Era un secreto a voces finalmente confirmado por ambas partes. El Liverpool, vigente campeón de Europa, andaba desesperado durante los últimos 18 meses buscando su Abramovich particular después de darse la luz verde a la construcción de un nuevo estadio para el club, que dejará Anfield para instalarse en Stanley Park. Y parece haberlo encontrado en la figura de Robert Kraft, un millonario norteamericano situado el 320 en la última lista de Forbes con una fortuna personal valorada en 1.256 millones de euros.
El norteamericano es el propietario del Kraft Group, un holding empresarial dedicado, entre otras cosas, al papel y al empaquetado y, además, el pope salvador de dos equipos que han pasado de comparsas en sus competiciones a actores principales. Ambos, radicados en Boston: los New England Patriots (fútbol americano) y los New England Revolutions (soccer).
Es más, los Patriots, un equipo que fue adquirido por Kraft en 1994 por unos 140 millones de euros, cambiándole la cara a un club que había perdido más del cincuenta por ciento de los partidos disputados en su historia a ser la tercera franquicia de más valor de la NFL.
Después de los primeros rumores que situaban al Imperio Kraft tras el Liverpool, todo se ratificó con unas declaraciones del dueño del grupo a BBC Radio 5 Live. "Liverpool es una gran marca y nuestra familia la respeta mucho. Siempre estamos interesados en operaciones de este calibre, así que no se sabe lo que puede pasar".
Rick Parry, director ejecutivo del club y mano derecha del máximo accionista y presidente del Liverpool, David Moores, confirmó la visita. "Si vi un partido en el Gillette Stadium con otros 80.000 espectadores es difícil mantenerlo en secreto. Tenía una visita pendiente y aprovechando el parón por los partidos de selecciones vine a hablar con ellos. Quería preguntarles cómo lograron construir este estadio, levantado por completo con fondos privados".
Sin embargo, la operación no se limitará sólo al estadio. El Kraft Group ya intentó participar en el Liverpool la pasada primavera, mediante el L4 Group, aunque sin éxito. Ahora, el camino parece que será diferente: entrar en el club hasta lograr su propiedad. De momento, el Liverpool tiene sin colocar 11.000 acciones (valoradas en 66 millones de euros) que podrían pasar a manos de Kraft, el 23,9 por ciento del club. Y luego, comprar su paquete al tercer máximo accionista, Steve Morgan, desesperado por vender, y así controlar el club.
Resumiendo; el liverpool busca un inversor para financiar el nuevo campo, y el inversor interesado es un menda que quiere invertir para quedarse con el club, de ser así se perderá la "magia" de un club tan histórico como éste, pero dará comienzo un nuevo "chelsea" que a base de talonario podrá aspirar a todo. Por cierto el estadio nuevo va costar cosa de 150M €, se las trae... estará para el verano de 2007.