Desde que Reggie Fils-Aimé dejó la presidencia de Nintendo América en febrero de 2019, ha ejercido varios roles didácticos, entrenando a otros futuros líderes empresariales en charlas y universidades. Pero se ha anunciado que el ejecutivo volverá a la industria del videojuego, ocupando un puesto en la cúpula directiva de la cadena de tiendas especializadas GameStop.
Se trata de un movimiento estratégico que tiene como objetivo remontar una franquicia internacional que lleva años en declive, y como parte del plan, también se unen a Fils-Aimé los veteranos Bill Simon, que acumula una treintena de años de experiencia en la industria mercantil, y J.K. Symancyk, anterior CEO de la cadena PetSmart dedicada a las mascotas.
Los nuevos ejecutivos ya trabajan en un plan de recuperaciónCuatro altos cargos de GameStop —Dan DeMatteo, Gerald Szczepanski, Larry Zilavy y Steve Koonin— abandonarán la compañía para ceder sus asientos a las ideas frescas de estos nuevos talentos, que ya trabajan planificando cómo devolver la rentabilidad a la empresa.
"La industria del videojuego necesita un GameStop vivo y saludable" anota Fils-Aimé en su cuenta personal de Twitter. "Me emociona unirme a la mesa corporativa de GameStop para ayudar a que esto ocurra". George Sherman, presidente de la franquicia, se muestra confiado en el cambio y espera que traiga grandes resultados a largo plazo: "[los nuevos ejecutivos] están altamente cualificados y traen experiencia importante y significativa de cara a nuestra remontada".
Es fácil encontrar titulares recientes sobre la caída de GameStop: tras enfrentarse a decenas de despidos en todos los sectores surgió la necesidad de cerrar casi dos centenares de tiendas. El consumo digital y la llegada de las nuevas plataformas reduce notablemente los ingresos de la compañía en informes fiscales hasta caer en un 76% en 2019. Su valor en acciones llegó a alcanzar los 56 dólares durante esta generación, pero actualmente ha bajado hasta los 3,70 dólares (vía VentureBeat).
