Es normal lo que cuentas, sobre todo con la edad que tiene. A los dos meses y medio aún están con los dientes de leche y necesitan morder todo para aliviarse. Lo importante es seguir firmes en lo de decirle que no cuando te muerda, pero sobre todo redirigirle al mordedor. Si lo coge, prémiale mucho, ya sea con caricias, voz suave o incluso alguna chuche. Así entiende que el mordedor es lo correcto.
Cuando te salta a la cara o te muerde manos, para el juego. Levántate, ignóralo unos segundos y dale algo para morder. A base de repetición lo va a entender. Puedes probar también a congelar algún mordedor o un juguete con comida, eso suele calmar bastante las ganas de morder.
Lo de las "venadas" corriendo por la casa también es normal, son los famosos zoomies. Sueltan energía acumulada, sobre todo ahora que aún no puede salir. No lo reprimas; mientras esté en un sitio seguro, déjalo correr. Para calmarlo, prueba a cansarle antes con juegos que le hagan pensar, como enseñarle órdenes básicas: "sit", "quieto", o buscar un juguete. Eso le agota mentalmente y le viene genial.
Cuando empiece a salir a partir del 30, vas a notar un cambio grande. Los paseos y el contacto con otros perros (mejor pequeños o medianos al principio) le ayudarán muchísimo a gastar esa energía y socializar.
Es cuestión de paciencia y repetir siempre lo mismo. No te preocupes, que con el tiempo todo esto se va corrigiendo.
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