Xavier Dolan Es una de las personas más asquerosas del panorama fílmico. Este canadiense tiene 27 años (bien) y cinco películas a sus espaldas (mal), y lo que es aún peor: ganó con su debut, Yo Maté a mi Madre, tres grandes premios en el Festival de Cannes. Tenía 19 años. Su talento es tan alto que en la pasada edición del festival francés le otorgaron el premio del jurado exaequo con Jean Luc Godard. Es decir, un crío compartía estatuilla con uno de los tótems de la historia del cine.
Puede que hayas visto Mommy, una de sus últimas películas y en la que se rendía, como en todas sus obras, a la intensidad emocional llevaba hasta el paroxismo, mezclando con mucho tacto lo chabacano con lo estilizado. Le han comparado con Almodóvar y con Wong Kar Wai, pero si algo tiene este enfant terrible del cine, además de una tremenda productividad, es personalidad propia. Su próximo proyecto, Juste la Fin du Monde, está ya a punto de caramelo.
Jeff Nichols Otro niño mimado de la riviera francesa. A los gabachos parece entusiasmarles este moderno gótico sureño que practica el de Arkansas, pero es que no es para menos. Take Shelter nos llevaba a contemplar, mediante una sobrenatural tormenta, los conflictos entre nuestro mundo interior, la enfermedad y los límites con la realidad.
Después de graduarse ganando en Cannes el Grand Prix en la sección de la crítica, aplicó en Mud el éxito en taquilla gracias a un cuento de halo clásico que parecía sacar a relucir el universo de Las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Esta película protagonizada por un portentoso Matthew McConaughey (que por cierto, parecía empeñado en demostrar que no hay nadie con un acento sureño más cerrado que el suyo) no estuvo nominada a los Oscars y, sinceramente, no se explica. Para Midnight Special, su próximo largometraje, estarán Kirsten Dunst y Adam Driver haciendo de las suyas en un drama cortado con ciencia ficción. Hay ganas.
Justin Benson & Aaron Moorhead Siempre hay algo encantador en encontrar una de esas películas que, pese a ser de bajo presupuesto, tiene un guión tan repleto de ideas que hacen de esa carencia una virtud. El equipo compuesto por Justin Benson y Aaron Moorhead llamó la atención con su debut Resolution, una explosión de energía para los aficionados al género de terror y, bueno, sin dar más pistas de las necesarias, la ciencia ficción.
Su segunda película, Spring, rompía los moldes del género creando una obra que sería la mezcla resultante entre la Antes del Amanecer de Richard Linklater con una monster movie. Entusiasmó a las audiencias de Toronto en 2014, y ahora se espera que hagan una película sobre la vida de Aleister Crowley. Sí, ya sabes, el rey de lo paranormal que lo mismo montaba templos de magia negra que se dedicaba a despellejar gatos vivos. Un proyecto que solo trasmite buenas sensaciones.
Jeremy Saulnier No sabemos cómo, pero de vez en cuando llega alguien al thriller, un género harto transitado, y crea una obra refrescante que hace que podamos volver a creer en sus posibilidades. Eso hizo Jeremy Saulnier con Blue Ruin, una taciturna y misteriosa película que con pocos diálogos y mucho lenguaje visual alcanzaba a llegar al núcleo de nuestros miedos.
Mucho se debieron lamentar desde Sundance cuando rechazaron incluir en el festival esa película que luego triunfaría en la riviera francesa y, después, también en la taquilla. Su última película, Green Room, ha podido ser vista ya en la pasada edición de Cannes, y trata la lucha a muerte entre unos jóvenes integrantes de una banda anarco-punk que acaban de dar su último concierto en, bueno, nada menos que una casa de neo-nazis.
David Robert Mitchell Si no la has visto ya, seguro que has oído hablar de It Follows. Tal vez por su éxito económico al haber sido uno de los recientes grandes sleepers de la taquilla americana (ya le gustaría a muchos sacar 15 millones de algo que ha costado dos), pero más posiblemente habrás oído hablar de ella por ser esa peli que hacía resurgir el espíritu del mismísimo John Carpenter y cuya exquisita banda sonora, toda ella sintetizadores, nos trasladaba de nuevo al feliz mundo del terror ochentero.
Alex Ross Perry Parecía que el cine independiente americano había tirado la toalla en cuanto a intentar confrontar, incluso ser hostil, con el público, pero Alex Ross Perry ha decidido tomar el testigo de lo que directores como Hal Hartley, Todd Solondz, Harmony Korine o Gregg Araki hicieron previamente. Es totalmente imposible que no veas a los personajes de Listen Up Philip y te entren ganas de graparles cosas en la cara, todos ellos burgueses blancos mimados en el centro de una Nueva York que parece hecha a su medida. Pero esto sólo es el combustible necesario para alzar un excepcional trabajo de guión coronado por unas vengativas resoluciones argumentales.
Después, en Queen of Earth, una de las últimas gemas que más ha gustado a las audiencias especializadas, Ross Perry se ha metido en el psicodrama setentero en el que un día pudieron estar Shelley Duvall y Sissy Spacek y hoy tenemos a una Elisabeth Moss al borde del colapso emocional, demostrando además que es una de las mejores actrices de su generación. Una excelencia en el relato que anticipa unas grandes obras que, posiblemente, entusiasmasen tanto a Woody Allen como a Paul Thomas Anderson por igual.
Damien Chazelle En realidad, Chazelle está ya casi lejos de ser emergente. Después de su tremendo éxito con Whiplash tiene en el punto de mira a las audiencias de medio mundo y, por supuesto, a la academia. Aquella frenética película sobre el baterista más autodestructivo de la historia del séptimo arte estaba basada en un corto y en experiencias personales del director, que tiene una especial querencia por el mundo del jazz. Triunfó en Sundance y en Cannes, y se llevó nada menos que tres Oscars, un triunfo bastante temprano, si tenemos en cuenta que se trata de un segundo largometraje (su debut fue una película musical).
Su próxima película, sobre un pianista de jazz, estará protagonizada por Emma Stone, Ryan Gosling y J.K. Simmons, que como nos descubrió Chazelle, es el mejor lanzador de sillas contra la gente que puedas contratar hoy en día en Hollywood.
Sean Durkin Sean Durkin suele culpar al tiempo que tuvo que pasar a sus 11 años en mitad de la aislada campiña inglesa de todos sus miedos y ansiedades. Pero debe ser gracias a aquel trauma que Martha Marcy May Marlene es tan rica explorando estas emociones. Ganó en 2010 el premio a mejor corto en Cannes, y amplió aquella historia de celos y confianza en este largometraje de halo Sundance que también ha cosechado multitud de premios.
Martha Marcy May Marlene, una hipnótica película protagonizada por Elizabeth Olsen (la hermana pequeña de las gemelas Olsen) que nos transportaba a un mundo de sectas de la américa profunda, tiene todos los ingredientes para conquistar a los amantes del drama sombrío, ya sabes, algo que apenas le gusta a la academia. ¿Qué hará en la ya anunciada Janis? El tiempo lo dirá
Don Hertzfeldt Se trata de un guionista, animador y cineasta independiente, nacido en 1976. Es el creador de numerosos cortos (y un largometraje) han recibido una gran cantidad de premios en total. Siete de sus trabajos han acabado en el festival de Sundance y es el único que ha ganado dos veces en la categoría de película corta.
Sus proyectos han sido descritos como "de las más influyentes animaciones creadas", y de las más vitales y expresivas. The World History of Animation lo describe como un ejemplo para los animadores individuales para sobrevivir independientemente bajo sus propios términos.
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