Aun con el el maltrato a la saga y la simplicidad de su concepto, las pocas réplicas de Bomberman hasta ahora han sido muy pobres y no parece que nadie haya hecho un esfuerzo de verdad por volver a traer la esencia de los mejores clásicos de Hudson.
El último en intentarlo es Bombslinger, con otra apuesta no muy arriesgada en el multijugador, pero añadiéndole elementos de roguelite para hacerlo más jugable y rejugable sin amigos.
Como un Bomberman clásico para jugar en local, Bombslinger mantiene la misma esencia. Colocas bombas, te cubres y esperas a que explote rompiendo objetos del mapa y, con un poco de suerte matando a enemigos. Es un concepto muy simple que sigue funcionando muy bien si tienes varios amigos con los que jugar en local.
Las pocas diferencias están en la ambientación de western y los objetos de un solo uso, que se añaden a los típicos power ups que van haciendo la partida más caótica a medida que avanza. El resultado es un multijugador local muy competente como party game, solo manchado por un ligero retardo al cambiar de dirección con los personajes y por la falta de juego en línea.
La otra desventaja respecto a Super Bomberman R es que solo soporta cuatro jugadores. En la era de los Joy-Con y las pantallas gigantes, conseguir jugar cómodamente con ocho personas es más fácil que nunca, pero aquí tendremos que conformarnos con la mitad.
Donde sí que han decidido tirar por un camino distinto es en la campaña. Bombslinger coge esas mecánicas clásicas y te suelta en un mundo con muerte permanente y en el que la progresión en cada partida se consigue a base de los mismos power ups del multijugador.
Tomando el papel de un antiguo líder de una banda con bastantes cuentas que saldar por la muerte de su esposa, la historia nos suelta en medio del Lejano Oeste, empezando con las bombas más básicas y obligándonos a progresar a lo largo de cuatro mundos, cada uno con su jefe final.
Quizá para paliar la falta de contenido, Bombslinger es bastante difícil, hasta el punto de ser casi imposible sin haber grindeado previamente unas cuantas partidas. No solo por coger el truco a las mecánicas, sino porque antes de cada partida podremos elegir varias mejoras que ayudan enormemente a conseguir finalmente completar el juego.
Tanto es así, que de primeras solo se pueden escoger dos mejoras simultáneamente, con otras dos desbloqueables a medida que se juega. Solo se necesitan unas pocas partidas para que se desmorone la ilusión de estar ante un roguelike, porque encontrar cuatro mejoras buenas es clave para pasarse el juego.
Lo que sí que no encontraremos serán combinaciones de activas y pasivas como en Isaac y similares. Las principales habilidades pasivas están limitadas a dos al principio, y se pueden aumentar hasta cuatro que se eligen antes de empezar la partida y no se pueden cambiar.
Bombslinger está ya disponible en Steam, Switch y Xbox One a 11,99 €, así que es una buena alternativa para los que no quieran pagar el precio completo de Super Bomberman R.
