Joseph Blatter pidió la renuncia de Joan Havelange como presidente honorario de la FIFA e insinuó irregularidades en la elección del Mundial de Alemania 2006
El organismo rector del deporte rey está salpicado por un nuevo escándalo de corrupción. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ha vuelto a causar controversia tras involucrar a reconocidos dirigentes del fútbol mundial.
La FIFA planea para este martes 17 una reunión extraordinaria del Comité Ejecutivo, cuyos puntos a abordar serán la adopción del Código Ético y el nombramiento de los presidentes de cada uno de los dos nuevos órganos con los que contará la Comisión de Ética.
Todo comenzó el pasado 11 de julio cuando un tribunal suizo reveló los millonarios sobornos (unos 22 millones de dólares) que recibieron Joan Havelange, presidente honorario de la FIFA, y el ex presidente de la Confederación Brasileña, Ricardo Teixeira, por parte de ISL, una agencia de marketing y de derechos televisivos ligada por muchos a años a la FIFA.
“Yo no tengo el poder de pedirle cuentas. El Congreso lo nombró presidente honorario. Sólo el Congreso puede decidir sobre su futuro”, había asegurado Blatter, pero este domingo 15 de julio pidió su renuncia. “No puede permanecer como presidente honorario tras esta situación”, declaró al semanario suizo SonntagsBlick.
Blatter reconoció que sabía de los sobornos, pero insistió en que eran "legales' en Suiza en aquella época. “Solo lo supe después de la quiebra de la agencia ISL en el 2000. Fue la FIFA la que presentó una queja penal en ese entonces y de ese modo la pelota empezó a rodar en el caso de ISL”, señaló.
Asimismo, declaró haber sido víctima de un intento de soborno por parte del “presidente de una federación” durante las eliminatorias para el Mundial de 1986. “Me dijo: 'Estaría bien que el árbitro estuviera de nuestra parte' y me metió un sobre en el abrigo. Había 50.000 dólares dentro. Abrí una cuenta a nombre de ese hombre y deposité el dinero. Se lo hice saber y 14 días después retiró el dinero. Desde entonces, nadie más intentó sobornarme”, contó.
Además, ‘contraatacó’ a una llamada telefónica del presidente de la federación alemán Reinhard Rauball, quien le pidió que dimitiera a su cargo, poniendo en tela de juicio la forma en la que Alemania fue elegida como sede del Mundial 2006. “Estaba empatada (la votación) y en un momento alguien se fue de la sala; entonces los alemanes ganaron 10 a 9. Yo estoy contento porque no tuve que dar mi voto de calidad. Pero bueno, de repente uno se levantó y se fue.
Quizá fui yo entonces demasiado bondadoso e inocente”, explicó.
La respuesta germana no se hizo esperar. Franz Beckenbauer, jefe del Comité organizador de aquella cita, dijo: “No puedo entender las palabras de Sepp Blatter. Para empezar se equivoca ya que en el resultado de la votación ganamos 12-11. Lo decisivo en la votación fue que los ochos países europeos votaron a favor” de la candidatura alemana. El secretario general de la Federación Alemana, Helmut Sandrock, también respondió: “Sus insinuaciones nebulosas carecen de cualquier fundamento y parecen tener el único objetivo de desviar la atención de lo que está ocurriendo ahora.”
A pesar de la delicada situación, Blatter, aseguró también que no descarta la posibilidad de volver a postularse para la presidencia de la FIFA en el 2015, a pesar de que en las últimas elecciones había dicho que este sería su último mandato. “Veré cómo estoy de salud. Hace poco me hice un chequeo y bajé cuatro kilos”, afirmó el suizo de 76 años.
Bueno, pues se empiezan a destapar los chanchullos de la mafia FIFA... a ver hasta dónde llegan.