Aunque ha acabado la Primera, Fernando Sanz ha tomado la bandera del fútbol para tratar de que Chikilcuatre no robe demasiado protagonismo al fuego sagrado del balón. Ha dicho que, en la práctica, la Real Sociedad está comprando partidos y que tal cosa es muy grave. En lo segundo tiene razón pero lo primero va a ser una vez más el cuento de nunca acabar. Me da a mí la sensación de que una vez más, en lugar de entrar a fondo en el asunto, lo que el pequeño de la dinastía presidencial de los Sanz pretende es revolver un poco el río de la Segunda para que su equipo, el Málaga, que ha perdido los últimos tres partidos en casa, pueda pescar algo.
Yo no digo que la Real Sociedad no esté repartiendo dinero en pro de su ascenso, que en este mundo del fútbol en el que la norma fundamental, es “AQUÍ NO PASA NADA” no me fiaría yo de nadie. Pero sería gravísimo que fueran verdad estos rumores de los que el señor Sanz se hace eco (que la prima está acompañada por otra cantidad pagadera si la Real asciende, cuando aún tiene que jugar contra los equipos implicados) porque supone que estamos pasando del mundo de las primas a terceros a la compra de partidos, una actividad fraudulenta que está penada por la ley. Si es verdad, los responsables deben ser castigados porque además están adulterando un juego de azar oficial patrocinado por el Estado, la quiniela. Si no es verdad, pues el señor Sanz debería ser amonestado por acusar de un delito a otra persona o personas. Más aún cuando el señor Sanz ha dicho que “a lo mejor hay que irse a un juzgado”. Señor Sanz: si usted tiene la firme convicción, e incluso las pruebas, de que esto está pasando, lo que tiene que hacer es irse a un juzgado para denunciarlo, o al menos para evitar que el señor Badiola, el presidente de la Real, se vaya a otro para denunciarle a usted por acusarle de cometer un delito. Pero en fin, parece que lo que primero va a hacer es hablar con el mandatario realista –al menos eso ha dicho- para tratar el asunto “de hombre a hombre”, digamos.
Aclaro: Parece ser, me cuentan, que la cosa viene de que de equipos contrarios a la Real han reconocido primas: el Salamanca y el Tenerife habrían reconocido jugar primados ante el Sporting, por ejemplo, saltando también el rumor de que las cantidades se verían complementadas con otra si la Real asciende. Al tener también la Real que jugar contra esos equipos, Sanz infiere que éstos harían lo posible por facilitar el ascenso. Vale.
A mí parece, en primer lugar, que la impresión que el señor Sanz tiene sobre el mundo del fútbol es pésima: una banda de tramposos a los que se puede comprar para cualquier cosa, y en la que hay gente que los compra. Digo para cualquier cosa porque no es lo mismo estar primado para ganar un partido que estar cobrando de tu empresa por ganar, y traicionarla porque otra te paga más por perder. Yo no digo, tampoco, que no sea verdad, que no conozco el mundillo tan por dentro como los protagonistas, pero lo que sí digo es que a mí esto me parece que va a ser el maldito run run de siempre y, que, una vez más, no va a pasar nada.
Nada. Porque a mí me gustaría que Sanz se fuera a los juzgados y presentara pruebas de sus graves acusaciones. O que Badiola le obligara a presentarlas. O que todos los que han dicho que saben nombres los digan. Porque si no me parecerá lo mismo de siempre: la comitiva de maletines que acompaña todos los finales de temporada, la intención de revolver el río a ver si se saca algo favorable y luego, nada de nada y a esperar otra temporada, que España el partido es verdadero y ni se compra ni se vende. Que en Alemania y otros países ha habido gente en la cárcel por eso pero aquí no, hombre, que España y yo somos así, señora.
P.D.: Y eso reconociendo que es muy difícil demostrar estas cosas, que yo recuerdo que hace más de veinte años jugadores de un equipo reconocieron haber recibido una prima de un equipo por ganar a otro, reconocieron la cantidad y el lugar en que se la dieron, así como las circunstancias. Hubo sanción, apelación y el caso se sobreseyó por falta de pruebas. Si alguno sabe equipos y partido, que lo diga: deberes para mañana.