Desde su fundación en 2012 de la mano de Daniel Katz, David Fenkel y John Hodges, la productora de cine independiente A24 ha ido creando una nueva vía para las cintas modestas y sugestivas, acomodándose entre el indie de muy bajo presupuesto (<1M$) y los monolíticos productos de estudio.
En estos últimos años, tanto la recesión como el aumento en la oferta de las plataformas de streaming han ido torpedeando al cine de medio presupuesto. De repente, un proyecto cinematográfico tenía que costar menos de $2 millones o más de $200 para ser económicamente viable. Los directores que no querían elegir entre rodar su película en iPhone o conectarla al universo Marvel, habían empezado a abandonar el barco. Steven Soderbergh "retirado". Spike Lee convertido en Kickstarter. Steven Spielberg prediciendo públicamente la implosión de la industria cinematográfica, lo que venía a ser como si Dios te dijera que te preparases para la lluvia.
Mientras tanto, transformando una película de Harmony Korine protagonizada por James Franco en un auténtico acontecimiento cultural, A24 había comenzado ya a construir el arca. Para el final de su primera semana en cines Spring Breakers había recaudado más que el resto de películas de Korine juntas, demostrando que todavía había esperanza para un tipo de cine que la mayoría daba por muerto.
En el 2015, junto con Room y The End of Tour, colonizaron la comedia con Obvious Child, saborearon el éxito comercial con el thriller Ex Machina, lanzaron la ciencia ficción más audaz desde 2001 con Under the Skin y dirigieron uno de los documentales más lucrativos en años junto a Asif Kapadia, Amy.
Durante este año han repetido con Noah Baumbach y su De Palma, distribuido una de las mejores cintas de terror desde El Resplandor, Green Room, perdón, The Witch, y apoyado al drama más extravagante con The Lobster.
Como compañía independiente, A24 no juega con super-héroes ni se enrola en franquicias. Trabaja de una manera genuina, dejando que cineastas persigan sus musas más esotéricas, Enemy, algo que podría acabar por influir en el Hollywood actual.
