No hay palabras para definir lo vivido en el fútbol argelino, donde encontramos un nuevo caso de violencia en el fútbol, pero esta vez supera todos los límites. El futbolista camerunés Albert Ebossé murió tras recibir una pedrada en la cabeza durante el último partido de su equipo, el JS Kabylie. La piedra fue lanzada desde la zona de su propia afición, provocándole un traumatismo craneoncefálico que momentos después acabó con su vida mientras era trasladado al hospital en la ambulancia.
El drama no termina ahí, ya que el jugador había sido padre esa misma mañana y decidió acudir al partido de la tarde, en el que acabaría perdiendo la vida tras marcar el gol de su equipo, aunque acabaron perdiendo por 1-2. Al finalizar el encuentro, los aficionados cabreados por el resultado del partido, comenzaron a lanzar objetos, con la mala suerte de que una impactó en la cabeza de Ebossé, que era el máximo goleador no solo de su equipo, sino de toda la liga argelina.
Tras confirmarse la muerte del jugador, el Ministerio del Interior y de Administración Local emitió un comunicado oficial en el que confirmó que procedían a abrir “una investigación sobre las circunstancias de la muerte de Albert Ebossé”.