Potencia. Eso es lo que quieren amortizar en Turn 10 Studios y reflejarlo en la enorme gama de automóviles que recogerá Forza Motorsport 5, el primer gran capítulo de la marca sobre gráficos next-gen y a buen seguro uno de los grandes de la cilindrada esta temporada. El rugido y comportamiento de los motores no se despegan de un acabado de las carrocerías sin precedentes en videojuegos, redondeado, brillante y que se deforma y ensucia de manera asombrosamente creíble con los golpes. Un juego de deslumbres técnicos que acaba de demostrar en el E3 de Los Ángeles que vendrá acompañado de deslumbres jugables, de sensaciones mando -o volante- en mano. Esto es conducción realista y pura, capacidad simuladora, no solo en lo visual. Se siente el asfalto.
Deportivos de todo tipo y coches carísimos vuelven a alojarse en el garaje ideado por Dan Greenawalt y su ahora más numeroso equipo, garaje que acoge de nuevo la ForzaVista para contemplar los bólidos al detalle, por dentro y por fuera, con todas las modificaciones implementándose en tiempo real, mayor número de ángulos, mejores animaciones de apertura de puertas, capó o activación de intermitentes y limpia-parabrisas. Éste es un título para los amantes del automovilismo, y uno de sus atractivos siempre ha sido esta observación detallada e interactiva de cada monstruo que recoge, esta inspección exhaustiva que va desde el salpicadero a las llantas de las ruedas traseras, ahora todo ello con una sensación fotorrealista que no expone los polígonos tal cual, ya que se ha implementado sobre el engine una nueva fórmula de redondeado de esquinas automático que convierte a todas las formas angulosas en curvas. Sencillamente espectacular, primer permiso técnico que da la next-gen a esta marca.
Pero junto a esta herramienta hay muchas más hasta ahora imposibles. Por ejemplo el reflejo extremo de las carrocerías, ya no solo haciendo de espejo ante lo que rodea al coche sino además proyectando mejor sombras medias o salpicadas como pueden ser las de las hojas de los árboles o las de un chorro de agua. También se ha evolucionado la suciedad y la magnetización del polvo del asfalto sobre los coches, que irán adheriendo partículas de forma visible, a medida que derrapen o se estrellen. Estrellarse precisamente va a ser más desastroso, tanto visualmente como en consecuencias realistas sobre el vehículo y su manejo. Se ha procurado que un accidente parezca real y nos haga apretar los dientes al producirse. Por lo probado en el E3, se consigue como nunca habíamos visto hasta ahora. Un paso adelante que permite también Xbox One sobre 360.
Pero hay que reconocer que pese a todos estos avances, todavía hemos estado ante una versión bastante previa de Forza 5, pensado para el arco de lanzamiento de la nueva consola pero con varios meses por delante para terminar de dibujarse y aclarar sus cifras, pues parámetros como el número de coches, circuitos, modos o DLCs posteriores no están definidos -o no se nos quieren contar- aún. La demo solo nos ha dejado correr en el circuito de Praga en la modalidad contrarreloj. No hemos podido probar su online ni más coches que el McLaren P1 que ha probado toda la prensa internacional desde el volante con retroceso de fuerza que Microsoft nos ha prestado para que sintamos las mejores sensaciones, verosímiles a más no poder. El diseño del trazado es magnífico, repleto de detalles, público con vida propia, perfecto diseño de los monumentos de la capital checa, vegetación, topes de la pista interactivos... Y una sensación de velocidad que quita el hipo y pone al límite, convierte en piloto.
Una de las cosas que más ganas teníamos de ver tras su presentación en la conferencia de Xbox One del pasado 21 de mayo era la Inteligencia Artificial rival, prometedora en cuanto a captación de nuestro estilo de conducción y búsqueda de la victoria mediante imposición de tácticas que nos incomoden. Es decir, en Forza 5 por primera vez el formato de aceleración y adelantado de los pilotos manejados por la CPU no está definido, sino que busca adaptarse a nuestro comportamiento para ponernos las cosas más difíciles, busca nuestras debilidades, algo así como lo que haría otro jugador humano al enfrentarse online. Será un desafío en singleplayer, obligándonos a derrapar en su justa medida, usar rebufos, tomar las curvas peraltadas por dentro o adelantar por fuera tras un duro careo contra el adversario. Y, por supuesto, también quiere ser un paso adelante en opciones multijugador, fomenando la comunidad, los contenidos compartidos y creados por el propio usuario, modos inéditos, espacio para el espectador... y todas esas vertientes sociales que nos va a acercar la nueva generación.
Así es Forza Motorsport 5, así ha dado su primer hands on, más centrado en lo técnico que en lo jugable, como ocurre siempre con este tipo de proyectos con tecnología pionera, cargados de promesas. Pero qué dudar sobre lo nuevo de Turn 10, siempre cumplidores con las expectativas y buscadores de sensaciones mejores y más realistas al volante de los mejores automóviles del momento, los más deseables. Xbox One tiene con este quinto Forza un exclusivo de renombre y probablemente de los mejores de su lanzamiento, será un título que realmente dé ese salto generacional que todos esperamos, ya se ha expuesto gráficamente. La configuración de los coches ya depende de cada piloto, nuevamente la parte esencial del juego y lo que marcará sobremanera el online, aún por detallar. No lo perdemos de vista, entusiasma, y es de ésas producciones que nos hacen ver que realmente se avecina algo revolucionario.