Sucede que la vida es
áspera
cáustica
y otras palabras cultas.
Te pone a cuatro patas y a rodar
Quisiera yo esta noche la guitarra de Ibañez y la voz de Lorca.
Estoy tomandome unos chatos de vino y la sangre me sube y me baja
puedo ver mis pulmones como un árbol invertido
el follaje de los albeolos
luchando cada momento por mantenerse en este lado.
Que pesado Unamuno, El sentimiento trágico de la vida, me gustaba más Valle Inclán
que perdió un brazo en una disputa.
Mira y ese josé martí, borracho excelso escritor, ¿murió de nada?
Tengo ganas de subirme por mi sangre y estirarla
hacer un turulo fino con mi alma y verte
ahora incluso quiero devorarte el pubis trepar por las suaves ternuras hasta tu vientra
oropel despeserado
en la aldaba de tu muerte
desmayarme de ternura
y ver florido el mayo del rencor
cuando sieguen las caricias
de las cosas que dolieron
del rencor que nos inyectamos
aquellas tardes opacas de sudor rancio
y darte el abrazo final
mirando por los huecos de tu pelvis
el final de la última aurora
de
la consumación.