Talon, La hoja de la sombra

#151 Porque el slow del Frozen Mallet tiene una probabilidad del 100%.

El Juicio de la Liga: Talon, la sombra de la espada

Candidato: Talon
Fecha: 23 de agosto, 21 CLE

OBSERVACIÓN

Talon entra en la Gran Sala con cauta expectación, con la mirada firme al frente. Los que no lo conocen podrían considerarlo despreocupado, pero para sus atentos observadores es evidente que Talon es muy consciente de todos los detalles de su entorno.

Aunque está centrado, la mente de Talon se encuentra en otro lugar. Se apresura para llegar a las gigantescas puertas dobles, al final de la sala, y las observa impasible. Su propósito se encuentra más allá de la Cámara de los reflejos. Lo que se encuentra en su interior es una distracción necesaria, pero no un obstáculo. Con la espada en la mano, las atraviesa sin perder tiempo.

REFLEXIÓN

Talon estaba en el tiempo, con su cara presionada contra las grietas llenas de mugre entre adoquines negros. El mundo empezó a cobrar forma a su alrededor, lentamente… Primero, la fetidez de las alcantarillas, luego los gritos de “detente, ladrón”, y por fin los muros del callejón sin salida, cuyas esquinas estaban repletas de apestosos deshechos.

No necesitaba nada más para identificar el lugar. Conocía ese callejón, y los barrios de Noxus, demasiado bien.

Talon rodó sobre sus manos y rodillas. Sus brazos y piernas, desgarbados y oscurecidos por la suciedad, le dolían y sangraban debido a heridas recientes. Los gritos se acercaban, iban hacia él. “¡Encontrad a ese chico!”

Talon miró a su alrededor, acallando su pánico. Sus ojos se posaron en lo que parecía ser un tablón de madera podrido, medio oculto por la basura y los desperdicios, en la esquina oscura del callejón. Con toda la rapidez que fue capaz de desplegar, Talon avanzó hacia él, cogió el tablón podrido y lo tiró hacia un lado. Bajo él, una pequeña abertura lo llevaba por debajo de la pared del callejón y hacia la oscuridad. En un movimiento rápido y doloroso, Talon se giró para dejarse caer por la abertura, volviendo a colocar el tablón en su lugar.

Se pegó contra una pared llena de mugre mientras le llegaban sonidos de confusión desde el exterior de su escondite. Permaneció completamente quieto hasta que sus perseguidores se dispersaron, sus pisadas se alejaron y sus voces se desvanecieron.

Talon intentó recobrar el aliento. El aire húmedo que entró en sus pulmones hedía a ratas y alcantarillas. Cuando se le pasó el impulso de adrenalina, se sintió invadido por el hambre y, todavía más intensamente, por la ira.

“¿Dónde estaba Kavyn?” se preguntó a sí mismo, y miró hacia abajó en la oscuridad.

El plan había sido sencillo. Su objetivo había sido un mercader de fruta cuyo carrito se encontraba en el borde del Mercado. Kavyn iba a darle la señal y, mientras Talon cogía todo cuanto pudiese, Kavyn crearía una distracción para que pudiese escapar. Había visto la señal pero, momentos después, mientras llenaba su cartera de bayas de Kumungu, llamó la atención de la mitad del mercado. Aún peor, había perdido la cartera en su frenética huída por los barrios bajos.

Tras no haber conseguido nada y con un intense dolor de estómago por el hambre, Talon estaba lleno de amargura.

Talon se giró y empezó a bajar por el pasadizo. Sus dedos y rodillas no tardarían en chapotear cuando el suelo bajo él se volvió húmedo y frío; había llegado a la vieja e inutilizada tubería que llevaba hacia las cámaras subterráneas de Noxus, muchas de las cuales estaban conectadas con la red de alcantarillas.

No es la primera vez que Kavyn me falla así, pensó Talon mientras el pasadizo se empinaba hacia abajo. Con el dolor de su estómago y la debilidad de sus extremidades, no pudo evitar recordar los tiempos en los que tenía éxito al trabajar en solitario, alimentándose a sí mismo sin depender de nadie más.

Por fin, la tubería se abrió sobre una pequeña cámara, un espacio lleno de muebles improvisados y trozos de basura. Abajo, en la esquina occidental de la cámara, donde un gran desnivel ocupaba lo que antaño había sudo el lugar de una pared, un río asqueroso llevaba los desperdicios de Noxus al exterior de la ciudad. Talon se giró dentro del estrecho espacio de la tubería y se dejó caer.

“¡Has logrado volver!”

Talon se giró. Kavyn estaba de pie, apoyado en la pared bajo la boca de la tubería, encendiendo una cerilla. La llama ondulante revelaba a un niño poco más viejo que el propio Talon, pero igual de sucio y con el mismos aspecto basto, con el pelo marrón muy despeinado.

“¿Dónde estabas?”, gruñó Talon.

“Eso da igual”. Kavyn dejó caer la cerilla encendida en una pequeña montaña de basura que tenía debajo, la cual prendió fuego al instante e iluminó la cámara con una luz ondulante. “¿Has conseguido algo?”

“Una bolsa de bayas de Kumungu”. La voz de Talon era gélida. “Se me cayó… mientras corría”.

Vio un gesto de incomodidad en la expresión de Kavyn y sus ojos se posaron en una pequeña y casi vacía caja, en una esquina de la cámara, en la que solían guardar sus provisiones de comida robada. “Ah”.

“¿Dónde estabas?”

El otro chico levantó las manos. “Espera un momento”, dijo. “Tengo algo”. Kavyn tiró de su gastado cinturón de cuero, revelando dos vainas a un lado; Talon nunca antes las había visto. De su interior, Kavyn sacó un par de dagas cortas. Sus hojas brillaron como el oro a la luz del fuego, y los ojos de Talon se abrieron ampliamente.

“Escucha”, dijo Kavyn, poniendo fin a la mirada codiciosa de Talon. “Podemos venderlas. No importa que hayas perdido la comida”.

A Talon se le pusieron los pelos de punta, pero el comentario lo perturbaba mucho más de lo que debería haberlo hecho. Volvió a mirar las dagas, las cuales estaban en la palma de la mano de Kavyn, de tal manera que podrían atravesarla con solo mover un dedo.

“Se las robé a un borracho cerca de la taberna del mercado”, explicó Kavyn. “Allí fui yo. Creía... bueno, conseguiremos lo suficiente por ellas como para comer varios días, ¿verdad? Y…”

Continuó explicando cosas, pero Talon ya no lo escuchaba. Alargó la mano hacia una de las armas. Al sostenerla, Talon fue consciente al instante de su mala calidad, su peso mal equilibrado, el modo en el que la empuñadura se astillaba. No era apropiada para cortar la carne, mucho menos para usarla en combate. El filo tenía tres muescas gastadas y Talon pasó el dedo gentilmente sobre ellas, lo suficiente para notar lo afiladas que estaban… una, dos, tres. Estaba poseído por la sensación que sentía con ella en la mano. Aquella hoja le daba poder.

Kavyn había dejado de hablar y se había girado para sacar las últimas patatas de su caja. Casi me atraparon por culpa de este idiota, pensó Talon; el fuego de la amargura y el odio volvió a arder en su interior. Sabía que lo habrían matado sin poder hacer nada para evitarlo, ya que así se hace en Noxus.

Talon volvió a pasar sus dedos por las muescas del arma. Así se hace en Noxus… Había oído eso antes, en susurros por las calles. Los más fuertes encuentran el camino de salida de las alcantarillas. Las armas eran cosas codiciadas, las armas (incluso un simple par de dagas) eran la clave para la supervivencia. Otro susurro, uno que había oído una y otra vez, resonó en su mente: los fuertes no dependen de nadie salvo de sí mismos.

Talon apretó el arma en su puño y se lanzó hacia adelante, con el objetivo de poner la daga en la garganta de Kavyn...

…pero el chico se giró y agarró la muñeca de Talon, bloqueando su ataque. Talon se quedó aturdido. Esto está mal, pensó. Recordaba la sangre en sus manos, recordaba haber tirado el cuerpo en las alcantarillas… fue el primero de muchos.

Kavyn habló, pero la voz no era la suya: “¿Por qué quieres unirte a la Liga, Talon?”.

“Por el general Du Couteau”, dijo Talon. La cámara de las alcantarillas empezó a desaparecer en la oscuridad que los rodeaba. Talon sintió que el peso de su capa de espadas volvía a caer sobre sus hombros, la ilusión había desaparecido. “Mi búsqueda me ha traído aquí”.

“Luchas por ti mismo”, dijo el invocador que imitaba la forma de Kavyn. “No tienes aliados. Matas para sobrevivir, pero aún así sigues al general desaparecido como un perro atado con correa. ¿Por qué?”

Talo intentó mover su bazo, pero descubrió que estaba paralizado, no por la fuerza física del invocador, sino por algún tipo de intervención mágica. “Estoy en deuda con él. El general me perdonó la vida…”

“¿No está ya pagada esa deuda? Tras derramar la sangre del chico llamado Kavyn, no volviste a jurar lealtad a nadie. Mataste sin remordimientos, y aunque mataste para Du Couteau hasta el día de su desaparición, ahora puedes vivir en libertad si así lo deseas. ¿Por qué quieres unirte a la Liga, Talon?”.

“No lo has comprendido”, bufó Talon. “En los barrios bajos de Noxus mataba para sobrevivir. Bajo el mando de Du Couteau, mataba en su nombre, pero la vida era mía propia. Ahora… no soy nada, aunque todavía tengo mis espadas. ¿Qué otro propósito podrían tener mis espadas?”

"¿Qué se siente al desnudar la mente?".

El invocador lo liberó. Talon agarró su capa y desapareció en la oscuridad, dejando la Cámara de los reflejos en absoluto silencio. El invocador miró de un lado para el otro, con el ceño fruncido, y se puso tenso cuando la espada de Talon apareció en su garganta.

“Desagradable”, gruñó Talon en su oído. “Necesario”.

Y despareció.

Ya me veo escapar por los pelos con el ulti y que cuando las espadas vuelvan delaten tu posición xD

3 secs de silencio holy crap.

#160 En el vídeo del 'Art Spotlight' alguien comentó: "Taric's ex boyfriend" xDD

¡Invocadores!

Cuando iniciéis sesión en PvP.net, tras el mantenimiento programado, os percataréis de que la versión de esta semana es significativamente más grande de lo normal. Bueno, el motivo de esos datos extra es que hemos empezado a introducir material con el fin de preparar la plataforma para el añadido de League of Legends: Dominion.

Aunque todavía no se podrá jugar a Dominion cuando Talon esté disponible, estos nuevos elementos nos ayudarán a que la transición sea más sencilla cuando estemos seguros de que está todo preparado y subamos a Internet el nuevo mapa y el nuevo modo de juego.

¡League of Legends: Dominion ya casi ha llegado, invocadores! ¡Preparaos!

¿Cuando dicen que sale?

Lo pongo todo junto

Historia

Los recuerdos más tempranos de Talon son los oscuros pasillos subterráneos de Noxus y el acero tranquilizador de una espada. No recuerda familia, afecto o amabilidad. Más bien, encuentra compañía en el tintineo del oro robado y en la seguridad de un muro a sus espaldas. Vivo gracias a su agudo ingenio y su destreza en el robo, Talon se las apañaba en el sórdido vientre de Noxus. Su increíble habilidad con la espada fue lo que le permitió destacar. Varios gremios enviaron asesinos a por él, con una exigencia: unirse a ellos o morir. Como respuesta, dejó los cadáveres de sus perseguidores tirados en una esquina oscura o hundidos en el foso de Noxus. Tras haber vivido en las calles, Talon sabía bien que no se desperdiciaban las cosas, y se quedaba una espada de cada uno que intentase acabar con su vida, logrando reunir una colección de armas que parecía no tener fin.

Los intentos de asesinato fueron aumentando peligrosamente hasta que un asaltante se enfrentó a Talon, espada contra espada, en un combate de fuerza. Para su asombro, Talon estaba desarmado. Estaba frente a la espada de su enemigo cuando el asesino mostró ser el general Du Couteau. El general ofreció a Talon la posibilidad de disfrutar de los beneficios de ser un agente del Alto Mando Noxiano a cambio de su ayuda. Talon aceptó, a condición de servir únicamente a Du Couteau, ya que no respetaba más órdenes que las de aquellos a quienes no podía derrotar. Talon permaneció en las sombras, llevando a cabo asesinatos a las órdenes de Du Couteau, hasta el día en que el general desapareció. Las sospechas de Talon lo llevaron a las puertas de la Academia de la Guerra, donde se unió a la Liga de Leyendas para buscar a los responsables de la desaparición de Du Couteau.

''Los tres espadachines más temibles de Valoran están vinculados a la casa de Du Couteau: mi padre, yo y Talon. - Katarina Du Couteau

Habilidades

Piedad (pasiva): Talon causa más daño con sus ataques básicos a los objetivos ralentizados, aturdidos, inmovilizados o suprimidos.

Diplomacia noxiana: el siguiente ataque de Talon infligirá daño físico adicional. Si el objetivo es un campeón, sangrará, recibirá daño físico adicional durante un periodo de tiempo y revelará su ubicación mientras tanto.

Rastrillar: Talon envía una descarga de dagas que luego vuelven a él, causando daño físico cada vez que pasan a través del enemigo. Además, el enemigo queda ralentizado mientras tanto.

Degüello: Talon aparece de repente tras su objetivo, silenciándolo y amplificando el daño que le causa.

Asalto de sombra (definitiva): Talon esparce un anillo de hojas y se oculta a la vez que obtiene Velocidad de movimiento adicional. Cuando Talon sale del sigilo, las hojas convergen a su ubicación. Cada vez que una hoja para a través de un enemigo, este recibe daño físico.

Art Spotlight

Champion Spotlight

Skins

Default Talon

Renegade Talon

Crimson Elite Talon

El Juicio de la Liga: Talon, la sombra de la espada

Candidato: Talon
Fecha: 23 de agosto, 21 CLE

OBSERVACIÓN

Talon entra en la Gran Sala con cauta expectación, con la mirada firme al frente. Los que no lo conocen podrían considerarlo despreocupado, pero para sus atentos observadores es evidente que Talon es muy consciente de todos los detalles de su entorno.

Aunque está centrado, la mente de Talon se encuentra en otro lugar. Se apresura para llegar a las gigantescas puertas dobles, al final de la sala, y las observa impasible. Su propósito se encuentra más allá de la Cámara de los reflejos. Lo que se encuentra en su interior es una distracción necesaria, pero no un obstáculo. Con la espada en la mano, las atraviesa sin perder tiempo.

REFLEXIÓN

Talon estaba en el tiempo, con su cara presionada contra las grietas llenas de mugre entre adoquines negros. El mundo empezó a cobrar forma a su alrededor, lentamente… Primero, la fetidez de las alcantarillas, luego los gritos de “detente, ladrón”, y por fin los muros del callejón sin salida, cuyas esquinas estaban repletas de apestosos deshechos.

No necesitaba nada más para identificar el lugar. Conocía ese callejón, y los barrios de Noxus, demasiado bien.

Talon rodó sobre sus manos y rodillas. Sus brazos y piernas, desgarbados y oscurecidos por la suciedad, le dolían y sangraban debido a heridas recientes. Los gritos se acercaban, iban hacia él. “¡Encontrad a ese chico!”

Talon miró a su alrededor, acallando su pánico. Sus ojos se posaron en lo que parecía ser un tablón de madera podrido, medio oculto por la basura y los desperdicios, en la esquina oscura del callejón. Con toda la rapidez que fue capaz de desplegar, Talon avanzó hacia él, cogió el tablón podrido y lo tiró hacia un lado. Bajo él, una pequeña abertura lo llevaba por debajo de la pared del callejón y hacia la oscuridad. En un movimiento rápido y doloroso, Talon se giró para dejarse caer por la abertura, volviendo a colocar el tablón en su lugar.

Se pegó contra una pared llena de mugre mientras le llegaban sonidos de confusión desde el exterior de su escondite. Permaneció completamente quieto hasta que sus perseguidores se dispersaron, sus pisadas se alejaron y sus voces se desvanecieron.

Talon intentó recobrar el aliento. El aire húmedo que entró en sus pulmones hedía a ratas y alcantarillas. Cuando se le pasó el impulso de adrenalina, se sintió invadido por el hambre y, todavía más intensamente, por la ira.

“¿Dónde estaba Kavyn?” se preguntó a sí mismo, y miró hacia abajó en la oscuridad.

El plan había sido sencillo. Su objetivo había sido un mercader de fruta cuyo carrito se encontraba en el borde del Mercado. Kavyn iba a darle la señal y, mientras Talon cogía todo cuanto pudiese, Kavyn crearía una distracción para que pudiese escapar. Había visto la señal pero, momentos después, mientras llenaba su cartera de bayas de Kumungu, llamó la atención de la mitad del mercado. Aún peor, había perdido la cartera en su frenética huída por los barrios bajos.

Tras no haber conseguido nada y con un intense dolor de estómago por el hambre, Talon estaba lleno de amargura.

Talon se giró y empezó a bajar por el pasadizo. Sus dedos y rodillas no tardarían en chapotear cuando el suelo bajo él se volvió húmedo y frío; había llegado a la vieja e inutilizada tubería que llevaba hacia las cámaras subterráneas de Noxus, muchas de las cuales estaban conectadas con la red de alcantarillas.

No es la primera vez que Kavyn me falla así, pensó Talon mientras el pasadizo se empinaba hacia abajo. Con el dolor de su estómago y la debilidad de sus extremidades, no pudo evitar recordar los tiempos en los que tenía éxito al trabajar en solitario, alimentándose a sí mismo sin depender de nadie más.

Por fin, la tubería se abrió sobre una pequeña cámara, un espacio lleno de muebles improvisados y trozos de basura. Abajo, en la esquina occidental de la cámara, donde un gran desnivel ocupaba lo que antaño había sudo el lugar de una pared, un río asqueroso llevaba los desperdicios de Noxus al exterior de la ciudad. Talon se giró dentro del estrecho espacio de la tubería y se dejó caer.

“¡Has logrado volver!”

Talon se giró. Kavyn estaba de pie, apoyado en la pared bajo la boca de la tubería, encendiendo una cerilla. La llama ondulante revelaba a un niño poco más viejo que el propio Talon, pero igual de sucio y con el mismos aspecto basto, con el pelo marrón muy despeinado.

“¿Dónde estabas?”, gruñó Talon.

“Eso da igual”. Kavyn dejó caer la cerilla encendida en una pequeña montaña de basura que tenía debajo, la cual prendió fuego al instante e iluminó la cámara con una luz ondulante. “¿Has conseguido algo?”

“Una bolsa de bayas de Kumungu”. La voz de Talon era gélida. “Se me cayó… mientras corría”.

Vio un gesto de incomodidad en la expresión de Kavyn y sus ojos se posaron en una pequeña y casi vacía caja, en una esquina de la cámara, en la que solían guardar sus provisiones de comida robada. “Ah”.

“¿Dónde estabas?”

El otro chico levantó las manos. “Espera un momento”, dijo. “Tengo algo”. Kavyn tiró de su gastado cinturón de cuero, revelando dos vainas a un lado; Talon nunca antes las había visto. De su interior, Kavyn sacó un par de dagas cortas. Sus hojas brillaron como el oro a la luz del fuego, y los ojos de Talon se abrieron ampliamente.

“Escucha”, dijo Kavyn, poniendo fin a la mirada codiciosa de Talon. “Podemos venderlas. No importa que hayas perdido la comida”.

A Talon se le pusieron los pelos de punta, pero el comentario lo perturbaba mucho más de lo que debería haberlo hecho. Volvió a mirar las dagas, las cuales estaban en la palma de la mano de Kavyn, de tal manera que podrían atravesarla con solo mover un dedo.

“Se las robé a un borracho cerca de la taberna del mercado”, explicó Kavyn. “Allí fui yo. Creía... bueno, conseguiremos lo suficiente por ellas como para comer varios días, ¿verdad? Y…”

Continuó explicando cosas, pero Talon ya no lo escuchaba. Alargó la mano hacia una de las armas. Al sostenerla, Talon fue consciente al instante de su mala calidad, su peso mal equilibrado, el modo en el que la empuñadura se astillaba. No era apropiada para cortar la carne, mucho menos para usarla en combate. El filo tenía tres muescas gastadas y Talon pasó el dedo gentilmente sobre ellas, lo suficiente para notar lo afiladas que estaban… una, dos, tres. Estaba poseído por la sensación que sentía con ella en la mano. Aquella hoja le daba poder.

Kavyn había dejado de hablar y se había girado para sacar las últimas patatas de su caja. Casi me atraparon por culpa de este idiota, pensó Talon; el fuego de la amargura y el odio volvió a arder en su interior. Sabía que lo habrían matado sin poder hacer nada para evitarlo, ya que así se hace en Noxus.

Talon volvió a pasar sus dedos por las muescas del arma. Así se hace en Noxus… Había oído eso antes, en susurros por las calles. Los más fuertes encuentran el camino de salida de las alcantarillas. Las armas eran cosas codiciadas, las armas (incluso un simple par de dagas) eran la clave para la supervivencia. Otro susurro, uno que había oído una y otra vez, resonó en su mente: los fuertes no dependen de nadie salvo de sí mismos.

Talon apretó el arma en su puño y se lanzó hacia adelante, con el objetivo de poner la daga en la garganta de Kavyn...

…pero el chico se giró y agarró la muñeca de Talon, bloqueando su ataque. Talon se quedó aturdido. Esto está mal, pensó. Recordaba la sangre en sus manos, recordaba haber tirado el cuerpo en las alcantarillas… fue el primero de muchos.

Kavyn habló, pero la voz no era la suya: “¿Por qué quieres unirte a la Liga, Talon?”.

“Por el general Du Couteau”, dijo Talon. La cámara de las alcantarillas empezó a desaparecer en la oscuridad que los rodeaba. Talon sintió que el peso de su capa de espadas volvía a caer sobre sus hombros, la ilusión había desaparecido. “Mi búsqueda me ha traído aquí”.

“Luchas por ti mismo”, dijo el invocador que imitaba la forma de Kavyn. “No tienes aliados. Matas para sobrevivir, pero aún así sigues al general desaparecido como un perro atado con correa. ¿Por qué?”

Talo intentó mover su bazo, pero descubrió que estaba paralizado, no por la fuerza física del invocador, sino por algún tipo de intervención mágica. “Estoy en deuda con él. El general me perdonó la vida…”

“¿No está ya pagada esa deuda? Tras derramar la sangre del chico llamado Kavyn, no volviste a jurar lealtad a nadie. Mataste sin remordimientos, y aunque mataste para Du Couteau hasta el día de su desaparición, ahora puedes vivir en libertad si así lo deseas. ¿Por qué quieres unirte a la Liga, Talon?”.

“No lo has comprendido”, bufó Talon. “En los barrios bajos de Noxus mataba para sobrevivir. Bajo el mando de Du Couteau, mataba en su nombre, pero la vida era mía propia. Ahora… no soy nada, aunque todavía tengo mis espadas. ¿Qué otro propósito podrían tener mis espadas?”

"¿Qué se siente al desnudar la mente?".

El invocador lo liberó. Talon agarró su capa y desapareció en la oscuridad, dejando la Cámara de los reflejos en absoluto silencio. El invocador miró de un lado para el otro, con el ceño fruncido, y se puso tenso cuando la espada de Talon apareció en su garganta.

“Desagradable”, gruñó Talon en su oído. “Necesario”.

Y despareció.

Extras

Veamos como es el héroe..

Me mola bastante el héroe cae fijo..eso si.. a ver si sacan algún aspecto decente tipo sion, nasus, morde etc.. porque los que tiene dan vergüenza

PD: El aspecto de alistar cae si o si

op