Ni después de una nueva desaparición en Europa del asperger hematotibio pierden fuelle sus seguidores. ¿Pero cuántas humillaciones más necesitan? ¿Cuántas aficiones más necesitan reírse de ellos cuando el pequeño prodigio de las nueve renovaciones vuelva a desaparecer cuando las cosas se pongan feas?
La sensación que me da es que el contacto que han tenido con el verdadero fútbol la mayoría de estos aficionados es la distancia que les separaba de la tele al sillón. Porque sobre el césped hay factores extremadamente importantes que no salen en Youtube, y de las que Messi carece por completo: carisma, ascendiente, arrojo, etc. Cualidades que son capaces por si solas de cambiar el rumbo de un partido sin que intervenga el talento o la habilidad.
Pero en fin, cada uno interpreta este deporte como le place. Por eso la carrera de Messi se recordará como el gran quiero y no puedo de la historia del fútbol, y la de Ronaldo como la del deportista que consiguió absolutamente todo lo que se propuso: fueron sus equipos (y sus aficiones) los que lo consintieron.