A ver, lo del principio es un homenaje a Manhattan. Descarado. Su amor por Manhattan, su amor por Paris. Mira el tren pasando por Yankee Stadium en el último plano de la intro y el tren pasando por la Torre Eifel.
Después, la película me parece interesante. Toca un tema que siempre he tenido en mente, y es la nostalgia de algo que no hemos vivido. Algo que personalmente hemos ensalzado y que se ve al final con la chica de Paris en los 20 que quiere ir a la belle epoque. La nostalgia ensalzada a modo de escapismo pero que al final no es necesariamente mejor (en los 20 no tenían medicamento!)
La película cantea un poco de turisteo. En Manhattan se ve un Manhattan mucho más divertido. Rincones en los que Allen debe haber pasado tiempo. En París no creo que sea "la cara dulce de la ciudad", si no que parece que la única cara dulce es la turística, cuando no lo es. De esto ya pecó en Vicky Christina Barcelona (a parte de las mil otras cagadas). Pero bueno, por lo menos la película tiene unos personajes más divertidos (aunque realmente; quien se cree a la novia pedante, o que alguien no necesitará valiums después de casarse cuando los necesita antes).
La película la he visto dos veces con gente bastante diferente y a todos nos ha gustado, pero nadie la ha adorado, y realmente creo que es la analogía perfecta. Agradable, pero Allen ha hecho mucho mejor.
Lo mejor, yo creo, es ver a Owen Wilson retratando a Woody Allen. Es obvio que el personaje es el mismo Woody, una versión contemporánea del Woody de Manhattan. Me hace más gracia casi ver a alguien retratándole que verle a él. Además, los personajes con los que habla, personajes que no son tanto históricos como la imagen mental que Wilson cree que esos maestros de las artes fueron. Como subjetivizados, satirizados, pero con esa pizca de verdad que lo hace todo tan gracioso.
7.5-8/10