#9389 Yo pienso que meter a un chaval de 14 años a leer La Celestina es una burrada. Porque no tiene ni idea del contexto histórico, ni literario de la época, no está acostumbrado, seguramente, a leer libros en formato teatro, no tiene en definitiva la formación ni información necesaria para entender la obra. Incluso en el poco probable caso de que no le parezca una mierda, no lo va a entender. Como mucho se va a memorizar como un loro las características y puntos que aparezcan en el libro de texto o apuntes o lo que sea.
Pongo ese ejemplo porque es uno de los que más me destacó personalmente durante mi paso por secundaria, pero se puede extrapolar a otras materias y tal. Creo que es muy buena idea potenciar el estudio de obras contemporáneas, con las que el alumno ya esté familiarizado, ya que de esta manera te consigues quitar el problema de la falta de contextualización y te puedes ir directamente a lo que en teoría se quiere enseñar, que es a analizar la obra, diseccionarla y valorarla razonadamente.
Esto sobre todo se aplica para el arte. Para Historia y Filosofía tengo mis dudas. Historia está claro que, una vez elegida la "ventana" de años a enseñar, lo lógico es seguir un orden cronológico. Aunque tanto en Filosofía como en Historia, igual que en las asignaturas artísticas, creo habría que hacer un cambio de paradigma desde la cantidad a la calidad. Personalmente, creo que mejor dar menos autores/obras/loquesea pero darlos bien, explicándolos basándose en la obra en sí y con detenimiento, que dar una lista interminable de autores de los que te terminas aprendiendo una cara de un folio con algunos datos y puntos clave que te han dicho, que vete a saber si son ciertos porque no has visto nada de ese autor en su vida, y a los dos meses si te he visto no me acuerdo.