#2306 Efectivamente, esa es la morada.
Si mal no recuerdo, la historia me fue contada por un bardo que vive en medio del desierto llamado Flacucho. Quizás no recuerde todos los detalles con precisión pero era tal que así.
Todo empezó como siempre empieza, al principio. Se ve que uno de los Rothschild estaba talando un arbol medio desnudo con una piedra. Quería hacerse una humilde morada para intentar sobrevivir en el Oeste. Uno de los patateros, denominado CarlosJ, quizás movido por la avaricia o por la violencia pura decidió gastarse sus primeros 200 de madera en una lanza para empalar por detrás al pobre Rothschild sin preguntar. Desde ese momento, agonizando en el suelo con kilos de madera, el Rothschild supo que ese mundo era cruel y despiadado pero aún tenía fé.
Un día el Rothschild, aún humilde, quería convertir su morada de madera en una casa de piedra y vio una mina, Decidió picar durante horas con su hermano y así lo hizo. Lo que no sabía es que los patateros, imitando las propias patatas se escondían en la oscuridad de la mina esperando a que piquen por ellos y asesinar a todo aquél honrado que se despierta pronto y trabaja picando con sudor y lágrimas. Como buenas ratas, mataron a uno de los hermanos y el otro Rothschild devastado por su muerte les pidió clemencia. Les pidió que por favor le dejaran levantar a su hermano y a cambio les prometía que no volvería nunca más a esa mina.
Los patateros, CarlosJ, ElPirri y Einoow decidieron algo pérfido. Esperaron a que su hermano lo leventara, esperaron a que creyera que los patateros tenían un halo de moral pero justo al levantar a su hermano, los patateros, sin moral ni remordimiento mataron a los dos hermanos. Cogieron toda su piedra y se construyeron su morada en los rincones más oscuros de la mina. Como buenas ratas. Pero eso, los Rothschild aún no lo sabían.
En ese momento, el pobre Rothschild, desamparado, tenía dos opciones, ir a llorar al hilo de MV o trabajar duro para acabar con los patateros. Ese fue su único propósito, freir a los patateros.
Estas dos familias tuvieron muchos más encuentros en las que los patateros empezaron a sentir miedo. La historia es muy larga y como me dijo el bardo Flacucho, se podrían escribir mil poemas sobre sus diversas batallas. En resumen, ellos, palabras de los patateros, "salían gordos de casa y eran matados en algún arbusto por los Rothschild". Tras varias trifulcas en las que los patateros salieron perdiendo estos decidieron realizar un pacto. Una especie de pacto de paz.
Los patateros fueron a la casa de los Rothschild, desnudos y hablaron con ellos. Querían un pacto de paz. Los Rothschild aceptaron, al acordarse tal pacto los patateros intentaron colarse en la casa de los Rothschild y fueron matados por una trampa lanzallamas, probablemente una premonición de lo que ocurriría después. Los Rothschild no se fiaron ni un pelo. ¿Por qué los patateros que, 1 hora antes les habían dicho que "nuestras armas salen del coño de vuestra puta madre", ahora querían un pacto de paz?
Pasaron los días y CarlosJ, probablemente el más alardador de los patateros fue hablando por el pueblo de que quería probar su lanzacohetes. Lo que no pensaron los patateros es que en Rust, las paredes tienen orejas y el mensaje llegaría a los Rothschild. Los Rothschild decidieron actuar al momento. No vaya ser que un pobre día durmiendo tras largas horas de trabajo, se encuentren la casa destrozada con los cofres llenos de patatas.
Se armaron de C4s, balas explosivas y unas cuantas armas y fueron a por ellos. Primero creyeron que los patateros vivían justo afuera de la mina. Después de todo les vieron salir de ahí unas cuentas veces. Entrar en esa casa les fue fácil, demasiado fácil, y los Rothschild pensaron que los Patateros quizás no tenían un lanzacohetes sino simplemente unos cuantos kilos de madera y ballestas. Pero recordaron, recordaron, cuando les mataron en la mina, un recuerdo doloroso pero recordaron que los patateros, al igual que las ratas y las patatas, viven en la oscuridad más profunda.
Fueron a la cueva de los patateros, llamada "Mancave" por uno de ellos como si esto fuera 2010 y decidieron explotar sus puertas. Allí les encontraron duermiendo, desnudos, toneladas de patatas en los cofres, armas y, efectivamente, un lanzacohetes. Uno de los Rothschild, quizás el más lúcido de todos, hizo una galería de arte en los restos de la morada. Lo hizo para que la leyenda de los patateros prosiga en los próximos wipes. Recordad sus nombres, CarlosJ, ElPirri y Einoow. Patateros un día, patateros por vida.