IGNACIO ESCOLAR
20 de septiembre de 2005
Por mucho que el lema de Google sea “donŽt be evil” –no hagas el mal–, los planes del buscador más popular del planeta cada vez son más parecidos a los de un malo de James Bond. Al menos, eso pensarán los que pueden perderlo todo con el último movimiento que parece planear el gigante de la Red. Dicen que Google está montando una red gratuita de conexión a Internet vía wifi para las principales ciudades de Estados Unidos. Si la noticia resulta ser cierta, las compañías que venden acceso a Internet ya pueden dedicarse a otra cosa.
Pero, antes de las especulaciones, los hechos. De momento, se sabe que Google lleva bastante tiempo comprando todas las redes de fibra óptica que encuentra en el mercado, que son bastantes. Lo bueno de la burbuja de Internet –al igual que pasó en la Inglaterra del siglo XIX con la burbuja del ferrocarril– es que se invirtieron toneladas de dinero en infraestructuras que, cuando la bolsa despertó, todavía estaban allí.
En el caso de la fibra óptica, existen miles de kilómetros instalados en Estados Unidos que nunca se han llegado a utilizar. No hay tanta demanda como para que sean necesarias y sale caro “iluminarlas”, ponerlas en funcionamiento. A estas redes se les llama la “fibra oscura”. Como toda infraestructura que no se usa, sale muy barata.
También es público que Google está fichando desde hace meses a expertos en redes de fibra óptica. Por ejemplo, en enero de este año pusieron un anuncio buscando a un ejecutivo con capacidad y experiencia en “negociar contratos de compra de fibra oscura para desarrollar una red global de alta capacidad”. Aún hoy siguen buscando más trabajadores con este sospechoso perfil.
¿Y para qué quiere Google fibra óptica? Pues, entre otras cosas, podría servir para alimentar una red wifi de acceso a Internet para todo Estados Unidos, especulan desde hace meses muchos analistas que hoy han cantado bingo.
La última pista ha aparecido hace unas horas. Google ha desvelado una beta más. Se llama “Google Secure Access” y es un programa de ordenador que permite conectarse de forma segura –con criptografía, sin riesgos de que se intercepten las comunicaciones– a una misteriosa red wifi gratuita que han construido de forma experimental en varias zonas de San Francisco con la colaboración de una nueva compañía llamada Feeva. Como dicen en Business 2.0: primero San Francisco; después, el mundo.
Las especulaciones
Desde Google, como de costumbre, no sueltan prenda sobre si su experimento en San Francisco crecerá después a otras ciudades de Estados Unidos. Tampoco está claro que el “Google Secure Access” sea una pieza más del misterio o sólo un software para permitir conexiones seguras en cualquier red Wifi, no sólo en las de Google. Pero, al menos, sí parece que se lo están pensando.
Según algunos expertos, una red wifi estadounidense gratuita saldría rentable. Entre los mayores costes de Google se encuentra el ancho de banda, el gasto de conexión. Aseguran que Google hoy paga tremendas sumas a intermediarios por sus enormes costes de conexión, un ingente gasto que desaparecería si Google se convierte en proveedor de acceso a Internet. Pero hay otro motivo.
Volvamos a Feeva. Esta compañía ha desarrollado una tecnología capaz de detectar la localización de un usuario de una red wifi. Si Google regala la conexión, podría vender publicidad a la carta basada en el sitio desde el que se encuentra el usuario: cuáles son los restaurantes más cercanos o dónde hay una buena oferta para comprar ropa.
Este tipo de publicidad parece la evolución lógica desde el actual gran negocio de Google, los “AdWords”, unos anuncios que aparecen en función de lo que busca la gente o del contenido de una determinada página. Si Google también sabe desde dónde buscas información, ese anuncio puede ser aún más util y, por lo tanto, más rentable para el anunciante y para Google.
Sale más barato que comprar Skype
Pero la gran razón por la que Google podría estar interesado en proporcionar acceso gratuito a Internet es porque sale muy barato y porque cada día lo será aún más, por lo que rentabilizarlo después no será complicado. El Ayuntamiento de Filadelfia, en Estados Unidos, calculó hace más de un año cuánto costaría dar servicio wifi en cada rincón de la ciudad. Entonces salía por 10 millones de dólares.
A ese precio, con lo que se ha gastado eBay en comprar Skype -4.100 millones de dólares- se podría instalar wifi en 410 ciudades del tamaño de Filadelfia (un millón y medio de habitantes). No hay tantas en todo Estados Unidos.
Y eso sin contar con que el precio ha bajado mucho desde hace un año y va a bajar muchísimo más. Un punto de acceso wifi tiene un radio de cobertura de alrededor de 400 metros y una velocidad máxima de 11 megabits por segundo. Su futuro sustituto, el nuevo estándar, se llamará wimax: una única antena bastará para dar servicio en un radio de 50 kilómetros y su velocidad alcanzará los 70 megabits por segundo. Dar cobertura wimax a una ciudad como Madrid costará una minúscula fracción de lo que hoy cuesta repartir un diario gratuito.
Con una red gratuita de estas características no sólo dejaríamos de pagar el ADSL. Una agenda electrónica equipada con wifi y un sistema de telefonía IP como Google Talk o Skype es mejor que el mejor teléfono móvil de última generación. Y ya existen teléfonos móviles que funcionan con redes wifi.
Traducido: quizá no deba invertir su dinero en telecos. Si Google no ofrece wifi (o wimax) gratis, alguien lo hará.