Creo que a casi todo el mundo le molan, en mayor o menor medida, los fritos. Unas pechugas de pollo rebozadas, unas patatitas fritas, unas croquetas, unos calamares... creo que si no somos todos, somos casi todos los que disfrutamos de la particular sensación crujiente de lo frito.
Pero todos aquí somos conscientes de que no es comida saludable, pues todo lo frito aumenta nuestras probabilidades de sufrir cáncer, tiene un mayor contenido en grasa y grasa saturada que el mismo alimento sin freír, y se carga gran parte de los micronutrientes.
La cosa es, ¿hasta qué punto deberíamos olvidarnos de los fritos en nuestra dieta? Como un tipo de alimentos que es rápido y sabroso, quizá estaría bien que debatiéramos un poco sobre cómo de malos llegan a ser los fritos para la salud, y si existen prácticas que mejoren su condición.
Así que, lanzo estas preguntas para el debate:
- ¿Hasta qué punto puede llegar a ser cancerígeno consumir alimentos fritos?
- Misma pregunta, pero... ¿qué sucede si usamos una freidora que evite que el aceite se caliente a más de 190ºC y aceite de oliva virgen extra?
- ¿Se llega a retirar una parte sustancial de la grasa vegetal adquirida, al estrujar un poco con papel de cocina los alimentos recién fritos?
- ¿Es viable añadir cantidades no demasiado grandes de alimentos previamente fritos, a un alimento generalmente sano? (por ejemplo, unas pechugas de pollo empanadas en una ensalada).
A ver qué conclusiones se sacan de aquí, saludos!