Si sois amantes de las aventuras gráficas seguramente os sonará el nombre de Black Mirror, una trilogía de dicho género que apareció allá por el año 2003 de la mano del estudio Future Games. Pues bien, lo que ahora tenemos entre manos no se trata de una continuación, ni tampoco de un remaster o remake, sino de un reinicio completo de la franquicia bajo el pincel de KING Art, otro estudio que también os sonará si sois seguidores del género, pues en su haber se pueden contar sagas tan exitosas como The Book of Unwritten Tales. Pero ¿está a la altura Black Mirror de la calidad que el estudio nos tiene acostumbrados?
La historia transcurre en el año 1926, en Escocia, y comienza con una terrible muerte que dará lugar a que el protagonista, David Gordon, reciba una carta en la que se le invita a acudir a una enorme mansión que ha recibido en herencia de su padre. Nada más llegar al lugar nos recibirán una serie de pintorescos personajes, el mayordomo, la ama de llaves, el abogado de la familia y algunos más que iremos conociendo. Pero lo que todos ellos tienen en común es que salta a la vista que ocultan más de un secreto... Durante largo tiempo se han ido sucediendo una serie de muertes o suicidios en la propiedad y en muy extrañas circunstancias. Lo cuál dará lugar a que nuestra curiosidad se imponga y un ferviente deseo por saber todo lo que oculta la mansión y las personas que aún habitan en ella nos corroa por dentro. Así da comienzo la aventura, con una trama la mar de interesante y en la que se dan la mano el misterio así como ciertos elementos sobrenaturales de los que no hablaré para evitar posibles spoilers.
El juego ya no es un point and click como antaño, ni tampoco cuenta con escenarios pre-renderizados, como es de esperar se ha adaptado a los nuevos tiempos y de hecho toma ciertos elementos de otras aventuras gráficas actuales como las de Telltale Games o Life is Strange. De esta forma nosotros moveremos directamente al personaje por los decorados, aunque con ciertas limitaciones, puesto que la cámara automática nos marcará a base de barreras por donde podemos y por donde no podemos movernos, cabe destacar que esto en muchas ocasiones resulta además de extraño incluso molesto, es más, el tosco movimiento del protagonista tampoco ayuda en absoluto. Por fortuna ningún elemento clave quedará nunca fuera del marco visual.
A medida que vamos explorando, se nos marcará de forma visual al acercarnos, los objetos con los que podremos interactuar o examinar, de esta forma comenzaremos a encontrar ciertos objetos clave como llaves, notas que arrojarán luz a la trama o nos darán pistas para algunos puzles etc. Éstos últimos tampoco es que sean nada del otro mundo y apenas encerrarán dificultad alguna, salvo en muy contadas ocasiones que se nos pedirá que exprimamos un poquito el cerebro, pero solo un poco y como ya digo, en apenas un par de ocasiones. Tampoco hay lugar a equivocarse con intrincadas combinaciones de objetos, todos los que encontramos (que tampoco es que haya demasiados) sabremos perfectamente para qué usarlos o lo sabremos muy pronto, tenemos un inventario muy simple y funcional pero nada más, por lo que en este apartado se podría decir que el juego falla en demasía, sobre todo si venimos de obras tan recientes y magistrales como por ejemplo Thimbleweed Park.
Al margen de explorar también deberemos conversar con los distintos personajes. Esta parte está un poco mejor llevada y da lugar a conversaciones interesantes, especialmente por el argumento (lo único salvable de Black Mirror). No tendremos que tomar ninguna decisión trascendental en ningún momento, ni tampoco se nos pone en ninguna situación apremiante que nos obligue a actuar con rapidez, aunque lo que sí que tiene, por desgracia, son algunos QTE puntuales que si ya por sí solo esto es malo, lo que es aún peor es el hecho de ser en ocasiones incluso bochornosos por lo fuera de lugar que resultan o lo extremadamente simplones, resultando hasta molestos por la perdida de tiempo que nos supondrá realizarlos (ya hay bastante con el tosco movimiento del protagonista). También es necesario hacer una mención a la traducción al castellano, pese a que el juego llega con un buen doblaje a inglés, la traducción tiene diversos fallos en forma de frases que no se muestran traducidas, otras que aparecen en inglés (esto por suerte apenas sucede saldo en dos o tres ocasiones) y otras que directamente no muestra traducción alguna en pantalla. Lo cuál te saca en ocasiones de su argumento.
El apartado técnico del juego tampoco se salva, aunque ésto no debería ser importante en un juego de éste tipo, donde lo que importa es la trama y sus acertijos, lo cierto es que suma o mejor dicho, resta puntos al conjunto general. Gráficamente es un juego muy discreto, casi de dos generaciones atrás, las animaciones tampoco están a la altura y para colmo el aspecto de los personajes tiene un toque cartoon que francamente no le pega demasiado para el tipo de historia oscura que nos quiere contar el juego. El sonido apenas destaca tampoco, siendo casi anecdótico la mayor parte del tiempo, se echa en falta alguna que otra melodía para las sesiones de exploración.
Valoración
Black Mirror es una oportunidad perdida para KING Art y además resulta chocante como este estudio, el cuál tiene obras muy buenas como el mencionado The Book of Unwritten Tales, ha podido patinar tanto con este videojuego. No es un mal estudio, pero con este título se nota una falta de cariño alarmante, solo me ha transmitido dejadez por parte de los desarrolladores y lo único que se salva es su argumento que se sigue con bastante interés, pero cuando todo lo demás falla tanto... Me resulta imposible recomendarlo. Encima el precio al que ha salido de 29,99€ tampoco ayuda, por precios bastante menores tenemos joyas mucho mejores, incluso de ellos mismos, pero este Black Mirror solo se lo recomendaría a los muy fans de las aventuras gráficas, aunque eso si, con una fuerte rebaja en su precio.
Disponible para PC, PS4 y Xbox One.
