Los inversores serios, invierten en las personas, no en los productos... Porque los productos son efímeros. Y si no tienes un buen equipo, que sea capaz de proporcionar continuidad y agregar valor a la valoración de la empresa, estás jodido, por mucho dinero que levantes.
Y normalmente, al inversor se la sopla cuanta gente use tu aplicación... lo que quiere saber es el "burn rate" actual, el coste por usuario, el plan de monetización, la estimación para alcanzar el "break even" y... sobre todo... las posibilidades de exit futuras. Si alguno de estos indicadores no está dentro de los umbrales que alcanza la posible inversión, entonces no tiene sentido invertir.
En esos casos (que yo llamo estafas), lo habitual es el siguiente escenario:
Joven "entrepreneur", que normalmente lo único que tiene de emprendedor es la descripción en su twitter, que tiene una idea totalmente revolucionaria, que levanta unos cuantos kilos a unos "jovenes inversores", que lo único que tienen es un buen patrimonio familiar, y quieren parecerse a papá, jugando a los grandes empresarios.
Después, se contrata a una empresa (mi colega fulanito), que monta el ultrasistema de CRM por solo medio kilo (en realidad monta un SugarCRM que es gratis, y el medio kilo se lo reparten entre fulanito y el entrepreneur). Luego, se alquilan unas oficinas de la ostia, diciendo al casero que hinche bien el precio, y que la diferencia... pues oye, tengo aquí precisamente la numeración de una cuenta en las islas caimán, que casualidad... apunta...
Así, mientras dure la sopa boba... se marea al inversor con powerpoints, hablando de EBIDTA, ROI, y como el chaval ha oido eso de boca de su padre, pero no tiene ni puta idea, pues asiente a todo... y si le dices que "la nueva idiosincrasia del mercado, requiere una inyección de activo adicional para apalancarnos en una posición fuerte dentro de <ponga aquí el segmento de su startup>" pues con suerte te suelta otro par de kilitos extra.
Que te pillan... pues oye, toda inversión es un riesgo, blablabla.... esperas unos meses a que se calme la tormenta, y vuelves al ataque (a lo mejor en otro país).
Y si quereis casos reales de exactamente estoy que estoy hablando... solo teneis que pasearos por el blog de Enrique Dans