cualquier dieta debe acompañarse de ejercicio físico regular y se deben beber entre 2 y 4 litros de agua diarios. Si es posible que el ejercicio sea mezcla de aeróbicos (correr, andar, nadar, saltar a la comba, bici, etc) y anaeróbicos (pesas), mejor que mejor.
Primer paso: Teoría del gasto energético
Nuestro gasto energético diario depende de tres factores:
* Gasto metabólico en resposo (Resting Metabolic Rate o RMR)
* Efecto térmico de los alimentos (TEM)
* Gasto energético por actividad física (EEPA)
La suma de estos tres valores determina cuanto consume nuestro cuerpo al día.
El gasto metabólico en reposo es una medida del coste energético que supone mantener nuestro organismo: temperatura corporal, frecuencia cardiaca, respiración, funcionamiento del sistema nervioso y cualquier otra actividad involuntaria.
Este gasto metabólico básico depende del nivel de grasa, el género, el estado físico y sobretodo de la cantidad de peso magro (nuestro peso sin grasa). Cuanto mayor es nuestro peso sin grasa, más energía gastamos. Y cuanta más energía gastamos en el día a día, más nos cuesta engordar.
En torno a un 10% de nuestro gasto calórico diario se debe a la digestión de los alimentos. Aproximadamente un 20% del gasto es gracias a nuestra actividad física (movernos, caminar, ir a hacer la compra, limpiar la casa, etc). Todo el porcentaje restante, entre un 70% y un 75% es gasto energético por mantener nuestro cuerpo vivo.
Sí, es cierto, aunque te mates en el gimnasio unos cuantos días a la semana, la mayor parte de la energía que gastarás a lo largo de la semana será debida al mantenimiento de tu propio cuerpo, y cuanto mayor sea el peso magro mayor serán ambos consumos (tanto para perder peso como para evitar engordar). De todo ese peso magro, solo hay un valor que podemos manipular fácilmente: la cantidad de músculo.
El gasto metabólico en reposo del que depende la mayor parte de nuestro consumo diario, también puede variar de otras formas.
Las dietas bajas en calorías reducen ese gasto. Nuestro cuerpo se adapta a la cantidad de combustible que le damos, si le damos poco combustible, gastará menos. Con una dieta que reduzca mucho las calorías, es fácil perder peso (= grasa + peso magro), pero nuestro cuerpo se adapta a esa reducción de combustible y aprende a gastar menos, por lo que llega un momento en que nos estancamos y dejamos de adelgazar. A partir de ahí, cualquier cosa que comamos prácticamente nos va a engordar, y la cosa empeora cuantas más veces repites la dieta y más reduces tu aporte calórico.
Otra forma de afectar a este consumo diario es mediante ejercicios de pesas. Estos ejercicios anaeróbicos tienen la especial particularidad de que aumentan nuestro gasto metabólico en reposo (RMR) y nuestro gasto energético por actividad física (EEPA). Por su parte los ejercicios aeróbicos (correr, andar, nadar, bici, saltar a la comba, etc) solo aumentan el gasto energético por actividad física (EEPA).
Tras hacer ejercicios de pesas con una intensidad adecuada, nuestro cuerpo aumenta su gasto metabólico en reposo (RMR) durante unas 15 horas!, todo un chollo, la verdad.
¿Os vais haciendo una idea general de como funciona esto?
El efecto térmico de los alimentos (TEM) es el gasto energético que se produce en nuestro cuerpo al digerir alimentos que contienen proteínas, carbohidratos, grasas o alcohol. De media este gasto ronda el 10%, aunque algunos alimentos pueden incrementarlo o reducirlo.
A pesar de todo, el incremento o reducción de gasto energético por consumir un alimento u otro es mínimo. Hay gente que habla de alimentos que adelgazan suponiendo que el gasto de digerirlos es mayor que su aporte calórico. Sin embargo, consumiendo esos alimentos puedes perder como mucho entre 10 y 20Kcal diarias (7000Kcal = 1Kg de grasa, así que tardarías más de 1 año en perder 1Kg gracias a esos alimentos). Algunas dietas se basan en esa teoría, pero como veis, es una pérdida de tiempo.
Este gasto energético también se puede aumentar o reducir al modificar la proporción de macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) que tomamos.
Tanto las proteínas como los carbos pueden aumentar este gasto, mientras que las grasas NO lo aumentan. Es uno de los motivos por los que las grasas están tan mal vistas, aunque por desgracia no es algo tan simple. A pesar de todo, los beneficios de modificar este gasto son mínimos. ¿Qué diferencia hay entre un 9% y un 11% cuando se calcula sobre 2000Kcal? La diferencia es de apenas 40Kcal... una diferencia miserable.
El gasto energético fruto de la actividad física (EEPA) es otro de los factores que podemos manipular para aumentar nuestra pérdida de peso, aunque también es el valor más variable de todos.
Cualquier actividad que hagamos durante el día lo va a modificar, y esta en nuestras manos gastar 10Kcal en coger el coche para ir a trabajar o 200Kcal viajando en bici.
De nuevo, este gasto (EEPA) se ve afectado por nuestra distribución de peso. Una persona que pese más, gastará más energía que una persona más delgada. De igual forma, una persona más definida (con más músculo) gastará más que una persona con el mismo peso pero más grasa.
Ya podemos ver de nuevo la importancia de conservar músculo. Es cierto que los ejercicios aeróbicos aumentan nuestro gasto de EEPA, sin embargo, si entrenamos con pesas a la vez, nuestro gasto al hacer el mismo ejercicio aeróbico será mayor. Aprovecharemos mucho más ese tiempo y todo el ejercicio que hagamos.
Segundo paso: Calcular el gasto energético
Vale, ha llegado el momento de calcular cual es nuestro consumo real al cabo del día. Hay muchas formas de calcularlo, unas más fáciles y complejas que otras. Pero vamos a ver la más común.
Para calcular el gasto metabólico en reposo (RMR), vamos a usar la fórmula de Harris-Benedict .
Code:
Para hombres:
RMR = 66 + ( 13.7 x peso en kg ) + ( 5 x altura en cm ) - ( 6.76 x edad )
Para mujeres:
RMR = 655 + ( 9.6 x peso en kg ) + ( 1.8 x altura en cm ) - ( 4.7 x edad )
El valor resultado tenemos que multiplicarlo por una constante en función de nuestro nivel de actividad. Este producto representa el EEPA del que hablé antes. Tened en cuenta que es imposible calcular cuantas calorías gastamos realmente durante el día la hacer la compra, subir las escaleras, etc. Incluso un podómetro resulta totalmente inútil porque la energía consumida variará en función de la temperatura, del peso, y de muchísimos otros factores.
Esta constante es una simplificación para no tener que contar el gasto calórico de cada paso o de cada sonrisa
* Vida sedentaria (sin casi ejercicio): Multiplicar por 1.2 (aumento de un 20%)
* Actividad baja (ejercicio de 1 a 3 veces por semana): Multiplicar por 1.375 (aumento de un 37,5%)
* Actividad moderada (ejercicio de 3 a 5 veces por semana): Multiplicar por 1.55 (aumento de un 55%)
* Actividad intensa (ejercicio de 6 a 7 veces por semana): Multiplicar por 1.725 (aumento de un 72.5%)
Por último, el valor obtenido se tiene que aumentar otro 10% (multiplicar por 1.1) debido al efecto térmico de los alimentos (TEM).
Un ejemplo:
Mi peso ahora mismo es de 85Kg y mi altura de 170cm. Tengo 30 años y soy hombre. Por tanto mi RMR es de:
RMR = 66 + (13.7 * 85) + (5 * 170) - (6.76 * 30) = 1877,7
Hago ejercicio de pesas y cardio 4 veces a la semana, por lo que tengo que multiplicar este valor por 1.55 y añadirle el 10% del TEM. Al final me queda un valor de:
Gasto energético diario = 1877,7 * 1.55 * 1.1 = 3201,48
Es decir, mi cuerpo consume unas 3200Kcal diarias (que animalad ). Para una chica es más normal que salga un valor entre 2000 y 2600Kcal de consumo diario, aunque todo depende del nivel de actividad.
Una semana que no haga ejercicio, consumiré en torno a las 2200Kcal al día. Eso son 1000Kcal menos al día!!!. ¿Veis la diferencia entre hacer ejercicio físico regular y no hacerlo? Cualquier dieta que no tenga en cuenta este factor y que le recomiende la misma cantidad de calorías a una persona de 80Kg que a una de 60Kg, a una persona inactiva que a una persona activa, podéis tirarla directamente a la basura.
Tercer paso: ¿Cuantas calorías necesitamos?
Para quemar 1Kg de grasa debemos de quemar unas 7000Kcal más de las que consumimos. Es decir, que para perder medio kilo a la semana (3500Kcal), debemos reducir nuestras comidas diarias en unas 500Kcal aproximadamente.
Reducir demasiado el combustible que le damos al cuerpo tiene un importante efecto secundario, que nuestro cuerpo empieza a consumir menos cada vez. Nunca se debería superar la reducción de 1000Kcal diarias (pérdida de 1Kg semanal) bajo ningún concepto.
Mi consejo personal es que las calorías que tomáis nunca se reduzcan por debajo del RMR. Hacerlo va a llevar inexorablemente a que vuestro cuerpo reduzca el RMR y ya hemos visto lo malo que es. ¿Qué podemos hacer obtener ese déficit calórico? Pues hacer más ejercicio (aumentar el EEPA).
Según el ejemplo anterior, mi gasto energético diario está en unas 3200Kcal. Es muy alto porque hago ejercicio muy intenso a lo largo de toda la semana. Gracias a esto puedo reducir la cantidad de combustible que le doy al cuerpo hasta unas 2200Kcal para perder 1Kg semanal sin bajar por debajo del RMR.
Una cosa es lo que digo, otra cosa lo que hago. Lo estoy haciendo rematadamente mal, porque dudo que llegue a las 1600Kcal diarias con lo que como, y eso que no paso hambre y a menudo tengo que comer sin tenerla. ¿Qué me está provocando eso? Eso me provoca que a pesar de todo el ejercicio que hago no esté ganando ni un gramo de músculo e incluso estoy perdiendo.
Pierdo peso porque llevo a cabo sesiones de ejercicio muy intensas y como poco, sin embargo, eso también me ha llevado a reducir mi RMR. En el futuro esto me va a dar serios problemas y seguramente me resultará más fácil engordar cuando llegue a la fase de mantenimiento. No siempre es fácil comer tanto
Bueno, está claro que si queréis manteneros deberíais tomar una cantidad de calorías igual a la que gastáis. Sin embargo, en la mayoría de casos la dieta ha reducido nuestro RMR. Si habéis llevado la cuenta de cuantas calorías vais tomando, podéis ir incrementando el consumo poco a poco (a lo largo de unos cuantos meses) hasta que alcancéis un punto de equilibrio. Fijaos bien en ese punto de equilibrio en el que no engordáis ni adelgazáis y recordadlo en el futuro.