Os enlazo un artículo bastante interesante de nuestra Eurogamer sobre el presidentísimo Obama de los USA recién electo con amplia mayoría donde se exponen los pocos datos que tenemos sobre su visión del videojuego.
Obviamente esto no tiene porque importarnos completamente pero, en mi opinión, viendo la importancia que este mercado está tomando en los últimos años y los múltiples incidentes (censuras, muertes por culpa de tal, ataques estúpidos de LOL...) que llevamos viendo pues creo que algo de importancia si que tiene.
No creo que Obama llegue al nivel de infamia que se hubiera alcanzado en este tema si la puta de la Clinton hubiera triunfado pero frases como "Si la industria no actúa, entonces mi gobierno lo hará" o "Vamos a tener que ser mejores padres, y apagar el televisor y la videoconsola para inculcar un sentido de la excelencia a nuestros hijos" me dan bastante pánico.
¿Opina algo MV.consolas.política?
Y ahora el tocho.
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¿Qué piensa Obama de los videojuegos?
No hay duda de que el protagonista del día, y seguramente del año, será Barack Obama. El hasta ahora senador de Illinois, candidato demócrata a la presidencia y desde ya mismo ganador de estas últimas elecciones norteamericanas ocupa las portadas de todos los informativos y periódicos. Medio mundo ha pasado esta noche en vilo, y aunque todavía queda tiempo para que veamos si los prometidos cambios se harán efectivos, los análisis de todo tipo empiezan a circular de manera apasionada por las redes de la información. En 1Up se han marcado un primer análisis de como podría afectar la elección de Obama al sector de los videojuegos. Creemos que puede ser de vuestro interés, así que os hacemos un resumen.
“Apelo a la industria del videojuego para que facilite a los padres una mejor información sobre sus programas mediante la mejora del sistema de calificación voluntario que tenemos actualmente. Los medios de comunicación y las productoras de videojuegos deben hacerse cargo por ellas mismas de mejorarlo y de hacerlo más fácil para entender exactamente que tipo de contenidos están incluidos en cada juego. Si la industria no actúa, entonces mi gobierno lo hará”.
“Y aunque la industria tome medidas responsables de auto-regulación, continuará existiendo un papel para el gobierno federal. Necesitamos entender mejor el impacto de estos nuevos medios de comunicación”.
Estas son las palabras de Obama en respuesta a un cuestionario general dirigido a los candidatos a finales del año pasado, cuando todavía competía con su colega Hillary Clinton por la candidatura demócrata. Dejan clara la preocupación que la clase política siempre ha tenido con respecto a los videojuegos, y decimos preocupación no en el sentido de ayudar a su desarrollo y expansión, sino más bien en referencia al control de sus contenidos. También apuntan hacia un intervencionismo del gobierno, pero no dejan de tener el mismo sentido que podrían tener con otras formas de expresión. Sin embargo, la opinión de Obama con respecto a la industria del ocio electrónico parece algo más abierta que la de Clinton, conocida por ser muy crítica con el medio, adalid de las prohibiciones y que en un momento de gloria llegó a decir que Grand Theft Auto era “una epidemia silenciosa de desensibilización” de la sociedad.
También al respecto de la polémica alrededor del lanzamiento GTA IV el pasado mes de abril, Obama señaló : “Estaba viendo las noticias de la televisión esta mañana donde hablaban de Grand Theft Auto, este videojuego llamado a batir todos los récords, y que va hacer montañas de dinero para quien lo haya diseñado”, dijo. “Ahora bien, entiendo que no está dirigido a los niños, aunque estoy convencido de que lo jugarán muchos. Porque con los videojuegos están creciendo nuestros chicos”.
Son unas declaraciones en la línea de otras realizadas alrededor de los pobres resultados escolares de los jóvenes escolares hoy en día en el conjunto de Estados Unidos, los cuales Obama atribuye en parte a la televisión y los videojuegos. “Vamos a tener que ser mejores padres, y apagar el televisor y la videoconsola para inculcar un sentido de la excelencia a nuestros hijos”, afirmó en un acto de campaña en febrero. De todas maneras, detrás de sus comentarios acerca de la importancia de la educación tampoco se ha alzado con una crítica expresa acerca del contenido de los videjuegos.
Por todo ello, sus opiniones al respecto no dejan de situarse en un línea amable y desde luego menos agresiva que la de otros políticos. Sin embargo, no nos podemos quedar con una imagen decididamente complaciente de Obama respecto a los videojuegos, pues gran parte de su actitud dialogante y negociadora procede básicamente de su desconocimiento absoluto del medio. La verdad es que no tiene ni idea de videojuegos, hace poco afirmó que la última vez que había jugado fue al Pong hace 30 años.
De lo que no hay duda es de que, aunque él poca cosa sabe de Niko Bellic y Super Mario, sus asesores no han dejado escapar la oportunidad de vender su candidatura a través de los videojuegos. Lo hemos podido ver estos días, ya que su poderosa campaña electoral, además de ser altamente tecnológica por dedicar la máxima atención a la red, se ha trasladado a algunos títulos de como Madden NFL, Need for Speed, NBA Live o Burnout Paradise. Sin contar otras apariciones estelares –aunque más alejadas del terreno de la publicidad– como las que ha protagonizado junto junto a su rival McCain en juegos como Mercenaries 2 o los Sims 3.
Tampoco hay que olvidar que detrás de su campaña, la más cara de la historia de la política, ha habido donaciones por parte de algunos importantes estudios y productoras de videojuegos. Por ejemplo, de Strauss Zelnick, el director ejecutivo deTake Two, de John Riccitielo de Electronic Arts, o hasta del productor de GTA, Sam Houser.
Esto es todo lo que sabemos hasta ahora de Barack Obama y de su relación con los videojuegos. Estamos ansiosos por conocer que actitud tomará su gobierno entorno a esta cuestión, no sólo por las repercusiones que pueda tener a nivel mundial, sino también porque también anhelamos que de una vez por todas también nuestra clase política se tome el asunto tan en serio como se merece.