Quería dejar algo escrito antes de que salga La Résistance
Capítulo VII: Die Ruthenienkrise
El Imperio de Japón, decidido a conseguir un hueco entre las grandes potencias, emprende una expedición con la intención de subyugar al reino coreano. La expedición es un paseo triunfal para las tropas imperiales, que pueden poner en práctica su moderno equipo y tácticas importados de occidente.
Mientras tanto, las tropas de Isabel II de España entran en las regiones rebeldes vascas, sin encontrar mucha oposición a su paso. Esto, sin duda, le otorgará cierta estabilidad a su gobierno, pero su reciente coronación no significa que goce de muchos apoyos.
A pesar de que el Imperio Otomano ha podido resolver con soltura los confictos en los que se ha visto envuelto en los tiempos recientes, el gobierno zarista ha decidido que no merecen ocupar vastas extensiones de territorio cristiano y ha iniciado hostilidades. Es conocido por todos que el objetivo último ruso consiste en tomar la ciudad de Constantinopla, por su importancia estratégica, religiosa y cultural. La postura de nuestro gobierno es la indiferencia, ya que ambos estados tienen intereses mayoritariamente contrarios a los nuestros.
La campaña japonesa en Corea resultó en un tremendo triunfo. Sin embargo, algunos de los sectores más conservadores de Japón siguen oponiéndose al emperador Mutsuhito. Entre ellos destacan los samurai, que, viendo que su hueco en la sociedad ya no existe, inician una revuelta en la isla de Kyūshū. Serían rápidamente derrotados por el moderno y más numeroso ejército del emperador, pero su batalla final en Shiroyama sería largo tiempo recordada.
En Europa, Rusia ha conseguido ocupar Rumanía, pero las tropas holandesas, opuestas a la expedición rusa, avanzan por Livonia. Parece que el Imperio Otomano resiste una vez más.
Finalmente, las potencias se reúnen en París para llegar a un acuerdo de paz, el cual respeta en su mayor parte el status quo ante bellum.
¡Revolución en Japón! Los trabajadores se levantan en armas, capturan al emperador Mutsuhito y le ejecutan públicamente en Tokio. Se establece la colectivización de los medios de producción bajo el gobierno del Partido Comunista. Un peligroso desarrollo, sin duda, ya que supone la primera ocasión en la que las ideas comunistas van a llevarse a la práctica y, de triunfar, pondrían en peligro todo lo que conocemos.
En Alemania, se completa por fin la construcción del canal de Kiel, sin demasiadas complicaciones respecto a lo planeado. Algo extraño en un proyecto de tales dimensiones, seguramente debido a la superior ingeniería alemana.
Ya no sorprende las noticias de cambios de gobierno en España. Esta vez el parlamento ha decidido deponer a la monarca y declarar la República. Veremos cuánto tiempo pasa hasta que cambien de idea una vez más.
Representantes de la minoría étnica bielorrusa en el Este de Polonia consiguen apoyo del gobierno francés para su independencia. Polonia está bajo la influencia de nuestro Imperio, y permitir la injerencia francesa en este asunto es inaceptable. Las potencias extranjeras se sitúan expectantes, ¿es posible una guerra a gran escala por tan pequeño territorio?
En cuestión de días, el rey Francisco II de Italia declara firmemente su apoyo a nuestra causa. Poco tarda el gobierno imperial austrohúngaro en traicionar los intereses alemanes y unirse al bando francés. El Imperio otomano, más por un interés táctico contra Austria-Hungría que por una cuestión de amistad o ideológica, se une a nuestro bando. Algún tiempo después, Rusia manifiesta su apoyo a los separatistas. Las piezas están preparadas para una sangrienta guerra a tres bandos. Una difícil tarea para el joven gobierno del Canciller Bismarck.
En respuesta a la tensa situación, el gobierno decide entrenar y desplegar dos ejércitos completos de soldados de élite.
Finalmente, la diplomacia fracasa. Nuestros soldados marcharán al campo de batalla.
La primera prueba real para nuestra Armada es todo un fracaso, sufriendo una estrepitosa derrota contra los rusos en la que perdemos cinco buques ironclad.
El ejército de tierra, por otro lado, tan valeroso y bien organizado como siempre, avanza en territorio francés.
Un colosal ejército francés se dirigue hacia nuestras fuerzas por el flanco Norte. Nuestras tropas, lideradas por el general Reinhard Droste y atrincheradas en la zona de Verdun, con su artillería preparada, confían en poder defender la línea.
Las primeras batallas contra el ejército ruso llegan, con mejor resultado que los enfrentamientos en el mar.
El gobierno holandés, siempre hostil a nuestros intereses, permite a las tropas francesas cruzar por su territorio para flanquear nuestras formidables posiciones defensivas, lo que sin duda complica nuestra situación estratégica y da nuevos quebraderos de cabeza al Alto Mando.
Mientras tanto, el frente balcánico avanza lentamente, con una muy pequeña ventaja para nuestros enemigos.
El frente italiano es otra historia, con las tropas italianas incapaces de defender su territorio y la práctica totalidad del Piamonte bajo ocupación francesa. Los generales italianos se han visto cegados por la posibilidad de ser recordados como libertadores de ciudades emblemáticas como Milán o Venecia y eso les ha hecho perder el sentido estratégico.
Aunque tuvieron la necesidad de ser reforzadas por el ejército de Ingolstadt, las tropas de Verdun lucharon de forma, una vez más, incomparable, excediendo todas las expectativas. Otra colosal derrota para la lista francesa, que ya empieza a ser numerosa.
Tras pocos meses de conflicto, así se encuentra la situación general en Europa.
En África, el ejército otomano no tiene problemas con la testimonial guarnición colonial francesa.
La línea de frente está a punto de romperse por Kolmar, aunque refuerzos alemanes se dirgen raudos para aliviar la situación.
En lo que concierne a nuestro frente con Austria, apenas hay alguna escaramuza de poca importancia. Vista la poca resistencia, el Alto Mando da la orden de ocupar las regiones de Bohemia, Moravia y la Baja Silesia.
A pesar de las extensas victorias militares, Guillermo I se encuentra con dificultades para encontrar apoyos en su gobierno que le permitan exigir concesiones en el tratado de paz.
Italia, que había conseguido ocupar la ciudad de Venecia, está a punto de perderla y la posición de su ejército es muy precaria. Necesitan ayuda alemana. Se planea enviar a un ejército a través de los pasos montañosos de los Alpes para prestar apoyo.
Un nuevo ataque francés en Verdun vuelve a traducirse en una nueva victoria heroica de nuestros soldados. Sin duda, nuestros ejércitos no tienen rival
En Estrasburgo, unos 85000 franceses caen muertos o prisioneros. El ejército francés sufre humillación tras humillación contra las imparables tropas alemanas.
El frente italiano ha colapsado definitivamente. Aun así, no todo está perdido. El ejército enviado para apoyar la campaña en aquella zona ha sido atacado mientras se encontraba bien pertrechado en una zona montañosa del Tirol.
Como era de esperar, tal ataque es completamente suicida y resulta en la aniquiliación del ejército austrohúngaro.
El panorama político en Francia es del todo indescriptible. El antiguo emperador Napoléon III, nieto del gran conquistador y depuesto tras su derrota frente a nuestra nación, ha renunciado a todo derecho sobre cualquier título nobiliario y ha declarado que la única manera de defender los ideales revolucionarios franceses de libertad, igualdad y fraternidad es mediante el comunismo. De esta manera, ha declarado la lucha proletaria abierta contra el estado burgués republicano. Aunque sin muchas esperanzas de triunfar, y aunque gran parte de los tradicionales bonapartistas se han distanciado de la declaración, es sin duda un movimiento destacable.
En el Este, que recordemos ha sido la causa del conflicto, los ejércitos polacos y alemanes no están teniendo excesivos problemas para derrotar a las dispersas fuerzas rusas. Un contingente numeroso se aproxima por la frontera entre Prusia y Polonia, pero nuestros ejércitos están en una excelente posición para flanquearles y acabar con la amenaza contra la región.
Tras ocupar Praga, un ejército alemán se dirige a Viena. Al llegar, las tropas alemanas no entran como saqueadores ocupando una ciudad enemiga, sino con una actitud más parecida a la de un ejército que libera una ciudad propia de la ocupación extranjera. Respetando la infraestructura local en la medida de lo posible, hacen ondear la bandera tricolor en el palacio de Hofburg. Quién sabe si será un presagio.
En 1876 esta es la situación general en Europa. En general, los frentes concernientes a Alemania y Polonia van de manera muy favorable para nuestro bando, mientras que el Imperio Otomano cede algo de territorio, sin perder la organización, y el frente italiano colapsa en la hecatombe más absoluta.
Nuestra armada consigue tomarse la revancha contra la escuadra rusa y conseguir una victoria en el Báltico, controlando dicho mar.
La Batalla de Kolmar, muy dura para ambos bandos y que se ha extendido durante más de un año, acaba finalmente con la rendición francesa. Esto supone de facto su rendición en la guerra, ya que el norte del país queda desprotegido y, aunque siguen quedando ejércitos en buena forma en Italia, para cuando llegaran a defender París, Guillermo I ya estaría cenando en Versalles una vez más. Dispuestos a evitar esta situación se declara un alto el fuego.
Como parte de los términos de la rendición, Polonia adquiere algunos territorios en Rutenia, con una importante minoría polaca.
Austria se ve obligada a ceder la región de la Lombardía a Italia. Aun así, es un resultado agridulce para los italianos, pues su ejército ha quedado en evidencia y no han podido alcanzar el premio de recuperar Venecia. La serenísima ciudad de San Marco seguirá bajo dominio Imperial austriaco, al menos por el momento.
Francia, por su parte, se ve obligada a poner punto y final a su ocupación de los territorios catalanes. Aunque se barajó la posibilidad de crear un gobierno independiente, la total ausencia de estructura de gobierno local provocada por el centralismo francés dificultaba la tarea, y el rey de Italia, de ascendencia española, abogó por retornar el control de la región a España. Esperemos que la región encuentre su encaje en la república española.
Un enviado de la pequeña Serbia nos propone formar una alianza. Serbia es un país no muy avanzado, que sobrevive a duras penas encerrado entre los imperios Austrohúngaro y Otomano. Sin embargo, precisamente por eso, y aunque está claro que militarmente no nos aportarán mucho, pueden servirnos como pretexto para emprender campañas contra estos dos estados, de los que podemos ganar bastante.
¡Revolución en nuestras tierras! Una serie de despreciables manipuladores autodenominados "socialistas" ha conseguido persuadir a un número nada desdeñable de nuestros ciudadanos para rechazar al gobierno actual y cambiarlo por la fuerza por su decadencia roja. Aunque la mayoría del ejército mantiene la sensatez y apoya a Guillermo I, la situación es delicada.
El corazón de Prusia es una de las regiones donde la revuelta tiene menos seguimiento, el plan consiste en abrir un corredor, evacuar al emperador de Berlín hacia Königsberg y aplastar a la rebelión.
El plan funciona según lo previsto, pero el emperador decide permanecer en la capital, al verse que los rebeldes están desorganizados y no son ningún rival para nuestras tropas.
Finalmente, con todos los rebeldes rendidos, Alemania queda por fin en paz y triunfante. Sin embargo, sería de ilusos pensar que la amenaza roja se ha eliminado de nuestro país.
Pos na, capitulillo antes de que nos vayamos todos a jugar al HoI. He tenido que usar la consola porque no me parecía normal dejar tamaña guerra en una paz blanca, espero que lo veáis como yo. En cualquier caso tampoco me he dado nada a mí, como dije en #1 la he usado puramente para hacer una paz más verosímil, no para chetar nada.
Por otro lado, los rebeldes socialistas van a seguir dando por culo como no apruebe ninguna reforma. O empiezo a aprobar o les dejo ganar, ya veremos por dónde me da.
Ah, y no sé exactamente por qué la artillería no aparece a veces en los resúmenes de batalla. En la batalla de Innsbruck por ejemplo me sale que tenía cero y ni muchísimo menos, tenía 15000.