Una pareja que atraviesa un divorcio debe aunar fuerzas para encontrar a su hijo, desaparecido tras una de sus peleas. (FILMAFFINITY)
Ganadora del premio del jurado en Cannes, Ya está por ahí.
Una pareja que atraviesa un divorcio debe aunar fuerzas para encontrar a su hijo, desaparecido tras una de sus peleas. (FILMAFFINITY)
Ganadora del premio del jurado en Cannes, Ya está por ahí.
Despiadada, cruel y descarnada, pero también certera. Tengo la sensación de que los directores rusos/soviéticos tienen una mirada mucho más dura e implacable sobre las relaciones y la condición humana. Y aquí se ensaña con un mal que es propio de la mayoría de países "avanzados": el ensimismamiento del individuo, su egoísmo y su narcisismo.
Muy dura.
A Zvyagintsev lo tengo en un altar desde "El regreso", pero entre pitos y flautas no he visto las demás, a ver si engancho esta.
Durísima, cínica. Si en la era Trump se lleva el empoderamiento y los finales felices, en la era Putin no queda nada de esperanza. Dejo por aquí mi reseña de Letterboxd (sin spoilers):
Si en la fantástica "Leviatán" el director Andrey Zvyagintsev nos hablaba de los abrumadores poderes políticos, religiosos y sociales que se rigen como estandartes imbatibles en la Rusia post-soviética, en "Sin Amor" lleva este comentario al final de sus consecuencias, tratando lo que supone ese devastador statu quo para miembros concretos de su sociedad. Su título resulta apropiadísimo, ya que en ningún momento pretende apelar al odio. Esta obra habla sobre cómo la falta de amor germina a la falta de amor, de cómo los barrotes del alma se convierten en barrotes físicos y sociales, de cómo vivimos inevitablemente enclavados en nuestro contexto. Quizá lo más trágico de esta historia es que está condenada a repetirse —y magnificarse— una y otra vez.
A nivel técnico, me encanta la forma que tiene Zvyagintsev de rodar paisajes; trata a la naturaleza como un ente vivo, bello pero terrorífico e indomable, bebiendo inevitablemente de la tradición de cineastas como Tarkovski. También es sorprendente la forma que tiene su cámara de narrar mediante el movimiento, generando símbolos y detalles que absorbemos casi sin darnos cuenta.
Sin Amor resulta sobretodo (y quizá es lo que la diferencie de la épica de su precursora) una película cruda. Aquí nada da concesiones: el sexo, la violencia, las tragedias de la vida y sus injusticias vienen afiladas y ardientes. Quizá por eso éste director no es especialmente popular en la Rusia de Putin, porque mete el dedo en llagas que nos empeñamos en afirmar que han cicatrizado. Como persona rusa, ésta película me ha resultado tan terrorífica como asfixiante. Creo que necesito algo de vodka para quitarme esta sensación de encima.
Es la primera película que veo de este director y me ha gustado, poco que añadir a lo que habéis dicho ya. El título de la película acertadísimo. 7/10.
Me anoto Leviatán y el resto de películas del director.