Buenas muchachos, en el curro he podido visualizar en más de una ocasión como los jefes cambian muchísimo los diseños que hacen los diseñadores. Yo soy programador, así que supongo que tengo una visión objetiva sobre este asunto, ya que ni soy jefe, ni diseño nada.
Creo que un diseñador debe defender sus creaciones. No hacen las cosas al tuntún, todo tiene una razón y un sentido, imagino. Si eligen una tipografía es porque se adapte al ámbito del diseño, si un logo es de un color tendrá un motivo, etc, etc, etc.
De hecho, en uno de mis anteriores trabajos, la diseñadora era bastante buena en ese sentido. Por ejemplo creando marcas. Dedicaba tiempo a pensar, a crear, a buscar elementos, tipografías, colores... y por fin hacía el diseño, un gran trabajo. Llegaba el jefe (éramos pocos, una empresa pequeña, muy pequeña), no le convencía demasiado, pero ella le explicaba los motivos por lo que lo había hecho así. Lo convencía. Pero no por tener buena labia ni mucha palabrería, no, motivos profesionales. Al final el jefe se iba convencidísimo a su despacho de que ese diseño iba a funcionar, con la seguridad de enchufárselo 100% al cliente.
Ahora viene mi duda, el caso opuesto, en el que el jefe tiene claro qué tiene que tener para poder vendérselo al cliente. El diseñador hace todo lo anterior, un trabajo que cree que funcionará bien para el tipo de cliente, sin embargo, al acabar, el jefe le dice que tiene que hacer varias o muchas modificaciones para que ese diseño pueda entrarle al cliente.
Mi pregunta es, diseñadores y diseñadoras, ¿qué hay que hacer en este caso? ¿Defiendes a muerte tu diseño porque como profesional crees que funcionará bien para el cliente, o dais vuestro brazo a torcer, haciendo las modificaciones que dicte el jefe, aunque ello suponga cambiar completamente la línea original de vuestro diseño?
Besos :si: