Hacia la mitad del libro se va viendo claramente lo que Kafka quería transmitir. En este punto de la historia la frustración del lector es casi total, y eso es precisamente lo que sienten los habitantes del pueblo. Eso en el caso de los que no han cedido totalmente a la presión del castillo, que son muchos.
En esta historia la burocracia no solo es absurda por lo ineficiente que es sino que es como una religión. Los funcionarios son como dioses para la población, que solo los intuye a través de capas y capas de sirvientes, secretarios y empleados extraoficiales, excepto cuando tienen un interés personal que casi siempre se reduce a un interés sexual en alguna joven del pueblo.
Ni las explicaciones detalladas de lo inútil que es el castillo, ni la violencia física, ni simplemente huir pueden evitar la persecución de los asistentes ni las justificaciones del sistema por parte de la gente.
El triunfo del sistema es tal que ni la mujer del protagonista es capaz de apoyarle en su objetivo de llegar al castillo, y a la primera de cambio es convencida por los inútiles asistentes de K (que están a medio camino entre bufones y acosadores) para dejarle, todo porque pide ayuda a la única familia del pueblo que no ha cedido a los abusos de los funcionarios.
Nunca he participado en un club de lectura. En éste participaré con los que tengo de la lista que tengo demasiados pendientrs. Igual gasta releo alguno de la lista para comentarlo con vosotros.
Con el que si quiero participar es con El castillo. De kafka ya habia leído la la metamorfosis y el proceso.
En este que leemos se asemeja, de momento, en el tema con el proceso por todo el tema del laberinto burocrático que sufren ambos protas y también tiene esa atmósfera gris y absurda en ambos.
Me está manteniendo atrapado el misterio de qué es el castillo, quiénes son los que lo habitan, por qué tratan así a K. por ser forastero... y un largo etcétera
Siempre hay una cosa que olvido cuando leo a Kafka y que me trastoca todos los esquemas de lectura: el comportamiento y las reacciones de sus personajes no son para nada predecibles. Me han surgido una gran cantidad de preguntas, no sobre el castillo, del que apenas conocemos nada, sino del extraño comportamiento de K.
Igual que de Gregor Samsa me sorprendía que aún viéndose convertido en un insecto tratase de rehacer su vida normal, me sorprende como K. desde el minuto uno soslaya lo que tiene que ver con el castillo. En lugar de buscar respuestas y de acudir allí donde ha sido reclamado, se siente desde el principio intimidado y temeroso de lo que pudiera aguardarle.
Dejo algunas citas que me han resultado especialmente inquietantes hasta este punto de la lectura.
Primero he de saber qué clase de trabajo tienen para mí. Si, por ejemplo, debo trabajar aquí abajo, en la aldea, será más razonable vivir aquí. Temo, además, que la vida allá arriba , en el castillo, no sea de mi agrado. Yo quiero ser libre siempre.
"Habla Oswald. ¿Quién es?", se oyó exclamar; era una voz severa, arrogante, con un pequeño defecto de articulación al hablar según le parecía a K.; defecto que intentaba superar acentuando aún el tono de severidad, para así compensarlo. K. no se decidió a darse a conocer: frente al teléfono estaba indefenso; el otro podía fulminarlo a gritos, colgar el receptor, y a K. se le cerraría entonces un camino de tal vez no escasa importancia. La vacilación de K. impacientó al hombre. "¿Quién es?", repitió. Y agregó: "me agradaría muchísimo que de allí no se telefoneara tanto; hace solo un instante que llamaron." K. no hizo caso de esta observación, y decidiéndose repentinamente, informó: "Habla el ayudante del señor agrimensor." "¿Qué ayudante? ¿Qué señor? ¿Qué agrimensor?" [...] La respuesta fue: "Ya sé. El eterno agrimensor. Sí, sí. ¿Y qué más? ¿Cuál de los ayudantes?" "Josef", dijo K. [...] "¿Josef?", preguntó el otro a su vez. "Los ayudantes se llaman..." -hizo una pausa; evidentemente estaba consultando a alguien los nombres- "Ártur y Jeremías." "Estos dos son los ayudantes nuevos", dijo K. "No; son los viejos." "Son los nuevos; en cambio, yo soy el viejo que acaba de llegar hoy siguiendo al señor agrimensor." "¡No!", fue el grito que se oyó. "¿Y quién soy entonces?", preguntó K. tan calmo como hasta ese momento. Y luego de una pausa, la misma voz, con el mismo defecto al hablar, que parecía, sin embargo, como si fuese otra más profunda, más estimable, dijo: "Tú eres el ayudante viejo."
El uno mintiendo al castillo por el temor inexplicable que siente, y el castillo dotando al uno de identidad con todo su autoritarismo, aunque caiga en las mismas contradicciones que criticaba.
P.D. Para todos los que le sacáis parecidos... ¿no os recuerda todo el entorno de la aldea y del castillo a Saint Mystere?
Vaya inicio. Ni una novela negra plantea tantos misterios.
Seguimos con las aventuras del señor K en lo que para mi parece una cada vez mayor caida en la nada, con una actitud que si bien al principio me daba pena por la situación de rechazo o incertidumbre al llegar al pueblo, se me está volviendo cada véz más insoportable y repelente, intentando quedar siempre por delante de todos, como si el fuera especial y mejor que todos los del pueblo. Que no dudo que lo pueda ser, pero lo muestra y hace que me parezca muy insoportable. Y por lo que parece, los señores del Castillo se dan cuenta porque no hacen si no que ofrecerle el puesto de conserje hasta que su situación se haya solucionado, o cómo las mesoneras le tratan.
También destacar el sentido que tiene la carta que Klamm le envía, como si no supiera de la situación de K y pensara que está ejerciendo sus funciones como agrimensor. Supongo que estará todo intencionado y quiero saberlo cuanto antes Otra cosa que quiero destacar es la actitud de los ayudantes, y la indiferencia que muestran al final, tanto Frieda como él, que lo tratan como si fueran sus hijos y estos como si fueran sus padres. Me pregunto qué sentido tendrán al final...
Con ganas de seguir leyendo :3
#156 Ni que lo digas. Me voy a imaginar eso a partir de ahora, viene muy bien
No entiendo muy bien tu pregunta, lo dices como si hubiera que hacer actividades obligatorias. Este club simplemente propone unos cuantos libros para leer cada mes y vamos comentando lo que nos parece, pero no se está obligado a resumir todos los capítulos o a dar la opinión de todos ellos.
La idea es que, al comentarlo con más gente, la lectura sea más amena y entretrenida. En cuanto a lo de qué hacer al terminar el libro, yo puse una película adaptada de la obra en #117 Si propones alguna otra actividad y la gente se anima podemos llevarla a cabo. Pero cuanto más libre sea el club y menos plazos haya mucho mejor, porque luego la gente se aturulla y en seguida se agobia.
#162 lo preguntaba porque en otros lados he visto que al acabar se hacía una pequeña ficha con preguntas en plan: qué es lo que más te ha gustado, lo que menos, opinión final, nota etc.
#163
Es una buena idea. Ya hay algunas personas que han terminado y han dado su valoración final. Yo cuando llegue al final también haré una crítica donde exponga qué me ha parecido el libro. Si quieres hacer tú una ficha de ese estilo: preguntas y respuestas, puedes hacerlo, seguro que queda una opinión interesante.
Terminé 'El Castillo' hace unos días y la verdad es que es muy frustrante que se quedase a mitad de una frase xD Especialmente porque parecía que le iban a decir algo bastante gordo al protagonista una o dos frases después. De todos modos es previsible que la cosa no iba a mejorar mucho para K. Si el libro fuese de hoy en día habría unos cuántos fanfics de finales.
Me ha parecido muy original, no es para nada lo que me esperaba teniendo La Metamorfosis como referencia. Igual digo una barbaridad, pero los personajes que están como una cabra y se van por las ramas me han recordado a Roberto Bolaño, salvando las distancias. Es el tipo de escritor que te puede hacer una novela de la anécdota más mundana y que sea de calidad.
Coincido plenamente con xxi en lo relativo a que el comportamiento de los personajes en los libros de Kafka es completamente errático. Leí de hecho hace poco La metamorfosis y me pilló completamente fuera de juego, me esperaba algo totalmente diferente a lo que es.
Y en este libro me está pasando más o menos lo mismo, será que no estoy acostumbrado. Me resulta especialmente interesante el personaje de los ayudantes, a los cuales trata como uno sólo al no poder encontrarles rasgos diferenciales, no como el resto del poblado que parece sí poder hacerlo. Se recalca en los primeros capítulos el comportamiento infantil de algunos personajes, pero es que el de los ayudantes se lleva la palma:
Frieda preparó un lecho en el suelo y los ayudantes entraron en la habitación, fueron expulsados, volvieron a entrar por la ventana y K se mostró demasiado cansado para expulsarlos de nuevo.
Sin embargo, se apreciaba muy bien que con la luz del día se convertían en observadores atentos, siempre mirando fijamente a K, ya fuese empleando sus manos como telescopios al igual que los niños en sus juegos y realizando otras cosas absurdas, o sólo parpadeando mientras parecían ocupados en el cuidado de sus barbas, a las que atribuían una gran importancia, comparándolas innumerables veces en su longitud y densidad y dejando que Frieda las juzgase.
Los expulsa y vuelven a entrar por la ventana. K se agarra a los brazos de las personas para que éstos le lleven a rastras. Hay un agujero para observar a Klamm en su habitación el cual al parecer todo el mundo conoce. Y todo lo trata de manera normal.
Fíjate, para el club de lectura estuve recopilando varios datos sobre Kafka y tal, y me encontré con un artículo en el que se detallaba que Kafka, frente a lo que se suele creer, no era un autor deprimido 24/7 ni con ningún trastorno grave de la mente que lo volviera un obseso o un enfermo. Es más, se sabe que tenía una motocicleta y que le gustaba ir a jugar al tenis con sus amigos. Y lo más interesante, se dice que le gustaba organizar quedadas literarias con sus amigos y que, cuando les leía fragmentos de sus obras, todos se reían y se lo pasaban bien, como si se tratase de obras de humor.
A mí me gusta decir que Kafka tiene la misma frialdad al escribir que un asesino cuando cuenta un chiste. Si te encontrases de otra manera escrito lo de los ayudantes, con un estilo más jovial y gracioso, no dudarías en que es humor, pero Kafka tiene la maestría de narrar esas escenas en su mayor grado de absurdez, como si fuesen escenas simbólicas que esconden algo y que tú no alcanzas a interpretar. Igual es que sí encierran algo, o igual es que eran esas escenas de las que todos se reían en la tertualia literaria que organizaba
Primer libro que leo de este autor, me ha sorprendido un poco el estilo aunque no sé explicar bien el motivo.
De este capítulo me quedo con la parte en la que K intenta ir al castillo y conoce a algunos habitantes del pueblo. Han sido situaciones bastantes absurdas que a mí personalmente me han hecho gracia aunque creo que no tenían esa intención. Unas gentes tan antipáticas y sinceras que incluso llegan a ser amables con tal de quitarse de encima al pobre agrimensor.
Me ha dejado un tanto confundido el hecho de que llame a sus ayudantes "antiguos ayudantes" cuando todo parece indicar que no les conoce de nada y que es la primera vez que les ve.
Los ayudantes que le han sido asignados en esta aldea son nuevos, son gente del pueblo y cuando habla de los "antiguos ayudantes" se refiere a sus ayudantes personales, los cuales no le han sido enviados. Eso entiendo yo. Corregidme si me equivoco
El libro me esta empezando a gustar y aunque al principio todo lo relacionado al castillo me parecía muy misterioso, ahora, poco a poco, ese aire misterioso se va desvaneciendo y toda la situación en general me empieza a parecer cómica y ridícula al mismo tiempo.
Me he quedado con un sabor de boca agridulce, no se si decir que el libro me gusta o no me gusta, he llegado al punto en que los capítulos me sacaban de quicio, sufría por K de una manera horrorosa, yo en su situación no se como habría reaccionado.
He entendido que es una critica realmente al poder y la ley, que si ella no quiere nunca llegaras a conseguirla ni entenderla ya que siempre te pondrán por delante gente que obedece a sus superiores o gente que realmente ni si quiera conoce, solamente con el fin de cumplir la ley importándole muy poco tu opinión o tu situación social. Y por supuesto si te juntas con gente que no obedecen estos cánones te meten en ese grupo y obviamente te será imposible salir.
No se si lo he explicado bien pero más o menos creo que esa es la metáfora del libro, tiene capítulos demasiado densos que no llevan a ninguna parte que se me han hecho interminables, hay otros que no están tan mal, pero en mi humilde opinión podría tener mínimo 150 páginas menos.
Igual no he leído el libro en el mejor momento y me ha dejado un poco meh y que un libro así, acabe con una frase incompleta y puntos suspensivos me tocan demasiado la moral. No se si volveré a leer a Kafka, pero por ahora no tengo mucha intención.
Ufff, se me está haciendo un poco cuesta arriba, la verdad. Creo que disfrutaría mucho más sus historias cortas.
El misterio que plantea sobre el castillo en los primeros capítulos ya no es tal, y se deja ver al completo el tema que veníais comentando: el complejo mecanismo burocrático por el que tiene que pasar un hombre de a pie.
Hechos interesantes o que al menos me han llamado la atención:
El mismo alcaide reconoce que ha habido un error al llamar a K para trabajar como agrimensor, cuando en realidad no necesitaban ninguno, pero buena suerte para hacerle ver a los diferentes órganos de control que efectivamente es un error y poder sacar algo de ahí.
Yo mismo estoy convencido, de una manera no muy diferente a la suya, de que se ha producido un error; Sordini, a causa de la desesperación que le ha causado, ha enfermado gravemente, y los primeros organismos de control, a quienes debemos el descubrimiento del origen del error, también lo reconocen. Pero ¿quién puede afirmar que los segundos órganos de control juzgarán de la misma manera, y también los terceros y los restantes?
Se agradecen momentos de 'acción' y 'tensión', o al menos eso me ha transmitido a mi, con la escena de K esperando dentro del trineo para abordar a Klamm.
El pensamiento de que no debería ser visto por Klamm en esa situación sólo se hizo consciente de un modo difuso, como una silenciosa perturbación. [..] En ese momento —K estaba precisamente dando un largo trago a la botella—, se hizo la claridad, se encendió la luz eléctrica en el interior de la escalera, en el corredor, en el pasillo y sobre la entrada. Se oyeron pasos en la escalera, la botella se cayó de las manos de K y se derramó sobre una de las pieles. K saltó fuera del trineo; acababa de cerrar la puerta, lo que produjo un ruido estruendoso, cuando un señor salió lentamente de la casa. El único consuelo es que no se trataba de Klamm, o ¿había que lamentarse precisamente por eso? Era el señor que K ya había visto en la ventana del primer piso. Un señor aún joven, muy apuesto, rosado y blanco, pero muy serio. También K lo miró con aire sombrío, pero con esa mirada aludía a sí mismo. Habría preferido enviar a los ayudantes, que se hubiesen comportado como él había hecho. El hombre aún callaba, como si no tuviera aliento suficiente para hablar en su ancho pecho.
K afirma que se contentaría con transmitir sólo 10 palabras a Klamm. Me deja con la duda de por qué y cuáles serían, ya que se supone que debe tratar dos temas con él: el hecho de no tener trabajo como agrimensor, y su relación con Frieda (la cual me da mucha pereza, no sé qué pensaréis vosotros pero a mi me sobra esta señora en la historia).
[...]El agrimensor conoce las molestias que puede causar, así que se esforzará por reducirlas todo lo que pueda, sometiéndose a cualquier limitación de tiempo, incluso a una fijación del número de palabras, si se considera necesaria, que pueda emplear durante la entrevista, incluso cree poder contentarse con sólo diez palabras. Con gran respeto y extremada impaciencia, espera la decisión».
Los ayudantes de nuevo me parecen lo más entretenido del libro, a pesar de lo pesados que son el puñetazo que le mete a uno por ocupar el lugar de Frieda en la cama me ha dado penilla.
Se levantó dando un grito y sin pensarlo le dio al ayudante tal puñetazo que éste comenzó a llorar.
No se puede negar que el libro, de primeras, trae mucho misterio y mucha intriga. Misterio e intriga que además de no resolverse, genera mucha más cuando avanzas con el libro. Es un poco frustrante que acabe de esa manera y te quedes con muchísimas dudas que te generan desde el inicio y q a medida que vas avanzando, sabes que no se van a resolver.
Yo ya dudaba si K en realidad era agrimensor, o si se lo inventaba, el romance tan precipitado con Frieda que me hacía pensar que me había saltado algunas hojas, lo absurdo que podía llegar a ser algunas situacuones y conversaciones y la horrible experiencia que tiene con la burocracia me han hecho tomarme la novela como si de una obra de teatro se tratara. No era capaz de imaginarme el pueblo como tal, mi cabeza se imaginaba unos cuantos actores en un escenario con paisajes de cartón q iban cambiando según el lugar donde se encontrarán.
Mi conclusión es un poco confusa y aún estoy asimilando que acabo de leer, me ha gustado a ratos, conversaciones que no podía dejar de leer y otras que me planteaban si seguir leyendo el libro hasta el final.
Aún así, es la primera obra de Kafka que leo y me interesa leer algo más suyo, alguna novela que tenga conclusión y ver como cierra todos los puntos abiertos que va dejando a lo largo de la historia.
Por cierto, veo q está teniendo una buena acogida este club, esperemos que siga así. Mi enhorabuena a @xxi por todo el curro, tienes todo mi apoyo.
A mi personalmente, hasta ahora, me ha parecido como una espiral y me sofoca de alguna manera. Me parece un poco claustrofóbico todo el asunto. Es como dar vueltas en circulo mientras intentas alcanzar la meta y acabar en el mismo sitio.
Llega un punto que todo el asunto en el que se ve envuelto K. se me esta haciendo agobiante, porque de alguna manera lo vivo y creo que es debido a la forma que tiene el autor de relatar la novela, sin ir al grano, consigue que algo que debería ser tan simple, se complique muchísimo y que en una pequeña aldea, donde todos se conocen y debería ser todo muy fácil y llevadero, todo sea tan importante y complicado y que, el alcanzar la meta, que es el castillo, no sin antes pasar por una sucesión de personajes de gran importancia debido a su relación con el castillo, sea algo inalcanzable para K.
Es como caminar por un laberinto y nunca encontrar la salida. Me recuerda a las típicas películas de terror donde llega uno nuevo en el pueblo y ese pueblo oculta un gran secreto e intentan deshacerse del nuevo XD
Pues es uno de los pocos libros físicos que he comprado últimamente y lo compré porque lo vi barato y nunca había leído nada de Kafka. Definitivamente no me parece un libro adecuado para empzar con este autor, entre otras cosas porque no tiene final. Ignorante de mi, iba leyendo y conforme se iban acabando las páginas me iba sorprendiendo de lo abrupto del final. Me llevé un buen chasco, un coitus interruptus vamos.
En cuanto al libro en sí, la prosa no la puedo valorar muy bien, porque es de lo que menos me acuerdo, pero de lo que sí me acuerdo es de que esa villa y ese castillo son casi como un frenopático donde Kafka intenta justificar de algún modo la absurdez, supongo que por diversión. Del abrupto enamoramiento de la muchacha y el protagonista me parece que ya he leído a alguien quejarse, recuerdo que leí un par de veces esa parte porque estaba seguro de haberme saltado algo, pero no, estan como una puñetera cabra, no hay duda.
Supongo que alguien lo habrá comentado ya, pero el final que Kafka sugirió para esta novela, era el de el protagonista postrado en la cama a punto de morir y recibiendo una misiva del castillo diciéndole que no pueden permitirlo vivir en el pueblo, pero que teniendo en cuenta las circunstancias, le dejaban vivir y trabajar allí.