que fuera así. Y probablemente nuestro planeta era entonces mucho más parecido a lo que es ahora de lo que creíamos».
Bajo la dirección de Elizabeth Bell, los investigadores de la UCLA estudiaron más de 10.000 circones, formados a partir de roca fundida o magmas, procedentes de Australia occidental. Los circones son minerales pesados y duraderos, capaces de «capturar» y preservar las condiciones de su entorno, como si se tratara de auténticas cápsulas del tiempo.
Los científicos identificaron 656 circones en cuyo interior había una serie de machas oscuras, y analizaron 79 de ellos con una técnica espectroscópica capaz de mostrar en 3D la estructura molecular y química de antiguos microorganismos. Lo que buscaban eran trazas de carbono, el elemento en que se basa la vida.
Y resultó que uno de los 79 circones analizados contenía grafito (carbono puro) en dos lugares diferentes. «Es la primera vez en 4.100 millones de años que ese grafoto queda expuesto», asegura Harrison, que se muestra muy confiado en la fiabilidad de su trabajo. «No existe un caso mejor ni más documentado de inclusión primaria de grafito en un mineral -añade-, y nadie ha ofrecido una alternativa plausible y que pueda explicar la presencia de grafito no biológico en un circón».
Vida abundante en el Universo
De hecho, según los investigadores el grafito es incluso más antiguo que el circón que lo contiene. Y el circón tiene una edad de 4.100 millones de años. Más antiguo, sí, aunque no se sabe cuánto. La investigación sugiere que la vida en el Universo podría ser muy abundante. Y en la Tierra, las formas de vida más simples parecen haberse formado muy rápidamente, aunque tuvieron que pasar muchos millones de años para que esa vida simple desarrollara la habilidad de la fotosíntesis.
De lo que no cabe duda es que el carbono contenido en el circón muestra la firma característica (una tasa específica de carbono 12 a carbono 13) que indica la presencia de vida fotosintética. «Necesitamos reconsiderar lo que pensábamos sobre la Tierra primitiva», concluye el investigador.