PRÓLOGO
“Bueno, hoy noto la taberna muy aburrida. Si alguien me invita os cuento una historia muy divertida sobre enanos. No, no es la misma de siempre. Bueno sí, pero hoy la cuento mejor, con más detalle. ¡Oh! Gracias por la jarra, forastero. Justo lo que necesitaba para empezar el relato. Ejem, comencemos:”
Estamos en la capital y montañahogar del reino enano “Las Campanas de la Justicia” sobre el año 251 de la Era Mítica.
Ilral Tulomdik tenía unos 55 años de aquella. Era una enana con un bonito pelo ocre muy largo, unos preciosos ojos verde jade y una piel muy blanca e impoluta. También era algo jamona pero los enanos tienen un dicho que reza: “cuanto más masa, mejor se pasa”. Vamos, que Ilral era una mujer que estaba buena para el estándar enano.
Ilral tenía dos de buenos amigos: Vabôk, un minero de profesión como ella misma, y Monom, un delgado planta-yerbas. Con buenos amigos quiero decir un par de tipo colados por ella y que la enana manejaba como quería. ¿O es que os pensáis que por ser enanas son diferentes de nuestras mujeres?
Bueno, la cuestión es que un día se encontraba dando un paseo en el exterior de la fortaleza. Tenía esa rara costumbre en un enano y quizá los rayos del sol le torcieron la cordura. Pues bien, ese día la diosa Laltur, el Guante Armado, se le apareció (o eso decía Ilral) y le pidió que guiara a la raza enana a un nuevo florecer. Le dijo que los enanos estaban condenados a perecer si continuaban sus vidas en el interior de las montañas así que tenía que mostrarles el camino correcto.
La enana minera no tardó en pedir audiencia con el Rey de aquella, el joven Fikod Tintaportal (era un crío para los enanos, sólo tenía 29 años). Lo normal es que nadie hable con un Rey pero quizá tuvo algo que ver el enorme culo de Ilral para que el adolescente Rey aceptara.
Cuando la enana hubo terminado de relatar su experiencia mística el rey Fikod Tintaportal y su fiel general Tobul Thokked se rieron a carcajada limpia. Se cuenta que un kobold que ya estaba agarrando a un niño huyó desesperadamente pensando que aquel alboroto era que le habían descubierto.
El Rey, mirando fijamente a la zona femenina que está por debajo del cuello le dijo a Ilral que si tal era el deseo de la Diosa pues tenía que partir en una expedición a probar suerte. La verdad es que a Fikod I le resultaba atractiva pero le espantaba las chorradas que decía así que le dio los buenos días y la conminó a marcharse de la fortaleza.
La enana engatusó a sus amigos para que la acompañaran (¡pagafantaaaaas!) y anunció su partida en la Gran Sala de la montañahogar. No tardaron en apuntarse otros cuatro enanos. Quizá porque a Ilral se le olvidó mencionar sus planes de vivir en el exterior…
Cuando al fin partieron pasó lo que siempre pasa en toda historia con viajes, hambre, frío, peligros, empujar la carreta (es lo que pasa cuando eres enano y no tienes ni idea de animales, ¿sabéis que usaron un camello y un caballo para empujarla? ¡Ja! ¡Qué idiotas! ¡si esos animales no se pueden ver! Los caballos no soportan el olor de los camellos…) y después de un largo y agotador viaje y bla bla bla (sí, tabernera, ya me doy prisa para terminar pero lléneme otra vez la jarra…gracias) llegaron a una llanura en la cual los animales de carga se detuvieron y fue imposible continuar la marcha. Si lo piensas, ¿cómo iban a continuar si estaban en el otro extremo del continente?
Ilral exclamó que era voluntad de la diosa así que dejó claro que aquel sería su asentamiento. Lo llamó Akrulegar. Tinold en nuestros oídos humanos.
Cuando Ilral comunicó sus planes sólo se atrevió a hablar un enano (por supuesto que no era ninguno de sus amigos) entre todos los de la enmudecida expedición.
-¡¿ES QUE VAMOS A VIVIR COMO ELFOS?!
Y así, La Selección Incidental fundó Tinold. Ah, se me olvidó un detalle sin importancia... la diosa Laltur es la deidad del Sacrificio. "
Relaciones de Ilral
TL;DR1: Este va a ser un AAR sobre Dwarf Fortress. Sí, igual no querías entrar aquí. Exacto, ése juego que los gráficos son letras.
TL;DR1:Una enana loca organiza una expedición y quiere fundar una fortaleza al aire libre.
Notas del jugador: Me he inventado lo de la inspiración divina y los toques narrativos. El resto lo generó el juego. De hecho yo tenía preparada otra historia pero… simplemente a veces sólo hay que dejar a DF funcionar. ¿Sabéis que el juego, encima, me dio a la enana con el rasgo de que le gusta estar en el exterior? Pues eso, vosotros dejad que DF se invente las historias…