Team Queso inicia una nueva etapa. El equipo fundado por Álvaro González y Alicia Morote abrirá una ronda de financiación en verano para dotar al proyecto de músculo después alcanzar la sostenibilidad económica. La operación se pondrá en marcha después de adquirir la plaza vacante de League of Legends (LoL) en la Liga de Videojuegos Profesionales (LVP) por más de 100.000 euros.
El fundador viajará a California (Estados Unidos) en busca de nuevos inversores, una de las cunas de la aceleración de start ups y proyectos tecnológicos, donde ya han acudido otros clubes europeos. El objetivo es abrir parte del capital a “un socio que inyecte músculo financiero para acometer nuevos proyectos o que nos permita tener un fondo guardado de cara al futuro”.
Actualmente, Team Queso presenta un resultado bruto antes de explotación (ebitda) positivo, lo que se traduce en un modelo económico que comienza a ser sostenible. “Gastamos lo que ingresamos, por lo que si acometemos esta ronda es con la tranquilidad de saber que no es por necesidad, sino para recibir un chute económico para el proyecto”.
De esta forma, los quesitos, como se hace llamar su comunidad gamer, iniciarán una segunda etapa en su proyecto deportivo. Al desembolso inicial, que está “por encima de 100.000 euros”, especifica el fundador de Team Queso, hay que sumar los gastos derivados de montar un equipo, el alquiler de la gaming house y otras cuestiones operativas.
Para mantener el ritmo de crecimiento del equipo y financiar dichos gastos no sólo contempla la ampliación de capital, sino que también prepara un plan para captar nuevos patrocinadores. “Aún estamos ultimando los informes para iniciar estos contactos, que pueden ser tanto como espónsors para activaciones puntuales”, precisa González. De momento, el club apostará por replicar en LoL “el mismo modelo que hemos empleado en otros juegos para crear contenido de marca propia: activaciones en redes sociales y que los jugadores graben streamings, entre otras”, indica.
“En aquel momento presentamos un proyecto a la LVP que hubiera supuesto culminar el salto a los juegos de ordenador, ya que incluso habíamos entrado en Fortnite y lo conseguimos en CS:GO”, admite el directivo. Esta situación provocó que la inversión económica prevista para montar la estructura que requiere competir en LoL “se recolocase en otras áreas”, señala.
Dentro de aquel proyecto se contemplaba la remodelación de su gaming house, ubicada en Madrid, algo que no ha sido posible hacer en la actualidad. “La operación se ha cerrado en tiempo récord y no hemos podido llevar el equipo a nuestra sede, ya que ha coincidido con que aún está siendo reformada para reacondicionarla para otros juegos”, explica el fundador de Team Queso.
De hecho, el club ha tenido que buscar otro local para ubicar a su nuevo equipo de LoL y, tras peinar a contrarreloj las principales capitales de provincia, lograron instalarse en Ciudad Real. “Inicialmente buscábamos en Madrid, pero no es nada fácil encontrar inmuebles con esas dimensiones y características, a lo que se añade tener que convencer a propietarios que desconocen lo que es esta industria de alquilárselo a cinco chavales y un club de eSports”, sostiene.
Este tipo de situaciones aún ponen de manifiesto algunas de las dificultades con las que se topan los clubes frente a otros sectores. Es uno de los retos que afrontan los eSports para permear en la sociedad, al igual que ya se ha conseguido que las marcas de gran consumo se quiten la etiqueta de no endémicas e incluso superen ya en número a las tecnológicas que tradicionalmente han estado vinculadas a esta industria.
