El todavía presidente ejecutivo, Quico Catalán sigue presentando jugadores junto a Felipe Miñambres cuando el club está a punto de explotar y el Patronato de la Fundación sabe que tiene tres semanas para encontrar a alguien que lo rescate de un posible descenso administrativo. El informe económico elaborado por la LFP le advierte de la necesidad de encontrar una fuerte inyección de dinero antes del 31 de julio para estar al corriente de pago con sus jugadores y con la Agencia Tributaria.
La venta de Pepelu es la primera de muchas que el club tendrá que realizar en las próximas semanas para reducir al máximo los 30 millones de euros que habría que desembolsar de forma inmediata para reequilibrar la situación financiera del club y pueda salir a competir la temporada 2023-24 con todas las garantías.
Planes de viabilidad para el Levante
Durante las próximas horas, el director corporativo de la Liga de Futbol Profesional, Javier Gómez se va a reunir con las diferentes candidaturas que están interesadas en presentar planes de viabilidad para gestionar el club y ofrecerles los datos económicos de una sociedad con un notable volumen de deuda y con unos gastos de plantilla y estructurales que obligatoriamente tendrá que reducir drásticamente.
El Levante lleva perdiendo dinero de forma consecutiva durante los tres últimos ejercicios por valor de 47,8 millones y sin que el presidente ejecutivo haya querido desprenderse de sus jugadores franquicia, ni haya reducido la masa salarial de la plantilla con fichajes como Mustafi o Soldado, ni haya rebajado la sobredimensionada estructura que ha terminado por reventar al no conseguir el ascenso.
La ratio de gasto de personal deportivo y en comparación con los ingresos significativos estaba por encima del 80%, cuando muchos de clubes de la categoría están por debajo del 60%. El coste de la plantilla ha sido de 24,2 millones de euros y que cubrirá en buena parte con los 18,9 de la ayuda al descenso.
El gran problema del club granota
El problema es que a los 24,2 millones de gasto de plantilla de la temporada 2022-23, se añaden 22,8 de gastos operativos de la superestructura de club, con 324 empleados y varias disciplinas deportivas. El segundo equipo en el ranking de gastos operativos no supera los 17 millones, seis menos que la entidad granota.
La ratio de endeudamiento del Levante es cuatro veces superior al de la mayoría de los clubes de un mismo rango de ingresos ordinarios.
Según ha podido saber la Cadena SER, el pasivo no corriente de la sociedad granota asciende a 74 millones, con un déficit de tesorería de 35 millones y cuyo patrimonio neto ya es negativo en 2,3 millones
La situación es extrema porque el Levante ya no tiene activos que no estén hipotecados para ofrecer garantías a una entidad financiera y le permita solicitar un préstamo bancario. La inyección de 35 millones de euros tendrá que llegar por la venta urgente de jugadores, a través de una ampliación de capital que diluiría el poder de la Fundación o la llegada de inversores privados como el préstamo participativo que propone José Dánvila y Vicente Boluda.