Aquí de nuevo Altoresso trás un poco de atención.
Recientemente he considerado que esto de las depresiones es como lo de las posesiones. Me salto al pobre que padece una depresión clinica y al distímico, aunque en ocasiones me imagino a Dios apagando un cigarrillo contra el cenicero mientras pregunta al vacío: ¿Quién cojones son estos psicólogos?
Tampoco voy a acercarme a los estoicos o cualquier pseudofilosofia al uso en la década oportuna, pues todo cuerpo de moral es como un credo, en el primer casa, y en el segundo, aún no he visto hacer paraguas de papel maché.
Quiero decir que un porcentaje muy bajo de la población adscrita a una de estas volátiles categorías psicopatológicas realmente se haya cursando una de estas enfermedades. Ojala pudiera yo expresar en este foro que ni esto es verdad, que no existen las enfermedades psicológicas y que mucho menos estos estados se resuelvan con los farmakons que tanto se consumen en España.
Tampoco pienso en este tipo Kahl y su experiencia en un campo de concentración, ni en personas que atraviesan situaciones limite ( masacres en vietnam y todos esos cliches). Joder tenía un huevo de referencias preparadas donde quedaba de leído. Ese tal Dahl es otro escritor alemán ¿Qué origen tienen estos apellidos? Pero me he desinflado cual globo.
Quiero decir que la mayoría de personas tienen que saber lo antes posible que tiene que darle duro a la vida, no ya ser rico ni exitoso, pero joder hay que cumplir con la cuota de maldición de cada uno, no se me desanimen a la fresca, breguen un poco que aunque sea barrer las calles y cuidar a tus sobrinos o dar un comentario ingenioso en el bar, ¿sabes? Hay que darle una buena hostia a la vida y vivirla todo lo intensamente que se pueda, exprime esa mierda. Ni llegar a la caja con un cuerpo bonito ni, no sé, lo que quieran. Pero pisen esa boina sudada, cómanse esa mina ( explosiva no la chica argentina) sufran por amor, practiquen la afición que les apasione , así sea catalogar heces.
Termino con una reflexión de Jayyam.
¡Laúdes, perfumes y copas, labios, cabelleras y grandes ojos,
juguetes que el Tiempo destruye, juguetes!
¡Austeridad, soledad y labor, meditación plegaria y
renuncia,
cenizas que el Tiempo aplasta, cenizas.
Y una decimita improvisada para la ocasión , con un vasito vino al lado.
La mente los tiene presos
y no les place vivir
prescrito está su dormir
desean salir ilesos
y ser llamados depresivos.
Les gritaré que se esfuercen
y por más que caminos tuercen
tantos otros miserables
que por tal de que les hables
fingen que ya fenecen.
joer que mala.