Soy nuevo y llevo un buen rato leyendo varias páginas del hilo, así que igual mi comentario no viene muy directo a los últimos mensajes, pero he notado algo generalizado, incluso de usuarios bien argumentados que entran al trapo en cuanto se pone sobre el tapete la palabra "niños".
Yo tengo 37 castañas, y he acudido a este foro a ver opiniones tan adultas que incluso se usan tacos, sobre películas que yo como adulto también veo, para resultar que ahora todo esto son "películas para niños".
Me cansa ese condescendiente menosprecio, esa forma de restar importancia para decir que algo está bien como es, y que, si no es tan bueno "es que es para niños".
El Disney que yo conocí no era para niños, era para toda la familia. ¿No es lo mismo? Bueno, pues no. No es lo mismo "Pepa Pig" que "El Jorobado de Notre Dame"... O al caso: No es lo mismo "Wish" que "El Jorobado de Notre Dame".
Me hacen gracia estos "adultos" que piensan que están por encima de estas cosas "para niños", y que son los que luego encumbran obras como "Crepúsculo" o "Barbie". Y que cuando hablan de una buena película animada, sueltan aquel despropósito de "bueno, Frozen sí me gustó" como referencia de algo bien hecho (no digo que los haya aquí, ¿eh? Ahora estaba generalizando).
Entiendo que se asocie que algo colorido sea más llamativo para un niño que algo de tonos ocres apagados con temas densos como una película de imagen real, pero estos pensamientos son algo monocromos y a 8bits en un mundo donde los que van a apreciar el arte de los "dibujitos" del Museo de Prado son adultos y no niños.
Lo que trato de decir es que, una película tiene que ser consistente en su historia, en su tratamiento y en su producción, al margen de a qué público vaya dirigida. Y aunque entiendo que el público infantil es el principal target de Disney, sería muy obtuso decir que es el único, y para muestra un botón con este mismo foro, ¿qué edades tenéis vosotros?
Ser condescendientes con la animación y, dicho sea de paso, tratar a los niños como pequeños retrasados mentales, hace que estemos en el punto que estamos, donde la gente cada vez es más tonta, y ahora ya hasta las películas para adultos sean infantiles en su esencia.
Entonces, si estamos para hablar de animación, vamos a dejar de pensar en lo que le importa a los niños y pensemos en lo que nos importa a nosotros también, que no todos somos ni tenemos por qué ser padres para poder disfrutar del arte en movimiento.