Dejo la receta del layer cake que hice el finde para un cumpleaños:
Tamizamos la harina, el bicarbonato, la sal y la levadura un par de veces. Yo lo hago sobre un papel sulfurizado, así ensucio menos, que tamizar un un show.
Reservamos la harina tamizada. Foto detalle del impulsor químico de mi amiga invisible de el año pasado. ¡Va genial!
Enmantequillamos dos moldes. Yo puse un círculo de papel sulfurizado en el fondo de cada molde de 15 cm de diámetro. Ideal tener dos moldes para hacer las capas.
Batimos los huevos, el aceite y el azúcar hasta que estén mezclados. Poco a poco (en 2 o 3 tandas) añadimos la mezcla de la harina y batimos hasta que no queden grumos. Por último y a mano añadimos el calabacín, la canela y las pepitas de chocolate. Mezclamos y dividimos la masa entre los 2 moldes.
Horneamos a 170ºC durante 35-45 minutos. Mi horno pierde un poco de calor, por eso tarda un poco más. Id pinchando hasta que salga limpio (¡si se mancha de chocolate no cuenta!). Lo dejamos enfriar en el molde 10 minutos y luego los pasamos a una rejilla con la parte de arriba hacia abajo, para que se aplane un poco.
El resultado son dos pastelitos individuales de 15 cm de diámetro. Cada uno lo partiremos en dos para tener 4 capas.
Envolveremos cada pastel individual en papel film y lo dejaremos toda la noche en la nevera. Es mejor hacer esto para luego poder cortarlo bien. Si no lo dejáis reposar se os puede romper al manejarlo. Además, estas tartas reposadas saben mucho mejor.
Primero recortamos la parte superior para que quede una capa lisa (os la podéis comer, ¡está tremendo!)
Abrimos por la mitad, con una lira o un cuchillo de cortar pan. Cuidado con las pepitas, os pueden romper el corte.
Reservaremos los dos "culos" de los dos bizcochos, una para la base del pastel y la otra para la tapa superior.
Para la cobertura de queso crema (cream cheese frosting)
125 gr de mantequilla a temperatura ambiente (ni margarina ni cosas light...)
270 gr de queso crema tipo Philadelphia recién sacado de la nevera (idem, nada de quesos light...)
500 gr de azúcar glas tamizado (2 veces mejor que 1)
colorante blanco (opcional)
aroma de cheesecake (opcional)
Primero hacemos una crema con la mantequilla y el azúcar glas. Importante que a) la mantequilla esté blandita pero no derretida y b) que el azúcar glas esté tamizado. Hay que hacerlo con batidora eléctrica, ya que cuesta mucho. Una vez batido (8-10 minutos) os tiene que quedar un buttercream como el de la foto.
A la mezcla anterior le añadimos el queso crema recién salido de la nevera y seguimos batiendo hasta obtener la textura de la foto. Aquí le añadí unas gotas de colorante blanco (Bright White de Wilton) para hacer la crema más blanca. También usé aroma de cheesecake para enfatizar el sabor a queso.
Una vez tenemos la crema de queso lista nos disponemos a montar la tarta (no aconsejo tenerla mucho rato fuera de la nevera en verano)
Ponemos un pegote de frosting en la base para que no se mueva. Iba a usar una base negra, pero solo me quedaban color dorado Yo usé una base giratoria para facilitar el proceso de frosting.
Ponemos la primera capa (este es uno de los "culos" que habíamos reservado) y la cubrimos de la crema de queso. Como el bizcocho es muy jugoso gracias al calabacín, no hace falta mojarlo en almíbar, aunque si queréis podéis hacerlo.
Vamos añadiendo capas con cuidado de ponerlas bien centradas una encima de otra.
Cuando esté todo montado lo cubrimos con una primera capa de frosting. Lo dejamos enfriar en la nevera para que se endurezca un poco antes de seguir trabajando. También se puede congelar para recortar la crema que sobre y tener un acabado perfecto.
Poco a poco, girando y girando, conseguimos darle el acabado deseado. Aconsejo usar una espátula larga para cubrir las superficies grandes. Yo soy un poco desastre y manché la base al ponerle el frosting, pero se puede limpiar con un paño húmedo.
Decoramos con las virutas de chocoalte (al gusto) y a la nevera hasta el momento de comsumirlo.
*Añadido al hilo de recetas