Para mi gusto, prefiero la textura y suavidad de la patata, a la salsa incluso. Esto es, la salsa normalmente va a ser comible, y no estará mala. Pero con las patatas no sucede siempre igual.
A mí por ejemplo me gusta una patata que no haya sido hervida en agua y luego frita, porque no me saben a nada, sólo a fritanga y aceite. Y tampoco está jugosa ni tierna.....
Me gusta una patata jugosa y tan tierna que se deshazca en la boca.
Esto lo he conseguido siguiendo los consejos de un sitio que salió en España directo hace ya bastantes años, donde "hervían patatas en aceite".
No digo más, pero son deliciosas.