La Crónica: CD CASTELLÓN 1-0 CD TENERIFE
Marcos SuperStar
Un gol de Marcos con el tiempo de descuento agonizando otorgó la primera victoria de la temporada al Castellón. Un triunfo crucial en un partido que se antojaba vital, máxime para Martín Delgado. Y fue un triunfo merecido, el fútbol fue justo esta tarde en Castalia porque fueron los nuestros los que empujaron hasta la conclusión, los que buscaron con anhelo la portería rival bajo el aliento incansable, hoy sí, de sus aficionados. Y el final fue digno de ésas películas en las que los buenos parecen estar jodidos pero a última hora se levantan y le dan por saco a los malos, y el público aplaude en el cine y todo. Como en Supermán, cuando el gafitas hace girar la Tierra en sentido contrario para que el tiempo se retrase y pueda llegar a rescatar a la muchacha. O en Sleepy Hollow, Jonnhy Depp se carga al fantasma a última hora y se queda con Christina Ricci, que no es poca cosa. O en la de Manolito Gafotas que al final no sé qué pasa, pero consigue ir a la playa a comerse una paella. Bueno, pues se agotaba la cuenta atrás y la muerte, bajo el chasquido de las alas de los buitres cerca de la Torre de Maratón, asomaba el filo de la guadaña a contraluz. Era la última. Era o no era. Sacó de banda Pardo y le devolvió el cuero Fredi, y el lateral se acomodó el esférico a su pierna diestra. Voló el balón hacia el punto de penalty y emergió Marcos como la rosa más bella entre los restos de un incendio, majestuoso. Se elevó el viejo héroe y conectó un testarazo picado, imposible para Kelemen -tiene nombre de malo-. Marcó el Castellón y Castalia lo celebró a lo grande, lo pienso y se me acelera el pulso. No recuerdo gol más oportuno, victoria más necesaria. Oro puro, dulce miel. Este gol y este delantero no tienen precio.
Por un gol a cero se impuso el Castellón al Tenerife. No fue fácil, no. La salida fulgurante del equipo local la truncó Tonito con una gran jugada individual. Dejó clavado a Rodri y abusó de Pardo antes de regalar el gol a Toni Moral que, inexplicablemente, remató desviado en área pequeña. Fue un directo a la mandíbula para los orelluts que acusaron el golpe, aturdidos. Dominaba el Tenerife, con Alberman como eje, con los destellos de Moral, con la pesadilla que resultó ser Tonito en los primeros compases. No perdió la cara el Castellón al partido en los peores minutos y supo esperar su momento. Una jugada polémica, con gol anulado a Fredi incluido, enganchó a la grada y enchufó con carácter definitivo a los futbolistas en el partido. Nada que reprochar sobre el césped, se fajaron con pasión, actitud inmejorable. Cerca del ecuador del primer acto, arrancó Epitié por el medio con una potencia descomunal y se plantó frente a Kelemen, que le derrotó en el mano a mano. En ataque, la zurda de Fredi fue, junto a la movilidad de la dupla atacante, la opción más y mejor utilizada. Atacaba el Castellón por oleadas, sin mascar la jugada, sin sentirse dueño de la situación. Fútbol directo, Epitié y sus movidas.
Nada más reanudarse la contienda tras el descanso, el Tenerife dio su último coletazo serio. Un remate franco de Maikel, tras una buena rosca de Toni Moral, que se marchó rozando el travesaño. Estuvieron mejor asentados los insulares hasta que Martín Delgado movió el banquillo con gran acierto. Se marchó Moré, desafortunado, y dejó paso a Héctor. Más decisivas fueron las sustituciones, por este orden, de Torrecilla y Ordoñez por Segovia y Marcos. Con Segovia, el equipo recuperó el balón en la zona ancha, pasó a dominar el ritmo, la creación, el partido. Se arrimó con valor Segovia al toro que le tocaba lidiar y encontró el apoyo inestimable de Miguel, de menos a más. Marcos no hizo nada especial hasta el último minuto pero colaboró a arrinconar definitivamente al Tenerife en su parcela. Decepcionó al verse zarandeada la escuadra tinerfeña, el liderato presupone otra clase de respuestas. Igual es que me ocurre como a León Felipe, y al contrario que a Don Quijote, que tomo por rebaños los ejércitos, creo que no. Se comportaron como un equipo pequeño, no hicieron intervenir con mérito a Raúl, firme, atento y seguro en el juego aéreo. La igualdad en la categoría es estremecedora, ni un combate tranquilo, ni un segundo de reposo. Cualquiera puede con cualquiera, hasta el colista con el líder.
Se escapaba el partido. Era una pena pero se escapaba el partido. Y con él la victoria, el fin de las urgencias, una semana tranquila al menos. Se escapaba el partido hasta que Marcos, el futbolista honrado, la estrella silenciosa, le echó el guante. Ese cabezazo, ese momento de magia albinegra debe adoptarse como punto de inflexión. El club ha visto de cerca el abismo y parece haber superado el vértigo. La nave albinegra vuela de nuevo, ave con flecha en el costado; ya volamos. Aunque no sepamos si somos un halcón o un colibrí, ya volamos.