Buenas a tod@s navegando por ahi he encontrado un texto que describe rozando la perfeccion la realidad del profesional de la informatica, me parece absolutamente indignante que sea asi, pero la realidad duele y mucho.
Dicho texto solo lo comprenderan o las mentes abiertas o las personas que dediquen su vida profesional a la informatica, dejando al resto un tanto "indiferente". Subjetivamente me encantaria rehacer este apartado de la historia moderna o, de no ser posible, lograr cambiar los topicos que se han implantado en las sociedades tecnologicamente "avanzadas" y dignificar de una vez por todas el, por otro lado mas importante, trabajo del "ingeniero" o "Tecnico" de software y a su vez eliminar tanto el intrusismo de los "cuñados" y la auto sobrevaloracion que tienen algun@s por saber que "if not then goto" no solo significa lo que su traduccion al castellano indica:
Texto extraido de: http://demievangeliosegunjuan.blogspot.com/
Nota: leedlo y reflexionad dos minutos acerca de su contenido.
A pesar de contar con una vida relativamente corta la Ingeniería de Sistemas tiene ya en su haber un considerable número de estereotipos que cada vez se arraigan más en la concepción que de ella tiene el individuo en general. Tanto el individuo común que se enfrenta a la tecnología desde su posición oscura como el ingeniero de sistemas mismo han forjado una serie de imágenes preestablecidas del papel que el profesional de esta área cumple en la sociedad actual. La formación de estos paradigmas (generalmente alejados de la realidad teórica) se ha facilitado gracias al bombardeo mediático de la televisión y la prensa escrita, a la ignorancia tecnológica que acosa a los países del tercer mundo pero principalmente a la mezquindad y arrogancia injustificable que los ingenieros de sistemas presentan ante su propia profesión, creando así un círculo vicioso que se retroalimenta a partir de la posición de unos y otros.
Pero para hacer una radiografía de la percepción que la sociedad en general tiene del ingeniero de sistemas es necesario hacer un paralelo entre una persona que convive con la tecnología de forma casi parasitaria y el ingeniero que debe establecer una relación de sinergia para dar vida a esa tecnología y transformarla en algo útil.
¿Disculpe ingeniero, podría decirme quién es el General Failure y por qué está intentando leer mi disco duro?
El ingeniero de sistemas debe convivir a diario con el peso de ser el único responsable de cualquier fallo, violación, pérdida de información o abrupto que al interior de esas cajas mágicas pueda suceder, además de cargar con la cruz de tener que poseer poderes sobrehumanos que le permitan entender por qué Windows Millenium muestra su famosa pantalla azul cada 27 días después del Ramadán o por qué la HP 3550 que compré en Makro hace dos años está imprimiendo en color rosa si en las últimas doce recargas el cartucho no había fallado. Es cierto que no todo el que posee un carro debe saber cómo desvararse cuando el caucho para cardán trasero se rompe, de la misma forma no todo el que posee una computadora debe saber que la unidad de CD no es sólo un útil portavasos que se abre y se guarda para la mayor comodidad del usuario. Sin embargo, la sociedad parece haber generado un raro encanto ante la ignorancia tecnológica que hace más cómodo imaginar que existe un ser llamado Ingeniero y apellidado De Sistemas que posee todas las soluciones para las inquietantes cuestiones esotéricas que atañe un ordenador. Quien le solicita a un ingeniero de sistemas la colaboración para redactar la carta que necesita urgentemente para cancelar el servicio del celular parece que descubriera un goce celestial cuando en un acto paladinesco el ingeniero le enseña que la suma de las teclas Ctrl + C permite copiar un texto seleccionado, después de esto esa persona mirará con ojos de admiración a quien le ha iluminado su oscuro camino tecnológico.
Estas imágenes reiterativas han ido calando cada vez más en el ojo del individuo común, pero no son ajenas al empresario que en medio de su preparación académica o su vasta experiencia laboral no escapa a la idea de reducir al ingeniero de sistemas a un mago de la computadora que conoce miles de trucos para hacer de una labor tediosa algo menos conducente al suicidio.
En la mayoría de las empresas de la región la labor del ingeniero de sistemas (si es que existe en nómina un profesional en el área) se reduce a la eterna reinstalación del sistema operativo de turno o a la solución de problemas menores en la suite de oficina que utilice la empresa. No quiere decir esto que no existan ingenieros que se desenvuelvan en un ámbito para el cual fueron preparados académicamente pero el porcentaje de sub-utilización del profesional es muy alto, disminuyendo así el beneficio que podría obtenerse de la ingeniería de sistemas a nivel empresarial.
Esta visión equívoca del empresario castra las posibilidades del ingeniero para desenvolverse en el medio, además de estancar el crecimiento tecnológico de la empresa misma aumentando el bache ya enorme en que vivimos y haciendo cada vez menos competitiva la industria nacional frente a la extranjera.
La lúdica pretenciosa del #include
Aunque es cierto que la negligencia de la sociedad ante la tecnología, la invasión de aplicaciones informáticas de baja calidad y eficiencia y el cambio radical que ha sufrido el mundo con el crecimiento desmedido de Internet han contribuido a ratificar la imagen que se tiene del ingeniero de sistemas a nivel social (y lo que es peor aún a nivel empresarial) como un ser que hace milagros pero no se canoniza y que lo convierten en alguien que “debe saber manejar Corel Draw sólo porque eso es un programa para computador”, también el ingeniero como profesional ha colaborado para que ese paradigma se afiance cada día más.
Es necesario aclarar que el ingeniero de sistemas no es sólo un ingeniero de computación, en primera medida es un ingeniero de SISTEMAS, y no debe entenderse por sistema solamente una caja con cables y pantalla que se enciende para ver cosas en ella. Pero es el ingeniero mismo el primero en olvidar este importante detalle cuando envuelto en su actitud prepotente decide convertirse en amo y esclavo de un ordenador que en realidad no es más que la principal herramienta que debe utilizar para su vasta labor profesional. El ingeniero parece no comprender que su especialización en sistemas lo obliga a desarrollar en sí mismo un pensamiento SISTÉMICO que conlleve a tener un panorama más amplio del que la ingeniería puede otorgar, y así abarcar un contexto al que no puede ser ajeno y lo encamine a brindar soluciones realmente útiles y eficientes ante situaciones ordinarias y extraordinarias. El paradigma del ingeniero de sistemas confinado a un rincón oscuro donde no tenga mayor contacto humano, atado de pies y manos a su máquina estableciendo un récord mundial de líneas de código por minuto es obsoleto; es vital tanto para él como profesional como para el gremio empresarial que sea parte viva del devenir de la empresa, que se involucre directamente con los procesos que sistematiza y que reconozca el marco contextual que envuelve a su medio laboral. No basta con ser un políglota que sepa hablar en Javascript, Prolog, Assembler y PHP (y creerse el ser más interesante del universo por esto), ante todo el ingeniero debe ser consciente de su rol como analista, debe comprender que es un modelador de la realidad que a través de su conocimiento la reproduce a escala para el uso de todos.
Existe otra tendencia entre los ingenieros de sistemas que discrimina y minimiza intelectualmente a aquel que amplía un poco su mirada y reconoce la importancia y necesidad de ser un verdadero ingeniero de software o un generador de planes estratégicos de sistemas que le permitan al sector empresarial ser competitivo en un mundo altamente tecnificado. Esta tendencia pretende convertir al ingeniero de sistemas en un hacedor de código que busca la forma de hacerse indispensable e indespedible para la empresa en que labora.
Al parecer entonces el ingeniero de sistemas se está condenando a sí mismo a ser una mascota del sector empresarial que entretiene a su dueño con trucos que sabe que lo enamoran cada vez más, pero olvida que su verdadera responsabilidad profesional es más digna y gratificante y al final terminará por hacer crecer tanto a uno como a otro.
La muerte del alquimista computacional
Esta retrospectiva “bilateral” permite dilucidar que mientras desde el lado empresarial no se valore realmente la importancia del ingeniero de sistemas como aliado para el progreso del sector y se siga empleando al profesional para labores que no obtienen el mayor provecho de sus capacidades; y desde el lado del ingeniero se perpetúen las prácticas poco ortodoxas y enajenantes que limitan su potencial seguiremos condenados a la improvisación y el atraso, a la importación injustificada de tecnología y se bifurcará cada vez más el camino que separa los intereses que deberían ser conjuntos, y continuaremos alimentando a nuestro propio alquimista computacional.
posted by Egolaxista