Salgo del cine con una de las mayores decepciones del año. La película no es mala, pero todo ese marketing catalogándola como "una de las mayores películas de terror" no le ayuda para nada. Tampoco que se le haya dado tanto protagonismo a Na Hong-jin, que es simplemente uno de los productores, porque lo único que consigue es hacer que la compares con The Wailing y salga perdiendo por goleada.
Su mayor problema es la dirección, que es un desastre. Sin entrar en spoilers diré que la película te la venden como si fuese un documental grabado por una única cámara pero hay planos que no concuerdan con esto. Luego, en muchas de las escenas de terror, da la sensación de que el que graba no tiene miedo. No ves esos vaivenes de cámara o esa primera reacción de querer alejarte del peligro. En esto, películas como REC o Cloverfield lo expresan mucho mejor.
En definitiva, si la veis hacedlo pensando que está más cerca de una película de acción de zombies que de una de terror. Entonces, quizás, la disfrutaréis.