Basado en la novela homónima de Hideaki Sena nos llega uno de los muchos JRPG de la Squaresoft de los noventa. Un juego que no solo rompía con la línea creativa que la compañía tan bien había masterizado en su vertiente fantástica medieval. También era su primer videojuego +16 y que unía el "terror" al género JRPG. Pero antes de eso, el libro.
Hideaki Sena (realmente Hideaki Suzuki) era un estudiante de farmacología cuando había terminado de escribir su primera novela Parasite Eve. La trama comienza con un accidente de coche y en consecuencia una joven de 14 años, Mariko, que recibe un trasplante de riñón cuyas células parecen tener voluntad propia sobre la niña. Una obra que unía la ciencia que Hideaki había bebido de su carrera profesional y el terror que refleja el rechazo de la sociedad y creencias religiosas de Japón sobre los servicios de trasplantes. Un estilo de ficción a lo Michael Crichton pero con dos tazas más de ciencia.
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Del libro pasamos al videojuego. En él encarnamos a Aya Brea, policía del cuerpo de NY en 1997. De cómo se enfrenta a unos sucesos que provocan el pánico general en la ciudad. Comenzando con la muerte de decenas de personas en una ópera de la que somos testigos.
Si bien es secuela directa del libro, dentro del título de Playstation vemos un esfuerzo en explicar cómo está relacionado con la novela (a través de cierto personaje) y en evitar perder a los que no la han leído. Evitando tener que leer el libro para jugar al JRPG.
A su vez las diferencias son bastante más patentes en la actitud del juego. La vertiente de "ciencia" se pierde bastante en pos de una trama más lineal y sencilla de entender. Incluso cuando en las páginas el protagonista era un científico, en pantalla tenemos a una policía que nos transporta a una dinámica más de acción.
Dirigo por Takashi Tokita (director de Chrono Trigger y productor creativo del futuro Oninaki), producido por Sakaguchi "The Boss", diseños de personajes de Tetsuya Nomura y música de Yoko Shimomura. Ellos nos dan un juego, que si bien no diría de terror, sí que tiene cierto aire. No busca dar miedo, pero en lo artístico tenemos seres vivos deformados al más puro estilo Cronenberg. Siquiera se acerca para nada a Resident Evil. Porque además de ser por turnos y tener magias (sí, magias en el mundo real, pero con su explicación) no existe ninguna escasez de recursos ni de armas.
El juego aún siendo de 1998 es muy accesible de jugar para todo el mundo. La duración es liviana para un título del género (alrededor de 8 horas). Con una dificultad moderada y un diseño de niveles que favorece continuar la historia con muy poco contenido secundario o post-game. Aún estando solo en inglés la comunidad española ya se ha ocupado de traducirla decentemente, por lo que pocas excusas hay para probarlo. Incluso si encima se te queda corto, tiene también una secuela en PS1 que es la que oficialmente cierra la historia.