Rubén Uría:
Injusticia justa
http://es.eurosport.yahoo.com/futbol/ruben-uria/article/18397/
Palacio de Congresos de Zurich. Balón de Oro, Messi. Entrega el premio, Guardiola. Luis Suárez -premiado en 1960- sigue siendo el único español en recibir el galardón. Xavi Hernández y Andrés Iniesta se quedan a las puertas del trono de mejor jugador del mundo. No hubo recompensa para el fútbol español, una sucursal del buen gusto. No se premió el fútbol coral y algo se nos rompió en el alma cuando el entrenador del Barça anunció que Messi, ese argentino infinito, era el elegido. De haber votado la magia de hacer música con la pelota, uno votaría en la urna del pie delicado de Andrés Iniesta. O de la CPU de ese general cartesiano llamado Xavi. Ambos vieron, con un punto de frustración pero también de felicidad por su compañero, cómo el argentino se cruzó en su camino de ambos y se llevó el Balón de Oro. Iniesta y Xavi encarnan banderas de un estilo y de la raíz de La Masía, mientras que Messi personifica un talento individual, la guinda de todo pastel, un auténtico superdotado.
Messi es, no hay ninguna duda, esa estrella que refulge en mitad de cualquier batalla y que emerge por encima del resto de asteroides, porque cuando está en vuelo es una suerte de Aerolíneas Argentinas. Mitad barrilete cósmico, mitad zurda de fuego, Messi asoma como uno de esos elegidos por la historia para formar parte de la colección de cromos de los Dioses del Fútbol. Hace tiempo que se ha ganado, por derecho propio, vivir en el mismo piso de Di Stéfano, Maradona, Pelé o Cruyff. Y con todos los respetos, ya ha superado el escalón de los Zidane, Beckenbauer y Garrincha. Su negación en el Mundial y su depresión anímica cuando abandona el hábitat natural de Guardiola no han sido suficientes motivos para dejar sin el máximo galardón al argentino. Habrá quien considere que se ha vuelto a repetir el "pucherazo" durante las votaciones y el debate sobre si la elección ha sido justa o no va para largo. En los porcentajes, Messi se ha llevado el 22% de los sufragios, Iniesta el 17% y Xavi Hernández el 16%. Conclusión, hubo "pinza" contra las candidaturas españolas o simplemente, acabaron por solaparse.
El triunfo de Messi llega después de rumores interesados y bulos teledirigidos. Primero se rumoreó que Iniesta ganaría y después, a 24 horas del desenlace, ganaba enteros la opción Xavi. A la postre, la etiqueta de favoritos ha vuelto a ser indigesta, repitiendo la "faena" que soportó Raúl en su día cuando Michael Owen se puso la corona que parecía le iba a pertenecer. La elección de Messi ha roto el corazón de España y la realidad es que Luis Suárez sigue sólo en el Olimpo, porque no esa cima sigue siendo prohibida para los nuestros, incluso el año que España ganó la Copa del Mundo. Son legión los que entienden que Xavi hizo méritos sobrados para ser Balón de Oro. Y muchos, como en mi caso, consideramos que Iniesta es el Balón de Oro del corazón de los españoles. También habrá quien diga que la elección de Messi es una injusticia. También quien sostenga sus dos compañeros del Barça lo merecían más que "la Pulga", porque contaban con el plus mundialista de España. Puede ser. Pero si es así, es la injusticia más justa de la historia.